LA VIDA CONTIGO

Consejos para acabar con la fatiga visual que nos generan las pantallas

A lo largo de nuestras vidas pasamos alrededor de 408.800 horas mirando tu pantalla

El seguimiento ocular permite controlar con la mirada cualquier dispositivo, ya sean tabletas u ordenadores, sin requerir de la utilización de un teclado o un ratón

Una chica se retira las gafas con protección de luz azul delante de la pantalla de un ordenador.

Una chica se retira las gafas con protección de luz azul delante de la pantalla de un ordenador. / Nacho Roca

Más de mil millones de personas en todo el mundo viven con deficiencia visual porque no reciben la atención que necesitan para afecciones como la miopía, la hipermetropía, el glaucoma y las cataratas, según el primer Informe mundial sobre la visión publicado por la Organización Mundial de la Salud. Y si a esto le añadimos un factor determinante que es el cansancio visual hace que nuestra vista se vea cada vez más dañada.

Nuestros ojos están cansados por estar mirando constantemente dispositivos electrónicos y precisamente a raíz del covid nuestros hábitos han cambiado, especialmente con la llegada del teletrabajo. De hecho, un 60% de los españoles ha notado alguna molestia durante el confinamiento por el uso excesivo de pantallas.

En el estudio Screen Pollution, elaborado por Multiópticas, se asegura que más del 86% de personas ha confesado que su uso de dispositivos con pantallas amplió durante su periodo de confinamiento. De hecho, el 90% de la población que hace uso de pantallas digitales más de 3 horas al día acabarán desarrollando el síndrome de fatiga visual. 

Según un reciente estudio publicado en la revista American Journal of Ophthalmology, el exceso de exposición a las pantallas digitales y las actividades al aire libre limitadas están asociadas a la aparición y la progresión de la miopía y podrían agravarse en un futuro no muy lejano.

Las alteraciones oculares pueden producirse debido al nivel de luminosidad de las pantallas, la distancia a la que consumimos los contenidos audiovisuales o la ergonomía visual a la hora de estar frente a un dispositivo.

Las principales molestias que han percibido los españoles por el uso de pantallas son dolor de cabeza (31%), seguido del escozor de ojos (25%), la sequedad ocular (22%), la dificultad para enfocar (20%), el enrojecimiento de los ojos (17%) o el empeoramiento de la visión (16%).

Fatiga visual

La astenopia o fatiga visual son un conjunto de molestias fruto del sobreesfuerzo ocular tras hacer tareas visuales repetitivas durante mucho tiempo. Se traduce en sequedad ocular, ya que tendemos a pestañear menos que en otras actividades, irritación, enrojecimiento, cierta visión borrosa y esa sensación de tener arenilla en los ojos.

Entendemos como pantallas digitales aquellas que son irradiadas desde dispositivos como móviles, ordenadores, tablets o similar y emiten la luz azul. Esta luz se diferencia por una longitud de onda diferente (entre los 380nm y los 475nm aproximadamente), ya que se acerca sutilmente a los rayos ultravioleta.

Hay que tener presente que esa luz también incide cuando salimos a la calle, pues es el sol la primera fuente de difusión y de iluminación natural. No obstante, nuestros ojos ante esta exposición solar saben como defenderse, pero cuando les ponemos diariamente delante de una pantalla puede que la situación para nuestra salud sea diferente. 

Y es que, aunque todavía no hay estudios que respalden científicamente que esta luz sea la responsable de nuestra fatiga visual, los expertos recomiendan hacer un uso responsable de las pantallas, ha detallado la Óptica Rola. En este sentido, para minimizar las lesiones oculares debemos tener presente los siguientes consejos si quieres combatir la fatiga que nos generan las pantallas.

Recomendaciones para minimizar las lesiones oculares

La regla 20 20 20 consiste en que cada 20 minutos, debes mirar algo al menos a 20 pies de distancia, que son unos seis metros, durante 20 segundos. Otros de los consejos según indican los expertos en oftalmología y a los que debemos prestar atención son el cambio de la configuración de la pantalla, no excederse con el brillo, el uso de gafas para minimizar el riesgo o el uso de lágrimas artificiales para hidratar el ojo que no requiere de receta médica, pero es recomendable tener la supervisión de un oftalmólogo.

Siempre es mejor decantarse por pantallas grandes que no obliguen a nuestros ojos a mantenerse en un punto fijo, elegir dispositivos que emitan tonos cálidos antes que fríos y elegir aquellos monitores que nos resulten más cómodos.