PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

Blindaje inicial de Cibeles a la antigua zapatería brutalista de Jorge Juan

El Ayuntamiento de Madrid aprueba inicialmente el plan especial de protección del local ubicado en el distrito de Salamanca

Una inmobiliaria de lujo desmonta una joya arquitectónica madrileña en vías de protección

Fachada del número 55 en la calle Jorge Juan.

Fachada del número 55 en la calle Jorge Juan. / AYUNTAMIENTO DE MADRID

Héctor González

Héctor González

El Ayuntamiento de Madrid ha iniciado por fin el proceso para blindar el local comercial del número 55 de la calle Jorge Juan, una antigua zapatería de lujo que se en contraba en vías de protección desde hace meses. Así lo ha decidido este jueves la Junta de Gobierno municipal, que ha aprobado inicialmente el plan especial de protección y conservación del espacio, ubicado en el distrito de Salamanca y obra del arquitecto madrileño Francisco Alonso de Santos.

El Gobierno municipal responde así, a propuesta del área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, a las numerosas solicitudes procedentes de instituciones públicas, colegios de arquitectura y arquitectos, para garantizar la integridad. En este sentido, el pasado 4 de diciembre, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) pidió al Consistorio la "protección" de la antigua zapatería ante las imágenes "alarmantes" que mostraban el "desmantelamiento" de piezas de su arquitectura.

La decisión adoptada este jueves, tal y omo explica el Ayuntamiento en una nota, pretende ampliar los elementos actualmente protegidos de este inmueble para asegurar la conservación y protección integral del local, a través de la regulación de las obras que pueden acometerse tanto en su interior como en el exterior, así como el régimen de usos compatibles y determinando de forma pormenorizada las medidas de protección adecuadas.

Conservación de la fachada y del interior

En concreto, la nueva protección integral otorgada afecta a sus características espaciales, volumétricas y decorativas actuales tanto interiores como exteriores, incluyendo sus acabados, materiales y detalles como los revestimientos y aplacados, pavimentos, falsos techos, mobiliario, carpinterías y cerrajerías, tal y como aparecen descritos en los planos y proyecto de Francisco Alonso de Santos. 

La fachada, las escaleras y el patio interior deberán ser restaurados de forma obligatoria para recuperar el estado descrito en el proyecto original. Las tres mesas circulares existentes se consideran parte consustancial del local, por lo que para la implantación de cualquier nuevo uso se deberá estudiar su integración en el desarrollo de la actividad. La mesa ubicada sobre la escalera deberá permanecer en su ubicación original.  

En vías de protección desde septiembre

La Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural de Madrid (CPPHAN) dictaminó en septiembre que, mientras local se encontrase en vías de protección, los nuevos propietarios —los dueños de una inmobiliaria estadounidense de lujo— podían usarlo, pero sin ejecutar cambio alguno.

Algo que, al parecer, no se ha cumplido: a finales de noviembre, un vecino vio cómo desmontaban el mobiliario, sacó una fotografía y avisó al arquitecto responsable, Francisco Alonso, que puso una denuncia ante el Ayuntamiento. 

Patrimonio arquitectónico de Madrid

El edificio fue construido en 1910 y responde al tipo de inmuebles representativo de la construcción residencial de principios del siglo XX, propia del Ensanche del Plan Castro, por lo que presenta características comunes a otros edificios de viviendas en este entorno.

El local derecho de la planta baja, objeto de este plan de protección y conservación, se reformó en varias ocasiones en el pasado, y en 1986 presentaba una configuración en fachada ajena a la tipología histórica dominante y al diseño original del edificio, tras la implantación desde 1976 de la actividad de venta de artículos de regalo.

Entre 1986 y 1987, el arquitecto Francisco Alonso de Santos ejecutó una obra de reforma del local para instalar inicialmente en su interior una zapatería de lujo, ejemplo del estilo brutalista, sin que ni la obra ni esta actividad se hayan regularizado administrativamente o puesto en uso desde aquel momento. Su divulgación entre arquitectos, debido a la condición del autor como profesor en una escuela de arquitectura, ha facilitado que el conocimiento de esta construcción haya trascendido a pesar de que la ausencia de implantación del uso ha hecho que haya permanecido cerrado durante décadas.