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José Antonio Martín Pallín: "La justicia o es independiente o no es justicia"

"La guerra de los jueces la estamos viviendo en España a tope, en unos niveles absolutamente preocupantes"

El jurista español José Antonio Martín Pallín.

El jurista español José Antonio Martín Pallín. / Juan Manuel Prats

Magistrado emérito del Tribunal Supremo, ex fiscal, presidió la Unión Progresista de Fiscales y fue portavoz de Jueces y Juezas para la Democracia. Primer presidente de la Asociación pro Derechos Humanos en España, ha estado al frente de la Comisión Ciudadana de la Verdad, sobre las muertes en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia.

--¿La justicia es igual para todos?

--Bueno, eso solo Dios lo sabe.

Murieron en las residencias madrileñas 7.291 personas. Concluye su informe que más de 4.000 podrían haberse salvado, de haber sido atendidas y derivadas a hospitales.

Los criterios de no derivación me parecen absolutamente inhumanos y acientíficos. Se permitía la derivación, cualquiera que fuese su estado, si tenían seguro privado. Los hospitales privados o semiprivados, que son la joya de la corona de la Comunidad de Madrid, ofrecieron mil camas. ¿Pero qué pasó? Y esto ya es verdaderamente rechazable y despreciable: que los días de estancia en un hospital privado son muy caros, y la Comunidad no quería hacer frente al pago.

El 65 por ciento de los que fueron derivados sobrevivieron.

Son datos oficiales. Haciendo una proyección, no rigurosamente matemática, porque no puede ser exacta, si se hubieran derivado se hubieran salvado alrededor de cuatro mil vidas.

¿Esto va a quedar impune?

Pues de momento sí. Se iniciaron trescientas o cuatrocientas querellas por omisión del deber de socorro, un delito que está en el Código Penal. Y salvo cuatro, que están en tramitación muy incipiente, todas fueron archivadas, con el visto bueno del ministerio fiscal, que hizo un informe que yo califiqué de conformista. Esta vía se podría revitalizar, pero hay que demostrar la relación de causalidad. Después hay otra vía, que está en la Constitución, que establece la responsabilidad civil de las administraciones públicas por el mal funcionamiento. Esto nos lleva a un contencioso-administrativo, al que yo veo más posibilidades.

¿Se considera el Pepito Grillo de la judicatura?

En absoluto. Yo hago lo que creo que tengo que hacer, y seguramente muchas veces me habré confundido. Pero creo que un juez, aunque tenga su ideología, tiene que despojarse de ella para resolver el conflicto. Si no sabe hacerlo, no solamente es un mal juez, sino un mal profesional.

Ha escrito el libro La guerra de los jueces. Como dando a entender.

La guerra de los jueces la estamos viviendo en España a tope, en unos niveles absolutamente preocupantes, porque la intromisión de jueces en cuestiones políticas ha sido tradicional en Estados Unidos y en muchos sitios, pero aquí está alcanzando unos niveles... Que 1300 jueces y juezas de la Asociación Profesional de la Magistratura se pongan, casi sediciosamente, pero sin tumulto, a las puertas de los juzgados para descalificar no tanto la ley de amnistía sino al presidente del Gobierno y a los independentistas catalanes es una cosa muy, muy grave.

Los jueces son mayoritariamente conservadores. ¿Es una maldición o una bendición?

No son conservadores, son activistas. Tengo mucho respeto por la palabra conservador, porque mi ideología es amplia. Uno de mis mentores espirituales ha sido Albert Camus, y dice que él sería conservador si lo que hubiera que conservar merece la pena. Yo he seguido siempre esa tónica. En mis recorridos por el mundo he conocido a jueces conservadores magníficos, con sentido del equilibrio de su función, cosa que en España es un bien escaso.

¿La justicia es igual para todos?

Bueno, eso solo Dios lo sabe. Hay un desequilibrio que yo llamaría estructural, que es el económico. Quien tiene posibilidades económicas tiene acceso a lo que los norteamericanos muy gráficamente llaman la defensa Roll-Royce, tiene más capacidad de maniobra y de dilatación que una persona que solo dispone de un abogado de oficio.

¿La justicia es independiente?

La justicia o es independiente o no es justicia. Todos los jueces, sea cual sea su ideología, incluso los más activistas y políticamente sesgados, tienen la posibilidad de ser independientes. Si hoy en el turno de reparto le entra al señor García Castellón un asunto derivado del narcotráfico, tiene toda la independencia del mundo para hacer lo que quiera.

¿Y si le entra un caso del procès?

Ahí ya, teniendo capacidad para ser independiente, la pierde.

¿La justicia está politizada o la política está judicializada?

Pues yo creo que la política está judicializada. Son los políticos, y ahora de una manera abusiva y, en algunos casos, pintoresca, los que llevan los asuntos a los juzgados.

Es usted muy mediático. ¿Le gusta más la tele que a un niño un chupachups o cree que le llaman porque su magisterio es imprescindible?

Me gusta la tele, no lo voy a negar. Me llaman. Pero no por mi magisterio, sino por mi carrera profesional. Tengo capacidad para explicar lo que decido hacer de una manera que se entienda. Muchos abogados, y para mí es el mayor elogio que puedo recibir, me han parado, tras haber fallado en contra de ellos, para decirme: leí la sentencia y la entendí. Mi otro maestro en esto ha sido un juez conservador norteamericano, William Holmes, que decía que, al fin y al cabo, una sentencia vale lo que valen sus razonamientos. Todo lo demás es puro artificio, literatura y corta y pega.

¿Eso de basar su trayectoria espiritual en Albert Camus en qué se le nota?

En su obra El derecho y el revés, en el discurso del Premio Nobel, en su ascendencia española, en su protagonismo en la política francesa, española y argelina. Me parece que tiene una solidez moral e intelectual que le llevó al Premio Nobel. Lo que más me ha enseñado es quizá la capacidad de comprender lo diferente y al extraño (El extranjero). Otro de mis guías espirituales es Antonio Machado. Y mi fuente de comprobación de datos, y fuente de muchos de mis artículos, es la Biblia.

Entre el Derecho y el revés supongo que se queda con el Derecho.

Algunas veces con el revés.