Entrevista a Ellie Geranmayeh y Nicole Grajewski

Investigadoras del Council on Foreign Relations: "La relación entre Rusia e Irán es la mayor amenaza para Occidente"

Las investigadoras Ellie Geranmayeh y Nicole Grajewski, en su informe ‘Solos los dos: Cómo la guerra en Ucrania condiciona las relaciones ruso-iraníes’, abordan hasta qué punto se han acercado estas dos últimas potencias y presentan los nuevos riesgos a los que Occidente se expone a causa de la profundización de esta unión

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, habla por videoconferencia con su homólogo de Rusia, Vladímir Putin.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, habla por videoconferencia con su homólogo de Rusia, Vladímir Putin. / PRESIDENCIA IRANÍ

La 

ofensiva rusa sobre Ucrania 

ha cambiado de manera drástica muchos aspectos de nuestras vidas cotidianas. Pero, sobre todo, ha revolucionado la escena internacional. Rusia ha quedado aislada, aunque no del todo. Otros países como

Irán

China 

le han echado una mano. Las investigadoras Ellie Geranmayeh y Nicole Grajewski, del programa para Oriente Medio y Norte de África del European Council on Foreign Relations, abordan hasta qué punto se han acercado estas dos últimas potencias. En su informe ‘Solos los dos: Cómo la guerra en Ucrania condiciona las relaciones ruso-iraníes’, también exponen los nuevos riesgos a los que Occidente se expone a causa de la profundización de esta unión.

¿Cómo ha cambiado la guerra en Ucrania la relación entre Rusia e Irán?

Nicole Grajewski [N.G.]: La guerra en Ucrania fue un catalizador de esta relación en muchos sentidos. Ya había una magnitud fundacional de ella en lo que respecta al descontento común hacia el orden internacional, hacia ciertos acontecimientos políticos internos, pero la guerra en Ucrania realmente aceleró esta relación. Esto lo vemos tanto en el ámbito político como en el económico. En parte debido a su situación internacional, Rusia e Irán han comenzado a colaborar más en áreas que antes eran bastante débiles en esta relación. Algo que preocupa a Europa y Estados Unidos es la dimensión militar de la relación, que ha experimentado una marcada transformación. Antes de la guerra en Ucrania, Rusia era quien suministraba armas y armamento a Irán. Y ahora vemos a Irán suministrando a Rusia drones, equipos y tecnologías más avanzadas que antes.

¿Cuál ha sido el cambio en el ámbito económico?

N.G.: Rusia e Irán colaboran más estrechamente en áreas como la cooperación en materia de desdolarización y el comercio de monedas internacionales. Además, tanto dentro de

Rusia

como en Irán, hay acontecimientos internos que parecen ir en paralelo con el auge de figuras de la línea dura e individuos que son más antagónicos hacia Occidente.

En términos de su relación militar, ¿hacia dónde avanza la relación?

NG: Históricamente, Rusia se ha mostrado bastante reacia a llamar a esta relación una asociación estratégica, en parte porque no quiere enemistarse con países como Israel o los Estados del Golfo Pérsico, pero también porque no quiere verse obligado en términos de una relación mutua con un paquete de defensa, por ejemplo. Pero ésta es una colaboración flexible. Hay muchos puntos claves en común en lo que respecta a sus visiones o su tipo de aspiraciones para los procesos más amplios del orden internacional, pero también hay un sentimiento de desconfianza profundamente arraigado. Especialmente, como se muestra en nuestro informe, las élites iraníes todavía no confían del todo en Rusia, ya que todavía hay muchos legados del pasado y no están realmente abiertas a algunas de las intenciones de Rusia. Así que la relación es y, probablemente, será flexible. Pero funciona así por diseño: Rusia e Irán pueden trabajar en áreas donde hay intereses comunes, pero también evitar las áreas de tensión y trabajar más hacia donde realmente tienen sinergias.

¿Cómo ve el Kremlin esta relación?

