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Ciencia para pequeños y mayores: el auge de los libros divulgativos ilustrados para despertar el interés

Internet mató a la enciclopedia y los atlas y ahora crece la oferta de títulos centrados en el conocimiento, la divulgación y la información con características comunes: no son sólo para niños y los elementos visuales ganan en importancia

Auge de libros ilustrados de divulgación para pequeños y mayores.

Auge de libros ilustrados de divulgación para pequeños y mayores. / EPE

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

Informativos, de no ficción, de conocimiento, de divulgación... Las etiquetas difieren pero el fenómeno es el mismo: las editoriales están apostando de una forma creciente por títulos que explican el mundo -la naturaleza, la sociedad, la historia o el pensamiento- a través de libros ilustrados pensados principalmente para niñas y niños. Algunas, como Zahorí Books, se dedican únicamente a esto. Otras, como Nórdica, Flamboyant o Alba editorial, mantienen una línea de trabajo dentro de sus publicaciones de Literatura Infantil y Juvenil. Los grandes grupos, como Penguin o Planeta, también se asoman al álbum ilustrado divulgativo. ¿Quieres despertar el interés en tus hijos por el conocimiento? No hace falta ni un atlas ni una enciclopedia.

"Ahora en España hay bastantes editoriales que trabajan la no ficción y el conocimiento", afirma Mireia Trius, CEO y co-fundadora de Zahorí Books junto a Marta Lorés. Zahorí fue una de las pioneras. Nació en 2007 ya con la intención de dedicarse exclusivamente a este segmento, y en los tiempos más recientes ha sido testigos del interés creciente de parte de lectores y lectoras y, por tanto, de las editoriales. También de las que solamente se dedicaban a la ficción. "Yo creo que desde la generalización de Internet y la información accesible, hacía falta poner orden", reflexiona sobre las causas del auge. "Ha habido una necesidad de de buscar contenido validado, con rigor y para dar información fideligna".

Berta Páramo, autora e ilustradora de este tipo de libros, añade: "Dicen que para aprender necesitamos emoción, que las emociones son el pegamento del recuerdo. Si disfrutas leyendo un libro estoy convencida de que lo recordarás mejor que si sólo te aportan datos o lo hacen de forma aburrida", explica.

El hecho de que la Literatura Infantil y Juvenil sea uno de los motores del sector editorial en España es probablemente otra de las causas. El 86% de niñas y niños de entre 6 y 9 años y el 85% de niñas y niños entre 10 y 14 años lee libros en su tiempo libre (al menos una vez al trimestre), de acuerdo al informe Hábitos de lectura y compra de libros en España para 2023 elaborado por la Federación del Gremio de Editores de España. Dado que las ventas son altas, hay que diversificar la oferta.

Diversidad de temáticas

La diversidad es una de las características de los títulos más recientes: muchos intentan explicar el mundo y sus ecosistemas o los animales -también los que desaparecieron hace millones de años, como los dinosaurios- y otros contenidos científicos: el funcionamiento e historia de los robots, los ordenadores o los grandes enigmas de la ciencia.

En Zahorí Books abordan prácticamente todos los temas mencionados. Una de sus publicacoines más recientes es Un corazón. Historia, ciencia y mucho amor, escrito e ilustrado por Noemí Fabra, en lo que supone su debut como autora infantil. En él se aborda este órgano, su funcionamiento y también algunos aspectos culturales relacionados con él: el amor y los sentimientos, el romanticismo, etc. "Surgió de una lluvia de ideas con la editorial", explica Fabra, la autora. "Ellas vieron mi portafolio como ilustradora y me contactaron con la propuesta y después elegimos sobre qué escribir".

Fabra había trabajado como ilustradora para la editorial Penguin Random House o en publicaciones como la revista Vanity Fair Francia, el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung o el italiano Corriere della Sera, pero nunca había hecho un libro como autora, ni infantil ni para adultos. Desde la publicación de este libro, el pasado mes de febrero, ya ha recibido ofertas de otras editoriales y, de hecho, ya trabaja en un nuevo título. "Siempre damos la oportunidad a los ilustradores cuando tienen una inquietud de aportar el texto", explica Trius, "poniendo detrás el rigor de nuestra edición y llegando a donde ellos no llegan".

