MIEDO A LAS MASCOTAS

¿Fobia a los perros o a los gatos? Podrías tener ailurofobia o cinofobia

gran danes perro

gran danes perro / Pinterest

E.E.

Las fobias se caracterizan por un miedo irracional hacia algo. Mucha gente tiene fobia a ciertos insectos, como las arañas o a situaciones concretas, como la gente que tiene pánico a estar en sitios cerrados.

Sin embargo, existen otras fobias menos conocidas que mucha gente puede no llegar a entender, como la ailurofobia o el miedo a los gatos y la cinofobia, en el caso de los perros.

¿Por qué existe esta fobia?

Las fobias se desarrollan por diversos factores o experiencias vividas de cada individuo y lo más habitual es que se presente durante la infancia.

Un acontecimiento traumático, como por ejemplo que uno de los dos animales te haya atacado, puede haber desarrollado este miedo a lo largo del tiempo.

Otra alternativa es que pueda tratarse de una fobia aprendida o por observación, es decir, que alguien reaccione de forma exagerada al ver un gato o un perro puede hacer que nosotros actuemos de la misma forma.

¿Cómo saber si tengo fobia a los perros o a los gatos?

Si formas parte del porcentaje de personas que tiene fobia a estos animales, seguramente te hayas dado cuenta desde hace tiempo. Las principales señales son: taquicardias, reacciones fisiológicas, sudoración, mareos, dolor de pecho, náuseas y en especial la hipervigilancia. Si a eso se le suma otras conductas como evitar ir a casa de alguien por evitar la presencia de uno de estos animales, quiere decir que efectivamente, tienes fobia a estas mascotas.

gato tricolor

gato tricolor / Pexels

Cómo tratar las fobias

Las fobias pueden superarse siempre y cuando la persona que lo padece esté dispuesta a ello. Ese miedo irracional hacia un gato o un perro que, normalmente, lleva presente desde la infancia no puede cambiarse de un momento a otro. Requiere tiempo y esfuerzo.

Una de las terapias más utilizadas es la terapia de exposición, es decir, aquella en la que se expone al paciente a la causa de la fobia de forma progresiva. Acercarle muy poco a poco el animal puede ser una solución, pero ten en cuenta que esto debe ir lentamente y nunca forzar al paciente a acercarse o incluso a acariciar al ser vivo.

Además de este tratamiento, la terapia cognitivo conductual es otra de las más utilizadas. Se centra en la modificación de pensamientos y el comportamiento de la persona que padece la fobia. Las técnicas de relajación son claves para llevar a cabo este tipo de proceso.

Si eres una persona que tiene fobia a los perros o a los gatos no te preocupes, con paciencia y terapia, poco a poco podrás hacer que estas mascotas se conviertan en tus mejores amigos.