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Contemporización del paisaje: la huella del ser humano sobre la naturaleza, en 43 obras

La exposición 'Horizonte y límite', en CaixaForum hasta el 31 de marzo, reúne 43 obras de 28 artistas modernos que muestra las huellas del ser humano sobre la naturaleza

Una de las exposiciones para ver en Madrid

Una de las exposiciones para ver en Madrid / EPE

Francisco Rodríguez Pastoriza

Francisco Rodríguez Pastoriza

Uno de los objetivos a los que aspira la exposición Horizonte y límite, que alberga la Fundación La Caixa hasta el 31 de marzo, es mostrar los cambios experimentados en las relaciones del ser humano con la naturaleza a través de los nuevos conceptos de paisaje creados por la cultura. Se han reunido 43 obras de 28 artistas contemporáneos, casi todas ellas procedentes de los fondos de la colección de arte de La Caixa a los que se han añadido obras de artistas, coleccionistas privados e instituciones. La mayor parte de las piezas que se muestran son fotografías, pero hay también pinturas, esculturas, instalaciones y piezas audiovisuales. No son obras clásicas del género, sino que sobre las que aquí se muestran se han utilizado los nuevos lenguajes de la tecnología digital para crear imágenes de ficción, entornos virtuales y recreaciones de la realidad.

La muestra recibe al visitante con la reproducción a gran tamaño de molduras semejantes a las que encuadran los óleos de las pinacotecas. Si el límite de la obra pictórica es el marco que la alberga, las molduras remiten al horizonte de los paisajes que marcan sus límites. Con esta obra de Perejaume (Los cuatro horizontes) se inicia el recorrido que se completa en este pórtico con una enigmática nube (Nube IV) de Anne Imhof en donde el horizonte ha desaparecido, y una obra compuesta de tres postales de Anna Talens (Horizonte de oro) tratadas con un hilo de oro que manipula la línea del horizonte.

Otra sala está dedicada a la recreación de paisajes a través de la ficción. La artista británica Tacita Dean recrea los paisajes que contempló Goethe en los Alpes durante su viaje a Italia, mezclando procedimientos de fantasía, realidad y ficción. Joan Fontcuberta aporta Paisaje de la seguridad: billete de 200 euros, donde un programa informático interpreta un billete de 200 euros como un paisaje inexistente. El alemán Julius von Bismarck juega con la técnica del grabado para transformar el paisaje de una cantera en algo distinto a la realidad, mientras otro alemán, Michael Najjar, manipula fotografías tomadas en los Andes argentinos para hacerlas coincidir con los gráficos de los índices del Dow Jones.

El italiano Andrea Galvani ha conseguido detener el tiempo al rodar el sol poniente sobre el mar sin que en ningún momento se oculte (The End) desde un avión supersónico a 1.700 km/h que circula en dirección opuesta a la rotación de la Tierra. Uno de los grandes fotógrafos contemporáneos, Andreas Gursky, aporta una imagen de gran tamaño tomada en Egipto con el Nilo, el yacimiento arqueológico de Tebas y un vergel, para mostrar cómo el turismo de masas altera el paisaje y la historia. Del británico Hamis Fulton se han seleccionado piezas tomadas en excursiones a Picos de Europa, Pirineos y el Mulhacén en las que el paseante proyecta su mirada sobre el horizonte. Una pieza audiovisual de Simon Faithfull muestra cómo la marea va inundando un banco de arena que el artista recorre hasta quedar sin superficie. Un original experimento con el sonido está recogido en la obra de Marcus Maeder Perimeter Pfynwald, en la que los ruidos de la naturaleza captados con sistemas de grabación situados en lugares separados por varios kilómetros registran la sonoridad del bosque, el subsuelo, los ríos… en distintas épocas del año.

En el apartado La naturaleza enmarcada, Miquel Barceló aporta su obra Un puñado de tierra, realizada en el desierto del Sáhara, mientras Joan Hernández Pijuan en Surcos con luz de plata pinta lo visible y lo invisible de la naturaleza en un campo de labranza sin horizonte. Al impacto humano sobre la naturaleza está dedicada otra de las series, en donde Senderos del desierto, de Xavier Rivas, utiliza 33 fotografías del desierto de Atacama, en Chile, en las que se superponen petroglifos, restos de industrias de la sal y efectos del colonialismo extractivista. En fin, también los avances en tecnologías que atenúan los efectos del cambio climático transforman el paisaje, como muestran las fotografías de turbinas eólicas y paneles solares de Andreas Gursky y Shehad Dawood.