"El camalote puede aparecer en Doñana en cualquier momento"

Los expertos del Parque Nacional temen la llegada de la peligrosa planta invasora que ya está en el Guadalquivir

Un río invadido por el camalote

Un río invadido por el camalote / Efe

Ana I. Montañez

El camalote o jacinto de agua (Eichhornia crassipes) es una de las plantas invasoras más peligrosas del mundo y ya está a las puertas del Parque Nacional de Doñana. "Puede aparecer en cualquier momento", afirman los expertos, dado que ya se encuentra en el río Guadalquivir. Las consecuencias serían muy graves, tanto para la flora como para la fauna.

Es de un color verde intenso y tiene unas bonitas flores moradas, como una pradera flotante en una masa de agua. Precisamente es su llamativo aspecto lo que la ha distribuido por todo el mundo como elemento decorativo y ornamental muy demandado, aunque su penetración en un ecosistema ajeno la convierte en letal.

Se trata del camalote o jacinto de agua, la especie invasora que ha colonizado el Guadiana y que ha requerido una inversión millonaria para ponerle coto; la misma planta exótica que se ha extendido por el lago Victoria en África o por varios humedales de Estados Unidos.

“Originalmente es amazónica o sudamericana, de los ríos y humedales de Sudamérica. Se ha introducido en todas partes porque es una planta muy bonita y que se cría con mucha facilidad. Esa facilidad que tiene para sobrevivir y reproducirse que la hace invasora, hace que la quieran tener en su estanque o en los parques. Se ha movido mucho para tener plantas vistosas, muy verdes y con unas flores muy bonitas en cualquier sitio, ya sea privado o público”, explica Miguel Clavero, investigador en la Estación Biológica de Doñana.

Detectada en el Guadalquivir

El año pasado, técnicos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) detectaron una importante extensión del camalote en un canal del río Guadalquivir, aunque asociaciones medioambientales como Ecologistas en Acción ya habían denunciado la presencia de esta planta exótica en Dos Hermanas (Sevilla), en concreto, en el embalse del cortijo de la Córchela, que desemboca al brazo del este, una zona de influencia de Doñana.

El Guadiana, tapado por camalote

El Guadiana, tapado por camalote / efe

Entonces ya se alertó de los riesgos que podría causar que el manto verde del jacinto de agua consiguiera acceder a Doñana, una inquietud que se reforzó el pasado año con el hallazgo de los agentes del Seprona.

Sin embargo, el investigador del CSIC que trabaja en la Estación Biológica de Doñana, Miguel Clavero, lo aclara: “No han saltado alarmas de este tipo [en Doñana] pero en el Guadalquivir ya ha aparecido y puede aparecer en Doñana en cualquier momento”. Sobre todo porque las condiciones climatológicas son óptimas para su desarrollo.

Clavero sostiene que, aunque ya está presente el camalote en el Guadalquivir, aún no se han notificado “explosiones” tan preocupantes como en el Guadiana, por lo que el riesgo aún sigue siendo incipiente.

No obstante, las consecuencias son graves. “Los cambios que causa esta planta en las masas de agua son gigantescos, porque es capaz de crecer tanto que genera alfombras sobre la superficie del agua”.

El camalote, en Extremadura

El camalote, en Extremadura / Ecologistas en Acción

Por su estructura, la planta consigue mantener el aire y quedar a flote mientras hunde sus raíces en el agua, creando un tupido manto verde que impide que la luz penetre al fondo e impidiendo procesos tan básicos para la vida de los organismos como la fotosíntesis.

“No hay oxígeno en el agua y se crean unas masas de agua oscuras y anóxicas. Eso hace que dentro del agua prácticamente nada pueda vivir ahí dentro”, agrega Clavero. “En nuestra zona no tenemos nada parecido; es un formato nuevo que no existe aquí. Y no desplaza solo las plantas, que también desaparecen animales”.