A FONDO

Del musical de Raffaella Carrà al jazz de Charles Lloyd: todo lo que no te puedes perder en Madrid este otoño

Dos meses de jazz sin parar, dos semanas de la mejor literatura con ramificaciones en el cine y los videojuegos, una avalancha de teatro de primer nivel en forma de Festival de Otoño, musicales para todos los gustos en los aledaños de la Gran Vía... Madrid luce sus mejores galas con una oferta irrepetible

Colocación de una de las obras de David Claerbout en la galería Pedro Cera.

Colocación de una de las obras de David Claerbout en la galería Pedro Cera. / ALBA VIGARAY

Si hace siglos una ardilla podía atravesar España de árbol en árbol sin poner los pies en el suelo, los que vivimos en Madrid vamos a poder atravesar este otoño recién empezado de butaca en butaca, de baile en baile o de exposición en exposición sin tener apenas tiempo para respirar o comernos un pincho de tortilla. Porque si esta ya es habitualmente la estación más floreciente en lo que a vida a cultural se refiere, lo que viene este octubre y noviembre adquiere dimensiones elefantiásicas.

Quizá hayan pasado estos días por la Gran Vía y las calles aledañas del centro y hayan visto que sus aceras atestadas recuerdan más a los días de compras navideñas que a lo que suele ser habitual en estas fechas. Una parte de culpa la tiene la avalancha de estrenos de musicales, que este año son legión. Lo decía Antonio Banderas en el estreno, el martes, de su producción de El Fantasma de la Ópera: Madrid es la capital mundial del musical en español, y solo estaría por detrás de Nueva York y Londres si miramos el volumen y calidad de sus propuestas. En esta temporada se esperan nada menos que 15 estrenos que dan para todo, desde clásicos consagrados a creaciones originales.

Entre los primeros, y aparte del que Banderas trae al Albéniz, está otro título icónico de Broadway, Chicago, una historia de crímenes y celebridad que llevaba unos años sin representarse aquí. Se estrena este viernes en el Teatro Apolo con Silvia Álvarez dando vida a su protagonista, la asesina Roxie Hart. En el otro grupo, el de las creaciones autóctonas de la temporada, el título sin duda más esperado es Bailo, Bailo, el musical sobre esa enorme figura del espectáculo y la música pop que fue Raffaella Carrà. Lydia Fairén, su protagonista, cuenta a este diario que “la historia está inspirada en la película Explota, explota, pero hemos tenido el permiso para modificar y adornar algunas cosas. El filme ya estaba pensado como un musical, por lo que al ponerlo sobre el escenario hemos podido explotarlo artísticamente mucho más. Cantar a Raffaella con coreografías brutales en directo es otro nivel. Es una maratón. Estamos exhaustos”. Que ese esfuerzo va a quedar compensado por las cifras de asistencia se da prácticamente por hecho ya solo por la popularidad del personaje protagonista.

Silvia Álvarez se maquilla para el preestreno del musical 'Chicago'./ Alba Vigaray


Jazz entre madrileños

Si hablamos de alcance y ambición de las propuestas de este otoño cultural, aunque en este caso se trate de públicos menos masivos que los de los musicales, lo del Festival de Jazz de Madrid (Jazzmadrid) de este año juega en otra liga. La convocatoria cumple su primera década extendiéndose a lo largo de dos meses y con una programación de 70 conciertos. Dos saxofonistas, el jovencísimo Immanuel Wilkins, figura de primera fila del jazz más reciente, y el venerable Charles Lloyd, abren y cierran respectivamente (el 8 de octubre y el 30 de noviembre) una programación en la que la lista de grandes figuras es interminable: Cecile McLorin Salvant, Corinne Bailey Rae, Ron Carter, Avishai Cohen, Stacey Kent o José James son solo algunos de ellos, con importante presencias nacionales como Moisés P. Sánchez o Andrea Motis, además de un homenaje al desaparecido Tete Montoliú, que habría cumplido 90 años este 2023.

Su director, Luis Martín, hablaba sin reparos en la presentación del festival de “uno de los mejores festivales subalpinos que el jazz es capaz de producir”. Sus sedes principales son el Teatro Fernán Gómez, CentroCentro y Condeduque, aunque se desplegará por un montón de distritos y enclaves culturales de Madrid, y tendrá otro de sus epicentros en la Sala Villanos, antigua sala Caracol que ahora comparte nombre y promotores con Villanos del Jazz. Un muy potente festival paralelo de iniciativa privada que se integra en el paraguas público de Jazzmadrid.

