RUSIA

De Wagner al África Corps: Putin ofrece protección a las dictaduras del Sahel a cambio de minerales

La infraestructura y los lazos políticos tejidos por el difunto Yevgeni Prigozhin son ahora aprovechados de forma directa por Moscú en Malí, Burkina Faso o Libia 

Militares del grupo ruso Wagner en Mali

Militares del grupo ruso Wagner en Mali / EPI

Mario Saavedra

Mario Saavedra

El 23 de junio de 2023, el mercenario más temido del mundo, el fundador de Wagner Yevgeny Prigozhin, lideró por sorpresa un motín contra el Ejército ruso, al que servía en Ucrania. Sus soldados de fortuna comenzaron a marchar hacia Moscú, aunque detuvieron el alzamiento tras un acuerdo con el presidente ruso, Vladímir Putin. Un mes después, Prigozhin murió en un accidente de avión. Una de las explicaciones más aceptadas es que su muerte fue una orden directa del Kremlin, aunque esta circunstancia nunca ha podido ser probada.

Tras su desaparición, surgieron muchas incógnitas, especialmente qué iba a ser del imperio que pacientemente había tejido Wagner en África. Prigozhin y sus soldados se habían metido a las dictaduras regionales en el bolsillo, especialmente a Malí, Libia y República Centroafricana. Consiguieron expulsar a los soldados internacionales que, bajo el mando francés o de Naciones Unidas, ayudaban a los ejércitos regulares de los países del Sahel a luchar contra sus enemigos: los yihadistas o los independentistas. Sangre y fuego por doquier sin los remilgos propios de los países occidentales o de la ONU. A cambio, se llevaban un bocado de las riquezas minerales de la zona: oro, litio, uranio. 

Yevgeni Prigozhin, en una captura de vídeo del 24 de junio.

Yevgeni Prigozhin, en una captura de vídeo del 24 de junio. / .

Putin no ha dejado escapar esa influencia regional que han ido labrando los Wagner. Poco después del motín de Prigozhin, se celebró una reunión en el Kremlin en la que se decidió que las operaciones del grupo paramilitar en África quedarían bajo el control directo de la inteligencia militar rusa, el GRU, según un informe del instituto Royal United Services Institute (Rusi) británico obtenido por la BBC. 

El control del cuerpo en África iba a ser transferido al general Andrei Averyanov, jefe de la unidad secreta 29155, especializada en la desestabilización de gobiernos extranjeros. La misión garantizaría a los regímenes regionales su futuro en unos países convulsos a cambio de que estos expulsaran a las compañías occidentales de la zona y redirigieran a Moscú parte de los beneficios y del control de los recursos minerales, según Rusi. 

El grupo Wagner se rebautizó semioficialmente como África Corps. El cambio de marca y de estrategia se estrenaría con un viaje del viceministro de Defensa ruso, Yunus-Bek Yevkurov, junto al propio general Averyanov. Primera parada: Libia. Allí se reunieron con el señor de la guerra general Khalifa Haftar. Luego, Burkina Faso, donde los recibió el líder del reciente golpe militar, Ibrahim Traoré. Más tarde aterrizaron en la República Centroafricana. Concluyeron el tour africano con una reunión con los líderes de la Junta militar de Mali.

“África Corps es la estrategia que tiene Rusia para construir un cuerpo africano separado de Ucrania y sin las connotaciones negativas que tenía Wagner por la explotación de recursos y las matanzas”, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA una investigadora especializada en seguridad en el África Occidental que prefiere no dar su nombre por miedo a represalias durante sus viajes en la zona. “No se puede saber a ciencia cierta quién lo compone, aunque eventualmente será el mismo tipo de personal, pero esta vez reclutando también a africanos. Lo que sigue igual que siempre es que se llevan de todo”.

Ese llevarse todo se refiere, esencialmente, a los recursos minerales. El pasado 9 de febrero, los soldados rusos de Wagner, ya como África Corps, aterrizaron en helicóptero y tomaron el control de la mina de oro de Intahaka, la más grande de Malí, según fuentes citadas por el medio francés RFI. 

El pasado mes de noviembre, fuerzas combinadas del ejército maliense y mercenarios del África Corps retomaron el control de Kidal, en el noreste del país. Una “pacificación” a ojos del Gobierno de Bamako que tiene un precio: los rusos piden al Gobierno el control de las minas de esa zona. 

La influencia en el país de la “nueva Wagner” ya abiertamente dirigida desde el Kremlin tiene también una lectura política. La Junta de Malí pretendía convocar elecciones este año, pero las ha retrasado en medio de la tensión interna sobre quién puede salir elegido. El presidente interino, Assimi Goita, tiene mucho apoyo popular. El ministro de Defensa, Sadio Camara, era el que lideraba las relaciones con el Wagner de Prigozhin. Uno de los últimos viajes del mercenario ruso fue precisamente a Malí. Ahora, desde que se giró hacia el modelo menos encubierto de los África Corpos, es Goita el que lidia directamente con el Gobierno ruso, según explica la experta en seguridad en Sahel.

África Corps ruso en África

Otro de los escenarios que muestran más a las claras el cambio de estrategia es el de Burkina Faso. En 2022 se produjo el segundo golpe de Estado en el país. Se destituyó al presidente interino Paul-Henri Sandaogo Damiba por su incapacidad para hacer frente a una insurgencia islamista. El joven de 34 años Ibrahim Traoré gobierna desde entonces. El país era reacio a la entrada de mercenarios extranjeros. Pero tras la entrada del Kremlin en la gestión directa del cuerpo africano, el Gobierno de Burkina Faso ha levantado sus reticencias. 

El 24 de enero, el África Corps publicó sus primeras imágenes de un despliegue de soldados rusos en Burkina Faso. “Un contingente de 100 personas va a garantizar la seguridad del líder del país, Ibrahim Traoré, y la gente de Burkina de los ataques terroristas”, se leía en la publicación del canal de Telegram del grupo, a la que acompañaban varias fotos de un avión con la bandera rusa y soldados uniformados descargando material. “Próximamente el contingente se verá aumentado con otros 200 miembros del personal militar desde Rusia”. 

“El cambio de marca ha sido esencial para que se haya aceptado la cooperación y la presencia de tropas rusas. Ahora el Gobierno ya no los ve como una agencia militar privada, sino como un aliado importante”, explica la citada experta. “Rusia influye de muchas formas, sobre todo en la gestión de las comunicaciones estratégicas en las que se copia el modelo de Wagner; también ha enviado soldados para entrenar a tropas locales”. 

Una de las incógnitas en la zona es saber cómo va a entrar la “nueva Wagner” en Níger, un país que tenía una democracia embrionaria y aliado de Occidente que, repentinamente, sufrió un golpe de Estado el pasado verano y que ahora está en el punto de mira de Moscú. El país es rico en uranio. Antes proveía a Francia de un quinto del material fisible que usaba este país en su medio centenar de centrales nucleares. Aún es pronto, sin embargo, para saber hasta dónde conseguirá dejar huella allí el África Corps de Putin.