El peso de la ilustración

Un referente internacional de este tipo de autoría única -texto e ilustración- es Rachel Ignotofsky, autora súperventas de libros como Mujeres en la ciencia, Mujeres en el deporte y que tras su Historia del ordenador. Las personas, los inventos y la tecnología que cambiaron nuestro mundo (publicados todos en España por Capitán Swing y Nórdica Libros). Ignotofsky, que escribe e ilustra sus libros, ha entrado de lleno en la divulgación relacionada con la naturaleza con títulos como ¿Qué hay dentro de una flor? o ¿Qué hay dentro de un capullo de oruga? (ambos en proceso de publicarse en español) y ¿Qué hay dentro del nido de un pájaro?, recién publicado en inglés. Encargarse de la ilustración a la vez que del texto le permite organizar la información de una manera más gráfica para los que, además, hace láminas esquemáticas independientes que pueden resultar útiles al profesorado que aborda estas materias en clase. Para ella, que se encuentra inmersa en la investigación para un libro sobre dinosuarios orientado al alumnado de primaria, elegir la temática tiene que ver con los intereses de su público más joven. "Los chicos y chicas se emocionan mucho cuando conocen la biología de lo que está ocurriendo en sus patios o en los parques a los que van a diario", justifica.

Sin embargo, aunque la ilustración suele tener un peso importante en estos libros divulgativos, estos casos de autora-ilustradora no son el único caso. Otra tendencia entre las editoriales es encargar los títulos a científicos que además se dedican a la divulgación y están muy reconocidos en redes sociales o en medios de comunicación que debutan así como autores de Infantil.

Es el caso de Francesc Gascó-Lluna, doctor en Paleontología por la Universidad Autónoma de Madrid que acaba de publicar en Nórdica He encontrado un hueso de dinosaurio en mi jardín. Manual de iniciación a la paleontología. Gascó-Lluna tiene cientos de miles de seguidores en redes (279.000 segiudores en Instagram y 133.000 suscriptores de su canal de Youtube) y es autor de muchos otros libros de divulgación para adultos, pero este es el primero para el público más joven. "La intención era, además de hablar de estos animales, explicar de dónde sacamos la información sobre ellos, qué ocurre desde que se encuentra un esqueleto en un yacimiento hasta que se presenta toda la información sobre él, porque siempre parece que está bajo un halo de misterio". Su aspiración, explica, es llegar sobre todo al público adolescente, a los que no se suelen dedicar este tipo de formato de libro ilustrado.

El resultado es un libro que explica el método científico (desde la paleontología, pero tocando también aspectos de la geología y biología) de una forma esquemática pero con mucho rigor y con la información tan organizada que parece querer incitar a los lectores a poner los conocimientos en práctica. "Igual es un poco deformación profesional", explica el autor, "porque yo cuando era joven era monitor de tiempo libre y de campamento, he estado también muy involucrado en hacer talleres didácticos".

El texto es suyo, y el autor confiesa que las ilustraciones son fundamentales. "Me apoyé muchísimo en el trabajo de Nerea Pérez como ilustradora, que ha hecho que el libro sea muy atractivo para todo el mundo". Las ilustraciones tienen un peso específico en la obra. "Forman parte del libro igual que los textos", dice Gascó-Lluna. "Los dos somos autores del libro".

La libertad del formato

Desde la editorial, Nórdica, confiesan que les gusta especialmente publicar este tipo de libros. Jesús Félix Sacristán, coordinador de Nórdica Infantil, explica que aunque se encuadran en la línea de Infantil y Juvenil, en realidad piensan en que puede interesar a todo tipo de público y, en est sentido, el formato es importante: algunos son cómic, otros estilo pregunta-respuesta y también publican álbum ilustrado, como el de la paleontología. "Tratamos de conectar un disfrute doble: la lectura del tema, pero también un gusto estético del libro, y las dos partes nos interesan por igual", explica. La rigurosidad es fundamental, y los autores suelen ser expertos en su área, pero la ilustración tiene el mismo peso.

La ventaja de los libros ilustrados, explica Trius, es la libertad que ofrecen en la manera de presentar la información. "Este formato te permite ser muy creativo: permite ponerle solapas, ruedas, pop-ups... Y a nivel de ilustración hay una libertad tremenda". En el caso de una de sus próximas publicaciones, Bichos, la parte divulgativa se complementa con una historia de ficción que se va desarrollando a lo largo del libro en formato cómic.

