Fauna asombrosa

El sorprendente comportamiento del mamífero más desconocido del mundo

Un estudio científico observa aprendizaje social y tradición cultural entre los zifios

Un zifio de Baird frente a las islas Commander.

Un zifio de Baird frente a las islas Commander. / Olga Filatova / Universidad del Sur de Dinamarca

El mundo de los zifios o ballenas picudas es uno de los más desconocidos para el ser humano. Viven lejos de tierra firme, en aguas oceánicas profundas y buscan alimento a más de 500 metros de profundidad. El récord del mundo de inmersión más profunda realizada por un mamífero es obra de un zifio de Cuvier, que en 2014 se sumergió, al menos, a 2.992 metros. Otra ballena picuda mantiene otro récord, el de la inmersión más larga: 222 minutos.

Hasta ahora se han hallado 24 especies de zifios. Un estudio científico ha revelado datos sorprendentes de estas ballenas. Ha sido gracias a que una población de zifios del Baird (Berardius bairdii) cuyos integrantes, inesperadamente, se acercaron a la costa y permanecieron durante varios años en aguas menos profundas de lo observado previamente.

El estudio, dirigido por los biólogos especialistas en ballenas Olga Filatova e Ivan Fedutin, de la Universidad del Sur de Dinamarca Fjord&Bælt, acaba de publicarse en la revista ‘Animal Behavior’. Los autores del informe, con muchos años de estudios de ballenas en el Pacífico norte a sus espaldas, protagonizaron en 2008 una expedición a las Islas Commander, en la que vieron por primera vez un grupo de zifios de Baird cerca de la costa.

Ballenas picudas de Baird frente a las islas Commander.

Ballenas picudas de Baird frente a las islas Commander. / Olga Filatova / Universidad del Sur de Dinamarca

"Estábamos allí para buscar orcas y ballenas jorobadas, así que simplemente notamos que habíamos visto un grupo de zifios de Baird y no hicimos mucho al respecto. Pero también las vimos en los años siguientes. Después de cinco años, sospechábamos que se trataba de una comunidad estable que visitaba frecuentemente la misma zona", indica Filatova.

Hábitos inusuales

"Vimos a los zifios todos los años hasta 2020, cuando la pandemia de covid-19 nos impidió regresar a las Islas Comandante", explica la científica. La población estudiada de zifios de Baird tiene unos hábitos inusuales en la especie: se acercó a cuatro kilómetros de la tierra, y sus integrantes fueron observados en aguas poco profundas, a menos de 300 metros.

"Esto no es característico de esta especie", afirma Filatova, quien también señala que la población probablemente se ha adaptado a este hábitat particular y, por lo tanto, se desvía de la percepción establecida de que todos los zifios viven en mares y aguas profundas.

"Significa que no se puede esperar que todos los individuos dentro de una especie específica se comporten de la misma manera. Esto hace que sea difícil planificar la protección de las especies; en este caso, por ejemplo, no se puede planificar basándose en el supuesto de que los zifios sólo viven lejos en en las profundidades marinas", resalta la experta.

"Hemos demostrado que también pueden vivir en aguas poco profundas y costeras. Puede haber otros hábitats diferentes que aún no conocemos", añade Filatova.

Ballena picuda de Bairds, Islas Commander.

Ballena picuda de Bairds, Islas Commander. / Olga Filatova / Universidad del Sur de Dinamarca

Hay muchos ejemplos de individuos de la misma especie de ballena que no se comportan igual. En el mundo de las ballenas, es común encontrar grupos de la misma especie que viven en diferentes lugares, comen presas diferentes, se comunican de manera diferente y no les gusta mezclarse con especies similares de otros grupos, expone Birgitte Svennevig, responsable de comunicación de la universidad danesa.

"Algunos grupos de orcas sólo cazan mamíferos marinos como focas y marsopas, otros sólo arenques. Algunas ballenas jorobadas migran entre los trópicos y el Ártico; otros son residentes en determinadas zonas. Algunos grupos de cachalotes desarrollan sus propios dialectos para la comunicación interna y no les gusta comunicarse con otros fuera del grupo, añade.

Tradición cultural

El aprendizaje social, según Olga filatova, está en juego cuando los grupos desarrollan preferencias, por ejemplo, por hábitats y presas. Hay muchas formas de aprendizaje social en el mundo animal. La imitación es la forma más compleja; el animal ve lo que hacen los demás y comprende la motivación y el razonamiento detrás de ello.

Pero también está la ‘mejora local’: un animal ve a otro animal dirigiéndose a un lugar específico, lo sigue y aprende que ese lugar tiene valor. Esto se ha observado en muchos animales, incluidos los peces.

Olga Filatova cree que la población de zifios de Baird en las Islas Commander aprende a través de la ‘mejora local’. Ven que a compañeros que se dirigen al agua poco profunda cerca de la costa, los siguen y descubren que es un buen lugar, probablemente porque hay muchos peces.

"Se convierte en una tradición cultural, y es la primera vez que se observa una tradición cultural entre los zifios", subraya Filatova.

Otros ejemplos de tradiciones culturales en las ballenas incluyen cuando desarrollan tradiciones de caza específicas: algunas golpean sus colas para aturdir a los peces, algunas generan olas para lavar a las focas de los témpanos de hielo y algunas persiguen peces hasta la playa.

Zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris) con una etiqueta en la aleta dorsal.

Zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris) con una etiqueta en la aleta dorsal. / Andrew Read / Universidad de Duke

Los investigadores observaron a 186 individuos de la especie de zifio de Baird en las Islas Commander entre 2008 y 2019. De ellos, 107 solo fueron observados una vez y, por lo tanto, se evaluaron como ballenas transitorias, mientras que 79 individuos fueron avistados durante más de un año y, por lo tanto, fueron evaluados como ballenas residentes.

Se vio a 61 de las ballenas en tránsito interactuando con los residentes, y siete de ellas fueron vistas en aguas poco profundas. "Los transeúntes no están tan familiarizados con las condiciones locales como los residentes y, por lo tanto, generalmente buscan alimento en las profundidades normales para su especie", apunta Filatova.

"Pero, en realidad, observamos algunos transeúntes en el área poco profunda. Estos eran individuos que tenían algún tipo de contacto social con los residentes. En ese contacto deben aprender sobre las aguas poco profundas y sus ventajas", concluye la científica.

Informe de referencia: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0003347224000058

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