N.G.: Profundizar en la toma de decisiones rusa es difícil y hay muchas inconsistencias. En Rusia existe el temor a que Irán pueda potencialmente bascular hacia Occidente porque eso le restaría influencia en Teherán. Uno de los ámbitos donde más ascendencia ha tenido es el tema nuclear. Así, cuando nos adentramos en gran parte del pensamiento de la élite rusa sobre la cuestión nuclear, queda claro que existen ciertas divisiones. Es bastante fascinante porque antes había mucho más escepticismo hacia la potencial militarización del programa iraní, pero ha cambiado desde la guerra en Ucrania. Para algunas de estas cabeza pensantes de la élite, especialmente aquellos de línea dura, un Irán con capacidad nuclear sería menos peligroso que un Irán cercano a Occidente. Así que hay una especie de mosaico de opiniones en Rusia cuando se trata de Irán, pero refleja muchas veces las divisiones internas dentro del país.

¿Deberían Europa y Estados Unidos preocuparse por la naturaleza de esta relación en evolución?

Ellie Geranmayeh [E. G.]: Ahora, muchos responsables políticos europeos han puesto las relaciones entre Rusia e Irán en lo más alto de sus agendas, mientras que hace dos años apenas figurarían como una cuestión prioritaria. Esta relación cada vez más profunda entre Rusia e Irán es la mayor amenaza para los intereses occidentales. En nuestro informe, recomendamos que los europeos trabajen con Estados Unidos para frenar esta relación y comprender que no podrán detenerla por completo, pero que hay maneras de reducir la asociación en áreas estratégicas de interés para Occidente. 

¿Cuáles son estas maneras?

E. G.: Hay tres formas principales. La primera es reducir las transferencias de las armas iraníes más sofisticadas a Rusia, que probablemente serán utilizadas en Ucrania. La segunda cosa que realmente debería preocupar a Occidente es que Irán avance en su programa nuclear con la aprobación tácita de Rusia y, en algunos casos, con el estímulo real. La tercera área es que esta asociación militar se extienda a lugares como Siria y dé pie a otra escalada militar, particularmente con

Estados Unidos

.

El uso de la diplomacia con Rusia parece estar fuera de la discusión en estos momentos para europeos y estadounidenses. ¿Hay más posibilidades de hablar con Irán?

E.G.: Ahora hay una oportunidad dados los gestos de distensión entre Irán y Occidente en las últimas semanas [como la liberación de cinco ciudadanos de EEUU tras el desbloqueo de fondos iranís en Corea del Sur]. En el pasado solíamos ver a Rusia como el eslabón débil en esta relación entre Rusia e Irán para negociar. En este momento, Occidente se encuentra en una posición en la que no puede cerrar acuerdos con el Kremlin sobre Irán, pero con Teherán hay una apertura y también un debate al más alto nivel de los líderes dentro del país, que podrían ser capaces de influir. Para frenar la asociación iraní con Rusia, Occidente podría anticipar una compensación económica a cambio de medidas de seguridad por parte de Irán. Occidente puede ofrecer alivio económico inmediato, más tangible que el que sus socios orientales, como China y Rusia, han sido capaces de ofrecer. Esas relaciones se están quedando cortas en áreas clave del comercio económico que Irán busca ahora mismo después de años de sanciones paralizantes.

Pero, con estos esfuerzos, el debate sobre los derechos humanos en Irán vuelve a surgir.

E.G.: Sí, este enfoque en el frente diplomático conlleva varios riesgos, incluido el componente de

derechos humanos

. Todo esto llega en un momento en el que la autoridad iraní está ejerciendo una mano increíblemente represiva en el frente interno, pero creemos que hay maneras de que Occidente siga señalando los abusos contra los derechos humanos y responsabilizando a las autoridades iraníes, además de promover apoyo tangible a los activistas sobre el terreno mientras intenta hacer mella en la cooperación entre Rusia e Irán en áreas que representan una amenaza estratégica para la seguridad de Europa y Estados Unidos. Nuestro artículo termina proyectando la noción de que el momento de influir en los rusos es ahora porque cuanto más continúe esto, particularmente el conflicto de Ucrania, más probable es que la alianza de seguridad impulsada desde la línea dura en ambos países desarrolle una relación codependencia y se consolide en todos los ámbitos.