CURIOSIDADES

Es curioso pero a estos animales nunca les dejan de crecer los dientes

La dentadura de algunos animales se regenera constantemente

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Las ardillas son una de las especies animales a las que les crecen los dientes sin cesar

Las ardillas son una de las especies animales a las que les crecen los dientes sin cesar / Ray Shrewsberry (Pixabay)

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La naturaleza está repleta de datos curiosos. Con la enorme biodiversidad existente en todo el planeta no es de extrañar que se sigan descubriendo continuamente especies nuevas y más detalles sobre el funcionamiento de los organismos de muchos animales.

En este sentido, se ha investigado ampliamente sobre la alimentación en el mundo animal. Por ejemplo, que hay muchos animales que sí tienen dientes y otros que no. Los que sí cuentan con ellos, no siempre los utilizan en el proceso de nutrición. Esto es lo que ocurre con las morsas, quienes emplean sus afilados colmillos para clavarlos en el hielo e impulsarse de este modo para salir del agua o con los delfines, que emiten sonidos mediante sus dientes que les permiten comunicarse con otros ejemplares de su especie.

Por otra parte, también resulta llamativo que los perros tengan 42 dientes y, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones no los utilizan, ya que el pienso lo tragan directamente sin masticarlo, como refieren los expertos de Clínica Veterinaria Madrid. En cambio, los gatos cuentan con una menor cantidad y los utilizan, porque trituran con minuciosidad los alimentos con sus 30 dientes. En este caso, a los perros y a los gatos les crecen los dientes en dos ocasiones, los de leche primero y después los definitivos, como a los humanos.

A modo de curiosidad, el pez gato es la especie con más dientes del reino animal, ya que tiene aproximadamente 9.280, tal como indican en la web de Experto Animal, que es un proyecto dirigido por veterinarios y periodistas especializados en estos seres vivos. Otra peculiaridad es que los animales con una dentadura más similar a la humana son las jirafas.

Animales con dientes que siempre crecen

Hay algunas especies animales que tienen dientes que no dejan de crecer jamás. Por ello, deben limárselos incansablemente para evitar que crezcan tanto que no les quepan en la boca o les impidiesen comer con normalidad. Así lo hacen los roedores, como ratas, ratones, conejos, castores, cobayas, ardillas o perritos de la pradera, aunque hay diferencias entre las especies.

En el caso de los que se encuentran en entornos domésticos, se les deben proporcionar alimentos que desgasten sus dientes. ¡Los dientes de los perritos de la pradera pueden crecer hasta 15 centímetros por año! Por eso es importante que se alimenten de manera adecuada y se desaconseja ofrecerles otras cosas no comestibles para morder, como indican en una comunidad web experta en esta especie animal.

Un perrito de la pradera comiendo. / Pixabay

En cambio, los castores, en su hábitat natural, sí muerden ramas y raíces de madera, por lo que están más acostumbrados a roer muchas superficies diferentes y así desgastan su dentadura.

Los elefantes no tienen dientes parecidos a los de otras especies, sino colmillos compuestos de marfil. Este material ha sido muy codiciado por el ser humano, lo que ha conducido a la caza masiva de estos animales y por ello, se han establecido muchas medidas al respecto para protegerlos. Estos colmillos crecen varios centímetros cada año y su consistencia dura les permite arrancar plantas, defenderse de ataques de otros animales o perforar la tierra, entre otras utilidades.

En cuanto a los caballos, también poseen dientes que permanecen en un incesante crecimiento debido a que se alimentan de grandes cantidades de vegetación y en este proceso se van desgastando.

Por otro lado, hay otros animales cuyos dientes no crecen de forma ilimitada, sino tan solo hasta alcanzar un tamaño definitivo, pero algunos los regeneran constantemente. Es el caso de los tiburones, que pueden llegar a mudar su dentadura hasta 40 veces durante su vida. Una información bastante conocida de estos animales es que sus dientes están colocados en varias filas, un recurso muy aprovechado en muchas películas para sembrar el miedo en el espectador. En la caza de otros peces más pequeños a veces pierden piezas dentales y, por ello, siguen generando otros nuevos.