CASO VILLAREJO

Un abogado confiesa que "emocionó" con mordidas al excomisario de Barajas: "Soy el pagafantas"

El juicio que investiga uno de las piezas separadas del caso Tándem, o caso Villarejo, ha empezado hoy en la Audiencia Nacional

Investiga las dádivas de un empresario al entonces comisario del aeropuerto para la introducción irregular de personas y dinero negro

Carlos Salamanca, excomisario del aeropuerto de Barajas de Madrid, en la Audiencia Nacional

Carlos Salamanca, excomisario del aeropuerto de Barajas de Madrid, en la Audiencia Nacional / CHEMA MOYA (EFE)

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

La Audiencia Nacional ha puesto hoy sobre la mesa una de las piezas fundamentales para entender la dimensión y los orígenes del caso Villarejo, a pesar de que en ella no esté acusado el excomisario. El segundo juicio de la macrocausa contra él investiga la trama urdida entre Francisco Menéndez Rubio, un abogado conocido como el 'pagafantas' y protegido por la Fiscalía por señalar al propio Villarejo, y Carlos Salamanca, entonces comisario en el aeropuerto de Barajas, para permitir la entrada irregular de personas y de millones de euros en dinero negro desde Guinea Ecuatorial.

Menéndez, que fue quien ayudó a la Fiscalía Anticorrupción a entender lo que se estaba cocinando en las 'cloacas del Estado' de la mano de José Manuel Villarejo, ha asegurado frente a la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal que a día de hoy está "cobrando 400 euros al mes... Estoy absolutamente arruinado y muy jodido".

Y eso que, según ha confesado él mismo, en su momento movió dinero en cantidades suficientes como para "emocionar" al excomisario Salamanca cuando presuntamente le dio una mordida de 25.000 euros para poder pagarse un Porsche Cayenne.

Sin embargo, lo hizo porque, como él mismo ha reconocido, para él conocer al entonces comisario jefe de Barajas fue "como conocer a dios": "[Salamanca] no paraba de repetir lo mal que cobra un comisario, así que yo le cuidaba a él y él me cuidaba a mí. Así me lo presentaron y con ello cumplió. Con un teléfono lo hacía todo, llegaba a cualquier parte y mis clientes no tenían que pasar por ninguna aduana".

Por su parte, Salamanca ha declarado que regaló a Menéndez "el cariño que no le ha dado absolutamente nadie", ni siquiera "su pareja". A ella y a la hija de ambos, dice Salamanca, les regaló colgantes y pulseras de oro y diamantes valoradas en más de 60.000 euros por el aprecio que se tenían. Unas joyas que procedían de un "sorteo que no recuerdo, no sé exactamente de dónde salieron".

El juicio, que ha empezado este lunes y que se extenderá al menos hasta el jueves día 11 de enero, ha vivido la vista oral en la que han comparecido ambos acusados.

Millones de euros en dinero negro

En un auto de noviembre de 2020, el juez instructor Manuel García Castellón proponía juzgar a Salamanca, quien fuera responsable de la comisaría del aeropuerto de Barajas desde junio de 2006 a enero de 2015, y al empresario Menéndez Rubio por un presunto delito de cohecho y otro contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Según el relato que hacía el juez de los hechos, Menéndez Rubio, empresario vinculado con la petrolera nacional de Guinea Ecuatorial Gepetrol, en el marco de la colaboración con sus clientes ecuatoguineanos para que realizaran negocios ilícitos en España, habría recibido a través de la mercantil Framen Consultores y Asesores más de 21 millones de euros sólo entre 2011 y 2012.

La Fiscalía ha sostenido durante la vista oral celebrada hoy en la Audiencia Nacional que "hay una bilateralidad en el ofrecimiento y requerimiento de las dádivas".

Para Menéndez, que entre otras cosas fue quien trajo una cantidad indeterminada de dinero negro desde Guinea Ecuatorial para pagar mordidas, el ministerio público solo pide seis meses de prisión tras cobijarle bajo su protección, mientras que para Salamanca se piden diez años de prisión.