Opinión | GUERRA EN UCRANIA

España y la ofensiva ucraniana

El esfuerzo que Kiev pide a Occidente para mantener la ayuda militar debería ir acompañado de una perspectiva en la que atisbe el final del conflicto

Alucina con lo que cuesta cada tanque Leopard que España enviará a Ucrania

Alucina con lo que cuesta cada tanque Leopard que España enviará a Ucrania

La visita a España del ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, no ha servido solo para agradecer a su homóloga Margarita Robles la entrega de los primeros seis tanques Leopard 2A4 que llegarán a Ucrania antes de finales de mes. Tampoco se ha limitado a reconocer la contribución de España a la defensa de Ucrania al entrenamiento de soldados ucranianos en territorio español o la asistencia brindada a soldados y oficiales heridos en combate. La rueda de prensa que ambos ministros protagonizaron ayer ha puesto de manifiesto una implicación política de España en la guerra desencadenada por Vladímir Putin mayor de la que se suponía hasta ahora. Según Reznikov, el papel destacado que el Gobierno de Pedro Sánchez jugó en la constitución de la llamada "coalición Leopard" contribuyó de manera significativa a vencer las reticencias alemanas a conceder el permiso necesario –como país fabricante de los tanques– para su entrega al Ejército ucraniano. No es esta una cuestión menor, puesto que los Leopard no solo suponen aumentar la capacidad de fuego del Ejército ucraniano, sino que constituyen la punta de lanza de la contraofensiva que Kiev quiere desencadenar para recuperar territorio en el Donbás y en las costas del mar Negro y del mar de Azov ocupadas por Rusia.

Una guerra dirigida a recuperar territorio plantea preguntas que deben responderse en sede parlamentaria

Seis tanques –o incluso diez, si España envía los otros cuatro prometidos por Sánchez durante su última visita a Kiev– no son nada comparados con los miles de blindados que protagonizaron las grandes batallas terrestres de la Segunda Guerra Mundial, pero los Leopard europeos y los Abrams norteamericanos suponen un cambio sustancial en la guerra dado el carácter ofensivo de estos blindados, superiores a los tanques rusos. Europa y Canadá tienen más de 2.000 tanques que pueden llegar a Ucrania si la coalición Leopard se mantiene unida. Reznikov hizo a España otras peticiones, desde aviones Eurofighter hasta armas avanzadas para combatir la presencia rusa en el mar Negro.

La transición de una guerra defensiva a otra de carácter ofensivo, destinada a recuperar territorio ucraniano ocupado por Moscú plantea preguntas a las que el Gobierno debería responder en sede parlamentaria. ¿Cuál es la naturaleza de la contraofensiva que tiene prevista Kiev y para la que necesita, entre otros, los Leopard? ¿Se trata de recuperar el territorio del Donbás o de ir más allá, introduciendo Crimea en la ecuación? ¿Cómo se combina esta legítima contraofensiva con la necesaria búsqueda de un acuerdo que ponga punto final a la agresión rusa y que sea aceptable por las dos partes? Si los tanques sirven para ello, y para evitar más muertes y destrucción a manos de las milicias de Wagner, bienvenidos sean. En estas condiciones, es probable que la opinión pública española apoye su envío a Ucrania, aunque ello suponga una mayor implicación española en el conflicto. Sin embargo, si el mayor esfuerzo que el Gobierno de Kiev pide a España y a otros países europeos no se inscribe en una perspectiva de final del conflicto, puede que las sociedades europeas no soporten una contienda sin fin.