REVELACIÓN

¿Tiene Juan Carlos I una hija secreta llamada Alejandra?

Los periodistas José María Olmo y David Fernández explican en su libro 'King Corp.' que nació hace unos 40 años fruto de la relación del Emérito con una aristócrata

Juan Carlos I, el pasado jueves en Sanxenxo.

Juan Carlos I, el pasado jueves en Sanxenxo. / Lavandeira

Redacción

Los periodistas José María Olmo y David Fernández relatan en su último libro, 'King Corp.' (Libros del K.O.), que Juan Carlos I tendría una hija secreta llamada Alejandra fruto de una relación hace más de 40 años con una aristócrata madrileña. El diario El Confidencial publica este jueves un avance del libro en el que se dan detalles de la que sería cuarta hija del rey Emérito.

El mayor secreto que Juan Carlos I ha ocultado es que, después de que nacieran la infanta Elena (1963), la infanta Cristina (1965) y el hoy rey Felipe VI (1968), tuvo una cuarta hija fruto de una relación extramatrimonial con una aristócrata ligeramente mayor que él. Esta cuarta heredera llegó al mundo a finales de los 70, principios de los 80. Se llama Alejandra, está casada, tiene un hijo y nunca ha reclamado ningún tipo de derecho sucesorio. 

Según el libro avanzado por El Confidencial, todos los inquilinos del Palacio de la Zarzuela conocen la existencia de Alejandra, aunque no siempre fue así. Cuando Felipe VI era joven, Juan Carlos I temía que conociera a su hermanastra y los dos se enamoraran sin saber que eran familia. Cuando Alejandra fue finalmente informada de que su padre era el rey de España, se produjo un discreto acercamiento. El entonces jefe del Estado intentó compensar la falta de reconocimiento oficial con afecto y otras muestras de generosidad, aunque nunca la trató como a sus otros tres hijos.

La existencia de Alejandra habría sido confirmada por tres personas, según la investigación de los dos periodistas. La primera es una examante del emérito a la que éste confesó la paternidad de la joven. Posteriormente, esa expareja recibió la misma información de otras personas del entorno del monarca. El segundo es un empresario con el que Juan Carlos I comparte amistad desde hace seis décadas, que conoce la historia y que ha visto al rey y a Alejandra interactuando con la naturalidad con la que lo harían cualquier padre e hija. Y la tercera fuente es un antiguo novio de Alejandra, a quien ésta también reconoció su vínculo con la familia real.

Con el paso de los años, la confidencia rebasó los muros del palacio y empezó a ser compartida por el rey con su círculo de amistades. En la cúspide del poder, Alejandra terminó convirtiéndose en un secreto a voces, pero las élites firmaron un pacto de silencio para continuar la ficción de que el matrimonio de Juan Carlos I y la reina Sofía, sobre el que pivotaba la democracia española, seguía siendo perfecto, siempre según el libro avanzado por El Confidencial. La prioridad era que la estabilidad institucional no se viniera abajo por una relación furtiva, relatan los periodistas José María Olmo y David Fernández.

La hija no reconocida de Juan Carlos I nació en una familia de aristócratas bien conectada con el poder y nunca sufrió estrecheces económicas. Al nacer Alejandra, la pareja de su madre tenía más de 70 años y acogió a la niña como propia. La prensa se hizo eco del acontecimiento, pero nadie expresó ninguna sospecha de quién era el verdadero padre. Fue cumpliendo años con los privilegios propios de una familia de la nobleza. Aunque llegó a la adolescencia sin saber quién era su padre biológico, siempre tuvo otro en casa. En la España de los setenta, la madre de Alejandra destacó por su perfil liberal y progresista. Era habitual verla en actos promocionales y eventos de moda. Algunas fuentes citadas por los dos periodistas aseguran que Juan Carlos I movió sus hilos para asegurarse de que a la madre de su cuarta hija no le faltara trabajo ni presencia en los medios. Salía con frecuencia en las revistas del corazón y tenía amistad con otras protagonistas habituales del mundo rosa. Incluso llegó a convertirse en la musa de un célebre diseñador de alta costura, relatan los periodistas en su libro de investigación.