Precisamente el cine más antiguo y la música más actual se dan la mano en Café Kino, otro ciclo que se está consolidando en la temporada madrileña y que desde el año pasado acoge el Teatro Pavón. Su directora, Teresa Barba, que empezó a organizarlo en una cafetería allá por 2016, lo explica así: “Nos dimos cuenta de que había un movimiento cultural que encajaba bien en filmotecas con un piano improvisado, pero la fuerza era la música moderna con el cine antiguo. Y esta funciona muy bien. Para cada película pensamos en una banda diferente para crear este contraste”. Su temporada, que arranca ahora y va saltando a un domingo cada mes hasta mayo, empieza con un Nosferatu de Murnau con música de Pol Batlle el 8 de octubre y sigue con La pasión de Juana de Arco de Dreyer con banda sonora de Caspervek Ensemble.

Si volvemos a los grandes recintos, y una vez que las superestrellas internacionales parecen retirarse a sus cuarteles de invierno para descansar de la temporada veraniega, este va a ser un otoño en clave muy nacional en el WiZink Center, el lugar de las grandes ocasiones. Natos y Waor tienen todo vendido para su concierto del 14, igual que Aitana para su doblete de noviembre, Melendi o Pablo Alborán. Todavía quedan entradas, en cambio, para los cierres de gira de Love of Lesbian y Vetusta Morla, o para ver a Xoel López. También para ir a soplar las velas con La Pegatina, que celebran sus 20 años dando guerra. “El público de Madrid es el mejor de España. Muy disfrutón”, dicen entusiasmados a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Adriá y Rubén, dos de los componentes de la banda. “Quien venga se va a encontrar un show de más de dos horas, con los grandes éxitos de toda nuestra carrera. Queremos superar nuestro anterior Wizink”. Se refieren al concierto que dieron allí cuando cumplieron 15.

Ambiente antes de un concierto en el WiZink.

Ambiente antes de un concierto en el WiZink. / ALBA VIGARAY

En una clave más alternativa, uno de los nombres más importantes del indie americano, Weyes Blood, la artista de Santa Mónica que colabora con Lana del Rey y que ha sacudido las revistas de música y tendencias el último año y pico, desembarca con su soft rock ensoñador en la sala La Paqui. También se podrá ver en la capital a varias bandas veteranas de trayectoria impecable. El homenaje a los míticos Big Star por una superbanda compuesta por miembros del grupo y también de R.E.M., Wilco y The Posies es quizá el más llamativo, pero ojo al lujo de tener aquí de nuevo a los magnéticos Luna o a unos The Magnetic Fields que nunca fallan gracias a lo tragicómico de sus letras y a la voz inconfundible de Stephin Merritt. Más vanguardista, el festival She Makes Noise de La Casa Encendida (19-22 octubre) vuelve con su apuesta ecofeminista y con un cartel en el que este año predomina la experimentación vocal, pero sin despegarse de sus raíces electrónicas y marcadamente audiovisuales.

La estación del teatro

Esta es la gran estación del teatro en Madrid, como lo demuestra que la gran convocatoria anual de las artes escénicas se celebre en estas fechas y lleve su nombre. El Festival de Otoño se abre este año por todo lo alto, con una nueva cita con esa gran voz irreverente de la escena española, con residencia en Francia y prestigio mundial, que es Angélica Liddell. Algo pasa con nuestros artistas más internacionales y los toros este año, porque mientras el cineasta Albert Serra ultima su película sobre la tauromaquia, Liddell se trae a los Teatros del Canal su espectáculo (poema escénico, performance…) Liebestod. El olor a sangre no se me quita de los ojos Juan Belmonte, un texto que refleja la obsesión de la autora con la tensión entre la vida y la muerte, ejemplificada como nadie por el torero. Que va a levantar torbellinos de polémica está garantizado. Que va a ser digno de ver, aunque sea para criticarlo o para ponerse en cuestión a uno mismo, también.

