ENTREVISTA | PALABRA DE MADRID

"En México vendemos mucho el bombín de Sabina"

Héctor Medrano. Propietario de la Sombrería Medrano, la más antigua de España, abierta hace 191 años muy cerca de la Plaza Mayor. 

Héctor Medrano, propietario de la Sombrería Medrano, en el centro de Madrid.

Héctor Medrano, propietario de la Sombrería Medrano, en el centro de Madrid. / ALBA VIGARAY

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Pregunta.- ¿Usted es ya la tercera generación al frente de la tienda? 

Respuesta.- Soy la tercera generación de mi familia, sí. La tienda se abre en 1832. La abre Bernardino Abial y Roda y pasa por varias familias, en concreto tres, a lo largo de la historia. Es muy difícil mantener un negocio tanto tiempo, sobre todo por el relevo generacional. Mi abuelo la compra en 1973. Era sastre, trabajaba justo enfrente. Tenía estrecha relación con la persona que tenía la tienda en ese momento, que se iba a jubilar, y mi abuelo la recuperó y volvió a los orígenes. Se volvió al taller, a la fabricación, que había quedado en el olvido. Todo eso se recupera. 

P.- ¿Porque aquí no sólo se vende sino que se fabrica también?

R.- Sí, sí, tenemos aquí la fábrica. Hacemos de todo. Sombrero histórico, para películas y cosas así. 

P. ¿Qué tiene que hacer un negocio para sobrevivir tanto tiempo?

R.- Yo creo que lo principal es adaptarse a la circunstancia actual. Nosotros siempre hemos tenido esa facilidad de que, al tener el taller, nos adecuábamos un poco a lo que te pide el cliente. Si hay una crisis te piden que haya cosas más baratas, entonces ajustamos más los precios de las calidades para seguir en esa línea. Eso, y también la constancia. Hay momentos malos en la historia de la tienda, y ahí es aguantar y tirar para adelante.

P.- ¿La época del Covid cómo la habéis sobrellevado? ¿Vendíais mucho por internet?

R.- Sí, tenemos web desde 2009 y hemos vendido mucho por la web estos años. Y también había una pausa. A nivel fabricación manteníamos los pedidos, pero fue un poco recuperar la venta en tienda, que fue lo que bajó. Era más complicado hacer la venta diaria, pero por la web se vendió mucho a todas las partes del mundo.  

P. ¿Cada vez tienen menos cliente habitual?

R. No, no, cada vez hay más. Hay un punto de interés por la salud. Antes se basaba sólo en la moda, pero ahora la gente joven se preocupa por la salud. Los cánceres de piel, de cabeza, así que se utiliza mucho sombrero en verano. También yo creo que se ha democratizado un poco el uso del sombrero. Antes era muy de persona de traje, y ahora hay modas para todos, y todo es más informal. Se ha ampliado el perfil de cliente [...] Se vende más que hace 20 años, no solo sombreros, sino todo, gorra, boina...

P.- ¿Vendéis muchas recreaciones?

R.- Sí, hacemos recreaciones históricas. Al tener la fábrica desde hace tanto tiempo, que era un taller, hay moldes antiguos, patrones, y los recreamos. Hacemos, por ejemplo, desde la Guerra de 1808, tipo napoleónico, a tipo mosqueteros o Tercio de Flandés. Tenemos también gorras ferrorivarias. Hacemos réplicas de las antiguas, y mucho sombrero regional, de los que se utilizan en las fiestas. Se ha perdido un poco el uso y entonces la gente intenta recuperarlo, nos dice cómo es y se hace el sombrero a medida. 

P.- Habéis vendido mucho sombrero para películas...

 R.- Sí, ahora, por ejemplo, de los últimos que hemos hecho haN sido para 'La Promesa', la serie de la 1 y 'La moderna', que acaba de estrenarse... son sombreros de época. A nivel internacional, hemos hecho sombreros para una película de mosqueteros que se rodó en Francia, y 'Napoleón'.

P.- Incluso Pedro Sanchez se compró un Panamá aquí.

R.- Fue hace unos años, sí, en 2018 creo. Se compró un clásico Panamá. 

P.- ¿Es ese el que más se vende?

R.- Sí, aunque depende de la época. Cuando hace calor, es el sombrero Panamá en todas sus versiones. Los clásicos, en colores tostados, con correa, en pamela para mujer. El Panamá es el material, una paja que la tejen en Ecuador, y luego se puede planchar en cualquier sitio del mundo. Nosotros la planchamos aquí y por eso se le puedes dar cualquier forma.

P.- ¿Y en invierno cuál triunfa?

R.- Tenemos tanto la boina, que la hay en un montón de colores y calidades, como las gorras, que tenemos más infomales, de cuero... y luego los sombreros de fieltro, que hay de muchas calidades y formas. Desde 47 euros se puede tener un sombrero de fieltro impermeable e indeformable. Y luego a medida que vas subiendo el precio sube la calidad.  

P.- ¿Os ha venido mucha gente pidiendo el bombín de Joaquín Sabina que se compró aquí?

R.- Sí, claro, se manda mucho a Sudamérica, a México. Son sitios donde son muy fanáticos de su música y lo vendemos para regalar.  

P.- Siempre hay clientes pesados. ¿Ha acabado alguna vez hasta el gorro de alguno?

R.- [Risas] Es un poco la frase que dice mi padre, que 'está hasta el gorro'. Él está aun así ya más en la fabricación y no está tanto atendiendo al público, ya sólo se dedica a los diseños.

- ¿El sombrero más raro que os han pedido?

- Mira, hacemos muchas cosas raras. Últimamente, lo más raro fue un sombrero como de metro y medio de ancho para una película. Era muy difícil de hacer. Había que coserlo y la máquina no está preparada para ese tamaño. Hubo que moverlo entre varias personas.