LA VIDA CONTIGO

Qué fue de Marta Gayá, la 'socialité' balear que se convirtió en la amante más discreta y leal del rey emérito

La discreta mallorquina, que conoció a Juan Carlos I en Palma en la década de los ochenta, se sigue viendo con él de vez en cuando 

La empresaria mallorquina Marta Gayá.

La empresaria mallorquina Marta Gayá. / DIARIO DE MALLORCA

En julio de 2017, el industrial mexicano Allen Sanginés-Krause organizó una pequeña celebración para que todos los vecinos de Clonmellon pudieran comprobar el resultado de la reforma de la iglesia de San Juan Bautista. Hacia el final del evento, el mecenas dirigió unas palabras a los asistentes y presentó a su amigo Juan Carlos I, que apareció por allí acompañado de una sexagenaria alta y morena. Los habitantes de aquel pequeño pueblo irlandés se quedaron atónitos cuando vieron al antiguo rey de España, y una vecina que grabó la escena subió luego el vídeo a YouTube. Tal y como cuentan José María Olmo y David Fernández en su libro de investigación King Corp, los medios españoles no tardaron en hacerse eco de lo sucedido y, aunque es cierto que “el gran público" nunca hubiera reconocido a la misteriosa acompañante, la prensa del corazón consiguió identificarla rápidamente.

La señora en cuestión era Marta Gayá, una antigua amante del rey. "Juan Carlos I se sentía tan liberado tras la abdicación que ya no le importaba aparecer en compañía de una mujer que no fuera la reina Sofía", apuntan los periodistas en su ensayo. "Aquella fue la primera vez que lo hacía ante desconocidos o la primera vez que no le preocupó que trascendiera. Para entonces los españoles ya habían empezado a asumir que su matrimonio con Sofía de Grecia era un mero formalismo, y su relación con Corinna Larsen ya había ocupado, sobre todo tras el episodio de Botsuana, centenares de páginas y minutos en los medios de comunicación. Juan Carlos I y Sofía vivían en la Zarzuela, pero cada uno ocupaba un ala distinta de la zona residencial".

Hija de un hotelero mallorquín y decoradora de profesión, Gayá se divorció del ingeniero malagueño Juan Mena en la década de los setenta, apenas tres años después de casarse. En las páginas de King Corp se explica que, a finales de los ochenta, la mallorquina "empezó a acudir con sus amigos al Sporting Club de tenis de Palma y entró en contacto con el círculo de la jet set que frecuentaba Juan Carlos I" cada vez que se encontraba en su residencia estival del Palacio de Marivent. "El noviazgo se prolongó durante años", añaden los periodistas, aunque la relación nunca fue confirmada y Gayá jamás quiso hacer declaraciones a la prensa. "De hecho, se comportó con la discreción que el monarca exigía a sus amantes. No así el propio monarca, que empezó a ausentarse continuamente de Madrid para mantener encuentros furtivos con ella en Mallorca, Suiza y Francia".

Un "problema de Estado"

Existe la teoría de que fue Sabino Fernández Campo quien filtró al periódico El Mundo el nombre de Gayá, supuestamente para proteger a la reina Sofía, y que esto fue lo que en 1993 le costó su puesto como jefe de la Casa del Rey. Lo que sí está claro es que, como bien narran Olmo y Fernández, la aventura amorosa se convirtió "en un problema de Estado hasta el punto de que el Gobierno de Felipe González fue interpelado en 1992 en el Parlamento sobre las escapadas del monarca. Juan Carlos I acabó cediendo a las presiones de su entorno para que redujera los contactos y volviera a centrar su atención en la convulsa actualidad nacional de aquel año". 

Después de poner fin a su noviazgo, Juan Carlos I y Gayá continuaron siendo buenos amigos. Tanto es así que en noviembre de 2011, según los autores de King Corp, el entonces todavía monarca quiso donarle "dos millones de euros procedentes de su cuenta" de la panameña fundación Lucum, en la que el susodicho recibió tres años antes una transferencia de 65 millones de euros del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí. También en su momento, Ok Diario publicó unas antiguas grabaciones realizadas supuestamente por el viejo Cesid donde el emérito confiesa: "Nunca he sido tan feliz", refiriéndose a sus sentimientos por la mallorquina.

Cumpleaños del rey emérito

Cabe señalar que Gayá se convirtió en uno de los principales apoyos de Juan Carlos I cuando en marzo de 2020, decidido a salvar la monarquía, Felipe VI se desmarcó de sus conductas irregulares y renunció a la herencia económica que pudiera corresponderle de su padre. Poco después de eso, el emérito emitiría un comunicado para anunciar su marcha de España. Concretamente se mudó a Abu Dabi, donde hoy lleva una vida discreta y lujosa. En su estrecho círculo íntimo entra la mallorquina, que actualmente vive a caballo entre Suiza y Mallorca, donde posee alguna que otra propiedad, y que no quiso perderse el fiestón que su otrora amante y confidente organizó hace unos días en la capital de los Emiratos Árabes Unidos para celebrar su 86º aniversario

Allí se dieron cita alrededor de cien personas, entre las que se encontraban algunos de los familiares del exmonarca —sus hijas las infantas Elena y Cristina, así como los dos hijos de la primera, Felipe y Victoria de Marichalar, y dos de los retoños de la segunda, Pablo e Irene Urdangarin—. "El viaje y la estancia corrió a cuenta de los invitados", escribió al respecto Pilar Eyre. "Todos tienen gran poder adquisitivo y todos, incluida Marta Gayá, han visitado al emérito en varias ocasiones". Eso sí, ni rastro de los reyes Felipe y Letizia, con quienes el emérito no mantiene a día de hoy relación personal.