En el programa figuran además otros tótems del teatro europeo como Ivo Van Hove (Who Killed My Father, 17, 18 y 19 de noviembre) o Milo Rau (Antigone In The Amazon, 22 y 23 de noviembre). Un aperitivo más ligero y divertido a toda esa apoteosis de profundidad escénica es el Iribarne del Centro Dramático Nacional (12 de octubre a 12 de noviembre), recuperación de la figura de Fraga en clave de comedia con mueca seria y como perfecta emulsión del panaché económico-político-social que ha sido la España del último siglo.

Si buena parte del teatro que venimos viendo últimamente y del que nos espera en el Festival de Otoño ya se podría calificar de transmedia, este es también uno de los términos que Jesús Ruiz Mantilla utiliza para definir la nueva edición del Festival Eñe, del que el periodista y escritor pasa a ser director artístico de manera permanente. La cita que cada otoño organiza la empresa cultural La Fábrica ha ido creciendo, y ahora se multiplican sus sedes (en Madrid y en su pequeño spin of en Málaga) y los días que ocupa, del 14 al 31 de octubre. Ruíz Mantilla ha querido reenfocar el festival hacia Europa, preocupado por la crisis de la democracia en el continente “ante la amenaza del autoritarismo y el fascismo”, explica, y por eso muchas de las charlas versarán sobre estos temas.

También se pretende que esta edición del festival, la 15, sea la de “abrirse a nuevos públicos”, esencialmente los jóvenes, y así habrá un fin de semana en la Bilblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina dedicado a las conexiones entre la literatura fantástica y de terror, los videojuegos y el cine, con propuestas tan sugerentes como las charlas De A24 a Resident Evil: La ‘guerra’ de los terrores en el audiovisual, que contará entre otros con el director de cine Paco Plaza, Escribir al zombi español. Un caso de éxito o el taller Construye tu propio Halloween. Más allá de eso, el programa general, con un total de 140 participantes, reunirá a figuras de las letras y otras disciplinas vecinas de la talla de Mariana Enríquez, Elvira Lindo, Philippe Sands, Sergio Ramírez, Julian Barnes, Antonio Muñoz Molina, Elizabeth Duval, Monika Zgustova, Fernando Aramburu, Manuel Jabois o Isabel Coixet.

Queda Picasso...

No se ha acabado todavía el año 2023, así que sí: todavía queda año Picasso. Y si cree que ya lo había visto todo, se equivoca. En el Thyssen se acaba de inaugurar Picasso, lo sagrado y lo profano, donde se muestra el lado más espiritual y más visceral del artista, además de su vinculo con clásicos como Rubens, Goya o El Greco. Y el Reina Sofía acoge a partir del 15 de noviembre Picasso 1906, centrada en un año clave en su trayectoria, a caballo entre diferentes periodos de su obra pero también de trasvase vital y cultural. El Thyssen, de nuevo, se suma a la labor de recuperación del trabajo de mujeres artistas opacadas por la historia con Maestras, una muestra declaradamente feminista que reúne obras de Artemisia Gentileschi, Clara Peeters o Maruja Mallo. Y el Prado hace una importante labor pedagógica con una exposición tan necesaria como El espejo perdido. Judíos y Conversos en la España Medieval, en la que podremos ver cómo los españoles de la Edad Media, si es que tal cosa existía por entonces, retrataban a esos vecinos de patio a menudo despreciados.

Montaje de la exposición de David Claerbout en Pedro Cera./ Alba Vigaray


Ha sido este un año de importantes aperturas de galerías, como Opera Gallery en Serrano, o La Oficina, esta en ese vivero artístico cada vez más consolidado y excitante que es Carabanchel. Estos días abre sus puertas otra más, la lisboeta Pedro Cera, que ratifica el buen momento artístico, o galerístico, que vive la ciudad. Lo hace con una exposición del belga David Claerbout. "Igual que hay un Big Sur en California, hay también un Big Sur en Europa -cuenta a este periódico el propio Cera-. Y yo creo que Lisboa, Madrid, Roma, Atenas, en fin, todos los países que constituyen el sur de Europa, tienen algo de distinto a los países del centro y norte de Europa, algo distinto que enseñar al mundo". Enseñar, precisamente, es lo mejor que puede hacer Madrid este otoño. Le sobra escaparate.