Evgeny Prigozhin, "el chef de Putin"

Evgeny Prighozin (Leningrado, 1961). Fundador y propietario del Grupo Wagner empezó en el negocio de la comida en la década de 1990, primero vendiendo perritos calientes, más tarde dirigiendo restaurantes y, finalmente, operando una empresa —Concord Catering— que ahora funciona como la empresa matriz del Grupo Wagner y se ha convertido en una de las favoritas del gobierno ruso.

Concord y sus entidades relacionadas han recibido contratos gubernamentales por más de 3.000 millones de dólares. Proveedor de alimentos para el ejército ruso, suministra comida a las escuelas de Moscú.

Con un currículum que incluye agresiones, robos, hurtos, YP salió de la cárcel en 1990 y comenzó su ascenso, en el mundo de la alimentación, con un negocio en la entonces Leningrado — capital que fue de Rusia y debía su nombre en honor a Lenin— que, tras la caída de la URSS en 1991, era un oasis para el crimen organizado.

El oligarca ruso, conocido como “el Chef de Putin “, amasó una gran fortuna tras integrarse, en 2001, en su círculo de élite, cuando éste comenzó a frecuentar el lugar más animado de la ciudad: un lujoso restaurante flotante —New Island— en un río de San Petersburgo, donde en el verano de ese año, el ya presidente de Rusia llevó a cenar —caviar sobre hielo— al presidente francés, Jacques Chirac, en el que habría sido el verdadero comienzo del imperio gastronómico de Prighozin. Una buena comida conduce a una relación larga y estrecha.

Héroe oficial de la Federación Rusa, oficialmente, sólo es un tipo que se enriqueció en el sector de la hostelería. “Cada uno de nuestros banquetes es como una obra de arte”.

Creado para hacer el trabajo sucio del Kremlin en el este de Ucrania, Libia, República Centroafricana (RCA), Mali, Siria etc., el Grupo Wagner (GW) —una red de mercenarios privados rusos, sin entidad legal, pagados por empresas ficticias, muchas de ellas conectadas con Concord Catering— lleva a cabo objetivos que los funcionarios no quieren que se relacionen con el gobierno ruso.

Las imágenes de los mercenarios del grupo Wagner que desafían a Putin

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Cuando, en 2014, Rusia ocupó Crimea y el este de Ucrania, el GW —a instancias de Moscú— se encargó del “ablandamiento" preliminar, antes de lanzarse a ocupar Ucrania, país soberano elegido democráticamente.

Invasión de Ucrania

La operación especial no ha resultado ser precisamente un paseo militar. Debido, por un lado, a los errores de cálculo y pasos en falso dados por del Kremlin, que esperaba una conquista rápida por las fuerzas armadas regulares y que resultaron no ser las adecuadas para domeñar el país, al tiempo que sufrieron bajas cuantiosas.

Por otro, la resistencia de los ucranianos, convertida en un dolor de cabeza para Putin al que —en este momento— lo que le falta y necesita son hombres. El uso de bandas especializadas en crímenes de guerra —sirios, chechenos, norcoreanos etc.— desvela la desesperación de Putin.

Así es Yevgueni Prigozhin, el líder del grupo Wagner que amenaza a Putin

Al Chef de Putin se le ha visto reclutar personalmente a presos, incluidos asesinos convictos, para reforzar las fuerzas rusas en el frente. El ejército privado —red de mercenarios, o ejército privado de facto del presidente ruso— se considera crucial para el esfuerzo bélico de Putin en el frente, mientras siguen las reclamaciones por los fallos de sus fuerzas regulares.

Resulta paradójico que la Rusia actual que no puede/quiere pagar a sus soldados de reemplazo un mísero salario, emplee abundante dinero en reclutar mercenarios, empeño en el que está ahora.

Y una pregunta elemental ¿Cómo se puede reclutar prisioneros para "luchar" en Ucrania, si no hay "guerra" en Ucrania?

Oligarquía y autoritarismo

El Grupo Wagner encarna una combinación de oligarquía y autoritarismo, ingredientes ambos para ser calificado como una organización terrorista, que huye del enfrentamiento con fuerzas convencionales y abandona los cuerpos de sus compañeros tras huir del combate (v.gr., en Donetsk).

Lo que les falta a los mercenarios rusos de Wagner en cuanto a formación militar lo compensan con matonismo, caos y violencia. En 2018, fueron derrotados por un pequeño grupo de fuerzas especiales estadounidenses —Boinas verdes y Marines— en la batalla de Kasham (Siria), donde cerca de 300 murieron en 4 horas.

Acusados de atrocidades en la República Democrática del Congo (RCA), el Kremlin envió a la RCA 175 instructores militares y Rusia ha ganado concesiones mineras de oro y diamantes.

Tres periodistas rusos fueron asesinados a tiros en una emboscada en 2018 al intentar investigar un presunto vínculo entre las minas y el grupo de mercenarios y, hasta la fecha, nadie ha sido acusado en relación con el incidente.

El mes pasado, Putin recibió a 43 líderes africanos en un resort de Sochi en el mar Negro, en un encuentro en el que subrayó la nueva ambición global de Rusia.

Cuando The Guardian preguntó a Prigozhin sobre las supuestas atrocidades del GW cometidas en Malí, el chef de Putin negó que Wagner existiera siquiera, y luego añadió: "Sois un patético grupo de pervertidos en peligro de extinción".

Ucrania afirma haber destruido un oscuro cuartel general del ejército privado de Wagner mientras Prigozhin estaba visitando la base de primera línea en Popasna, en la región de Luhansk ocupada por Rusia. Sin embargo, aún no se han confirmado los informes de que murió en el audaz ataque.

Una fuente ha relatado que el magnate fue herido por un misil de largo alcance del Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS), siendo evacuado inmediatamente al hospital Burdenko de Moscú. Otra fuente cercana a Wagner ha negado que Prigozhin haya sido asesinado: "No es la primera vez que lo entierran".

Ucrania ha ido consiguiendo armas para afrontar la invasión rusa y los resultados lo acreditan. Ganaron la batalla de Kiev y Járkov con Javelins (misiles antitanque y portátiles); detuvieron la ofensiva rusa en el Donbás, con obuses avanzados, y están a punto de recuperar Jerson —primera ciudad de Ucrania en caer bajo control ruso y limítrofe con la anexionada península de Crimea— con HIMARS (misiles capaces de infligir daños en posiciones que antes eran inalcanzables para la artillería ucraniana).