Una excepción a esta forma de trabajar es el reciente Grandes enigmas de la ciencia. 120 preguntas (y respuestas) sobre el mundo que nos rodea, escrito por los científicos Marian Mellén y Luis Quevedo que, aunque también está dirigido para un público infantil y organiza la información en forma de pregunta y respuesta, no cuenta con ilustraciones. "A mí me gusta más el texto, sé que voy a contracorriente, pero no estoy de acuerdo con esa idea de que somos visuales y los chavales lo entienden mejor si tienen imágenes", explica Quevedo, coautor del libro, que ahora trabaja también en un programa de televisión -aún sin fecha de estreno- sobre innovación educativa. "El texto puede ser maravilloso".

Quevedo y Mellén abordan, en cada página, una pregunta sobre anatomía, genética, matemáticas, neurociencia y química. En su caso, esta es también la primera experiencia, a partir de la iniciativa de la editorial Molino, del grupo Penguin Random House. "Yo llevo 20 años dedicándome a la divulgación científica, fundamentalmente a través del periodismo, pero nunca había hecho nada para niños", explica Quevedo.

El interés por la divulgación o los libros de conocimiento para el público infantil ha dspertado incluso para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que hace unos meses firmó un acuerdo con Zahorí para hacer algunas publicaciones. "El CSIC tiene una súper editorial, pero no abarca este tipo de audiencia", explica Trius. "Se acercó a nosotros y hemos firmado una alianza perfecta, porque ellos ponen el trabajo de científicos al máximo nivel que pueden aportar contenidos y nosotros nuestro conocimiento en la creación de los libros".

El primero de la colección, llamada Mentes curiosas, curiosas mentes, se ha publicado hace unos meses: Oler, dedicado al sentido del olfato, y en abril se publicará el segundo título, Bichos. La autora de ambos es Berta Páramo, responsable de ilustración y textos y autora especializada en este segmento. "Los temas están relacionados con las investigaciones del CSIC", explica la autora. "Por ejemplo, Oler, surge al echar un vistazo a la colección de adultos del CSIC ¿Qué sabemos de? Queríamos empezar con algún tema relacionado con el cerebro y encontré el libro El Olfato de Laura López-Mascaraque y José Ramón Alonso". Y continúa: "En el caso de Bichos, surge de una exposición del CSIC que me mostraron: Biodiversidad doméstica, compañeros de piso. Aunque compartamos techo con ellos, los bichos que tenemos en nuestra propia casa son, muchas veces, desconocidos. Creo que puede ser interesante y hasta emocionante para un niño o una niña saber que no necesita viajar a una selva remota para contemplar una biodiversidad asombrosa".

Difusión de los límites de la edad

Una característica común a este tipo de publicaciones recientes es que pueden parecer destinadas al público adulto, porque la cantidad de información que incluyen puede parecer abrumadora. Son libros complejos, con diferentes niveles de lectura. Sus autores reivindican que se difuminen las categorías. "Nunca tuve una referencia clara de edad a la que dirigir Un corazón", admite Fabra. "Aunque está dirigido al público infantil, creo que también interesa mucho a los adultos".

Gascó-Lluna está de acuerdo. "Hay muchos libros de dinosaurios para los más pequeños, pero yo echaba ed menos que hubiera algún tipo de obra que llegara un poco más lejos en cuanto a la información que contiene", comenta. "Se peca de creer que tienes que simplificarlo todo mucho para los niños, y es verdad que habrá cosas que no entiendan cuando el libro caiga en sus manos, pero las entenderán más adelante".

Este lanzamiento, de hecho, ha inaugurado en la editorial el epígrafe Nórdica divulgación, porque, "es disfrutable para diferentes edades", explica Sacristán, su responsable, que añade: "Estamos trabajando en varios libros en esta línea que van a sorprender tanto por el tema como por la forma de presentarlo, porque las dos vertientes son importantes para nosotros".

Páramo coincide. Sobre la colección con el CSIC, dice: "Se llama Mentes curiosas, curiosas mentes, así que espero que el libro vaya dirigido a esas mentes, tengan la edad que tengan", dice. Ella es autora también de Robotland. Guía a través de la historia de los robots, y confiesa que ha firmado ejemplares para personas adultas. "Yo misma me compro libros calificados para niños. Pienso que no hay una edad, hay un interés. Con Robotland me ha pasado mucho. He firmado libros para ingenieros adultos, pero también se me acercó una madre y me dijo que su hija de 6 años no leía excepto Robotland, que es un libro con bastante texto y que en las librerías clasifican a partir de 10 años, pero esta niña es una enamorada de los robots y me alegra que tenga un libro que le motive. Muchos niños pierden el interés por la lectura cuando les obligan a leer algo que no les interesa, llevar a los niños a las bibliotecas y a las librerías y que escojan sus propias lecturas me parece fundamental".