ANÁLISIS

Juegos de guerra en Taiwán: “Una invasión exigiría el mayor desembarco anfibio de la historia”

España y la UE difieren de EEUU y China y piden mantener el statu quo en el estrecho de Formosa

China simula un bloqueo de Taiwán en el último día de sus maniobras militares

China simula un bloqueo de Taiwán en el último día de sus maniobras militares / EFE/ Mei Shaoquan /XINHUA

Mike Minihan, general de cuatro estrellas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, envió hace unas semanas un correo interno a sus comandantes pidiéndoles que se prepararan para combatir contra China. Incluso puso una fecha: dentro de dos años. “Espero que me equivoque, pero mi instinto me dice que lucharemos en 2025”, se leía en la nota de finales de enero, a la que tuvo acceso la cadena NBC. Minihan tiene bajo su mando a 50.000 efectivos del Ejército de Estados Unidos. Dirige el Air Mobility Command, que sería clave en el caso de que Estados Unidos decidiera apoyar a la isla de Taiwán frente a una posible invasión de China. El Pentágono no tardó en decir que esa nota no representa la visión oficial. 

El conflicto alrededor de Taiwán (oficialmente la República de China, un país independiente reconocido por muy pocos Estados y que el Gobierno de Pekín quiere unificar con el resto de la China continental) está adquiriendo un tono eminentemente bélico en los últimos años, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania. El Ejército Popular de Liberación acaba de terminar unas llamativas maniobras militares que han incluido la violación del espacio aéreo de Taiwán en varias ocasiones. La pregunta en el aire y en los círculos de defensa es si es realmente posible una guerra, o si las partes implicadas (Pekín, Taipei, Washington) están solo jugando una gran partida de póker geopolítico. Y la pregunta derivada es dónde se sitúa la Unión Europea (y España) en este conflicto. 

Podría parecer que Taiwán, una pequeña isla de 23 millones de habitantes, no tendría nada que hacer si su vecino del norte quisiera invadirlo y anexionarlo por la fuerza. Nada más lejos de la realidad. El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales CSIS de Washington publicó hace unas semanas un estudio detallado de los posibles escenarios bélicos de una guerra en el estrecho de Formosa. 

Así es la capacidad militar de China y Taiwán

Juntaron a expertos militares, pensadores de think tank y funcionarios del Gobierno y prepararon modelos de una posible invasión anfibia de Taiwán en 2026. Usaron simulaciones por ordenador y datos de desembarcos históricos como los de Okinawa en la segunda guerra mundial o el de las Malvinas de los años ochenta. Dibujaron los escenarios más probables. En la mayoría de ellos, China era incapaz de tomar Taiwán, pero las pérdidas para la isla, Estados Unidos y Japón eran enormes. 

“Lo que era impensable - un conflicto directo entre Estados Unidos y China - se ha convertido ahora en un lugar común de las discusiones entre la comunidad de la seguridad nacional”, se lee en el informe. “Aunque los planes chinos no están claros, una invasión militar no es descartable”.

 

Todo comenzaría, eventualmente, con un bombardeo chino que destruye el grueso de la Armada y Fuerza Aérea taiwanesa. Después, la Armada china rodearía la isla. Miles de soldados chinos empezarían a ser transportados a la isla en barcos militares y civiles, mientras las fuerzas especiales desembarcarían en las playas de la isla. Es en ese momento en el que Estados Unidos intervendría, mientras el Ejército de Taiwán frenarían la ofensiva. Submarinos, bombarderos y aviones de combate americanos, junto a las cercanas Fuerzas de Autodefensa de Japón, destruirían buena parte de la flota china. En el estudio hay dos conclusiones claras: Taiwán debería resistir las primeras horas y su principal error sería el de capitular demasiado pronto; y Estados Unidos debería intervenir rápido, sin dudar. “No hay ‘modelo Ucrania’ para defender Taiwán”, concluye el estudio. Si Washington decide defender a Taiwán, debe involucrarse rápidamente y enviar tropas al terreno. En caso contrario, Taiwán sería derrotado. El coste sería muy alto para todas las partes: Estados Unidos perdería miles de soldados y decenas de barcos y centenares de aviones de combate.

