RADICALIZACIÓN DEL PARTIDO REPUBLICANO

Los ultras echan a McCarthy y sumen el Congreso de EEUU en el caos

Es la primera vez en la historia del país que un 'speaker' de la Cámara de Representantes es expulsado de su cargo

El proceso para elegir al nuevo presidente está plagado de incertidumbres y al menos durante una semana habrá absoluta parálisis legislativa

La Cámara de Representantes de EEUU destituye a su presidente en una votación histórica.

Agencia ATLAS | Foto: EFE

El Congreso de Estados Unidos ha entrado este martes en el caos, empujado por la rebelión de un grupo de representantes de la ultraderecha contra el líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja, Kevin McCarthy. El 'speaker' no ha logrado este martes los votos suficientes para conseguir abortar la moción para sacarle del cargo presentada la víspera por el congresista de Florida Matt Gaetz. 11 republicanos se han sumado a 207 demócratas para rechazar su iniciativa, y se daba paso al debate y la votación de la moción de Gaetz. Y a la hora de escribir estas líneas estaba abierta la posibilidad de que McCarthy se convierta en el primer presidente de la Cámara Baja destituido en la historia de EEUU, un hecho no solo histórico sino que promete días, o quizá semanas, de parálisis legislativa .

Las últimas horas representan la culminación de la intensa guerra intestina abierta entre facciones del Partido Republicano, pero también exponen el precio que la formación debe pagar por su radicalización desde la irrupción en su liderazgo de Donald Trump. Porque por una parte los congresistas más radicales alineados con el expresidente y candidato para 2024, pese a ser minoría en la Cámara Baja que los republicanos controlan con una frágil mayoría tras las últimas legislativas, han cobrado un poder desmedido. Y por otra los demócratas se han negado a salvar a McCarthy, un político que ha alineado buena parte de su agenda a las posturas radicalizadas de Trump y sus acólitos, ha aprobado recientemente la apertura de un proceso para tratar de someter a un "impeachment" a Joe Biden, y en el que aseguran que no se puede confiar.

El resultado es este momento de caos e incertidumbre, que mete al Congreso y al país en terreno desconocido. Porque si se deja vacante como pretendía la moción de Gaetz el cargo de 'speaker', segundo en la línea de sucesión presidencial, McCarthy será sustituido de forma interina por alguien que se elegirá de una lista que él mismo preparó. Pero la única autoridad de ese ‘speaker’ temporal, según los expertos en el legislativo, será organizar la elección del nuevo presidente de la Cámara. Y mientras no haya alguien elegido para el cargo, la parálisis legislativa está asegurada, una situación extremadamente compleja y que pone en peligro, por ejemplo, avanzar en la aprobación del presupuesto para mantener operativo el gobierno.

Una rebelión a cámara lenta

Precisamente la votación este fin de semana de una medida que dio una prórroga de 45 días al presupuesto y evitó in extremis el cierre del gobierno fue la gota que, al menos sobre el papel, colmó el vaso para Gaetz y el resto de grupo radical. McCarthy sacó adelante la norma en la Cámara Baja con más votos demócratas que republicanos. Y aunque la ley excluyó la ayuda a Ucrania, Gaetz acusa a McCarhty de haber alcanzado un “pacto secreto” con los demócratas y Biden para asegurar que se aprobará más asistencia para Kiev, a la que se opone el ala ultraconservadora.

La rebelión, en cualquier caso, viene de más lejos. En enero McCarthy tuvo que hacer concesiones a los ultras para poder llegar a la presidencia de la Cámara tras un proceso agónico y humillante en el que necesitó 15 rondas de votaciones. Ya entonces se auguraba la convulsión. Y pese a haber dado pasos legislativos en estos meses para apaciguarlos, incluyendo la apertura del proceso para intentar someter a un ‘impeachment‘ a Biden, o alejarse de compromisos que alcanzó con la Casa Blanca en el acuerdo con que se suspendió el techo de la deuda y se evitó que EEUU entrara en impago, no ha frenado la rebelión.

La posibilidad de que salvara su posición recaía en que los demócratas le apoyaran, bien fuera por activa o por pasiva, ausentándose de la votación de la moción de Gaetz o votando solo “presente” y bajando la mayoría necesaria. Pero tras horas intensas de conversaciones quedó claro que los demócratas no iban a ser quienes le salvaran. En una carta que Hakeem Jeffries, líder de la minoría demócrata, envió a su bancada, se anunció la postura del liderazgo, que se había debatido ya en una reunión de dos horas, que se abrió con una proyección de un vídeo donde se veía a McCarthy el mismo domingo tratando de culparles por haber acercado al gobierno a un cierre. Y Jeffries usó como argumento contra McCarthy su “falta de voluntad de romper de forma auténtica y completa con el extremismo MAGA”, las siglas del movimiento Hacer América Grande de Nuevo aliado con Trump.