Este escenario de guerra es muy remoto a juicio de Mario Esteban, investigador principal para Asia-Pacífico del Real Instituto Elcano. “La guerra es altamente improbable en el corto plazo. Entre otras cosas, porque requeriría del mayor desembarco anfibio de la historia, y China no tiene los medios”, alega el especialista, que tampoco ve indicación alguna sobre el terreno de que se estén preparando para ello. “Además, el estrecho de Taiwán no es tan estrecho: la distancia media son 180 kilómetros, un ‘campo de tiro’ enorme para que el Ejército de la isla se defienda y dispare a las unidades anfibias”. 

¿Cómo sería una eventual invasión de China a Taiwán?

En ese sentido, una eventual invasión china de Taiwán sería muy diferente a lo que se ha visto en Ucrania, una operación terrestre de entrada a través de una larga frontera común. ¿Podría China destruir con misiles la isla? “Sí, pero eso políticamente es un horror inaceptable para la población china”, alega Esteban. Una cosa es que la República Popular China no pueda aceptar la independencia política de Taiwán, y otra cosa es que su población vea con buenos ojos un ataque masivo contra la isla. Al fin y al cabo, los taiwaneses son descendientes de los chinos nacionalistas del Kuomintang, que se refugió en Taiwán tras perder la guerra civil contra los comunistas de Mao Zedong.

Descrito el posible escenario del conflicto militar, ¿cuál es el tablero geopolítico actual? Grosso modo, la República Popular China, dirigida con mano de hierro por el autócrata Xi Jinping desde Pekín, quiere Gobernar la isla de Taiwán; el Gobierno de Taipei, independiente de facto, quiere mantener el statu quo, porque sabe que un conflicto podría ser su final. Estados Unidos mantiene la conocida como “ambigüedad estratégica”, apoyar militarmente a Taiwán pero sin aclarar si entraría en un conflicto (aunque el presidente Joe Biden ha roto esa postura tradicional y ha afirmado que les defendería). 

La Unión Europea se opone al uso de la fuerza

España y la UE representan una especie de tercera vía. Consideran que no se puede romper el statu quo actual (la independencia de facto de Taiwán) por la fuerza. Si hay reunificación o independencia, debe ser negociada. Esto les diferencia tanto de China como Estados Unidos y Taiwán, que tratan poco a poco de modificar la situación a su favor: Pekín va aumentando sus capacidades militares y amenaza con usar la fuerza para reunificar Taiwán; el Gobierno de Estados Unidos, especialmente desde Donald Trump, aumenta las relaciones con el estrecho de Taiwán. “La Unión Europea se opone firmemente al uso de la fuerza para romper el statu quo en el Estrecho de Taiwán”, ha dicho este martes el portavoz de la Comisión Europea Eric Mamer. 

Pero, de momento, impera el sentido común, alharacas militares aparte. Según Mario Esteban, ni Xi Jinping tiene incentivo alguno para entrar en una guerra que podría perder, ni el Gobierno de Taipei ni su población parece que vayan a declarar unilateralmente la independencia y una nueva “República de Taiwán”, que sería considerado por el Partido Comunista Chino como una declaración de guerra en toda regla. Xi tiene una posición totalmente consolidada y cuenta con el poder absoluto en el país de 1.400 millones de habitantes. ¿Qué incentivo tiene para tirar al aire una moneda de tal calibre?

Por si acaso, el informe del CSIS recomienda que Estados Unidos y sus aliados pongan el foco en cómo prepararse para esa posible invasión. Sugiere que el Pentágono refuerce sus bases en la zona y su alianza con Japón, que sería clave para llegar a la zona rápidamente, antes de que se consumara la invasión. Pide que se refuerce el stock de misiles de largo alcance contra buques. Los taiwaneses, por su parte, deberían adoptar la “estrategia del puercoespín”: adquirir y desplegar más misiles antibuque, gastar menos en barcos de guerra que son vulnerables, y más en un ejército de Tierra que pueda contener el primer embate chino.