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Los ‘clicks’ de Playmobil pierden el ‘made in Spain’

La crisis de ventas de Playmobil pone fin a 48 años de fabricación de estos emblemáticos juguetes en su filial ubicada en el municipio alicantino de Onil

Interior del centro logístico y de  producción de Playmobil en Onil.

Interior del centro logístico y de producción de Playmobil en Onil. / JUANI RUZ

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Fue en 1973 cuando, en plena crisis del petróleo y con la finalidad de utilizar la menor cantidad de plástico posible para la fabricación de juguetes, el ingeniero alemán Hans Beck creó los pequeños muñecos de Playmobil, dando con ello inicio a una historia de éxito que se había mantenido prácticamente hasta la fecha. La trayectoria imparable de la compañía alemana, sin embargo, se ha empezado a torcer como consecuencia de la caída de ventas, y eso ha traído consigo el cese de la fabricación en su filial del municipio alicantino de Onil, después de nada menos que 48 años. Los icónicos clicks, de esta forma, pierden su estrecha vinculación con España, dejando a su marcha un rastro de pérdida de empleos y de volumen de trabajo para numerosos talleres de la zona.

Playmobil, compañía que forma parte del grupo Horst Brandstätter, anunció en octubre del año pasado el recorte de casi 700 puestos de trabajo en todo el mundo, lo que supone el 17% de su plantilla de 4.100 empleados. Una medida que adoptó después de comprobar cómo en el ejercicio 2022-2023 la facturación retrocedió de 653 a 614 millones de euros, según diferentes medios alemanes. ¿El motivo? La tormenta perfecta que azota al conjunto del sector, tal y como han venido subrayando insistentemente desde la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ). La caída de la natalidad es uno de los principales factores que ha derivado en el descenso de las ventas, a lo que se le han sumado la fuerte competencia de las pantallas y los videojuegos, así como, más recientemente, el notable incremento de costes de las materias primas que trajo consigo la pandemia de coronavirus. 

Y esa dinámica negativa en la que ha entrado la multinacional alemana ha terminado impactando en su filial en España, Playmobil Ibérica, ubicada en Onil, que cerró el último ejercicio con una facturación de 40,7 millones frente a los 54,5 millones del año anterior. Una caída que ha traído consigo drásticas consecuencias, toda vez que las instalaciones de la firma en el municipio alicantino se han convertido en un mero centro logístico y comercial.

Se pone fin de esta forma a una larga etapa de casi medio siglo de fabricación de estos emblemáticos juguetes en España. Y es que tan solo tres años después de su creación, en 1975, la empresa Famosa, nacida precisamente en Onil, obtuvo la licencia de fabricación y comercialización de los clicks en el país, dando paso a la razón social Famobil. Fue una aventura que se vio rodeada por el éxito desde el principio, con la incorporación cada vez de más artículos que acompañaban a los pequeños muñecos de plástico, como el barco pirata, el castillo medieval, las diferentes casas de muñecas, el fuerte del Oeste y las granjas de animales.

Empujón económico

Fruto de los buenos resultados, en 1983 Horst Brandstätter decidió quedarse con el negocio, inicialmente todavía con participación de Famosa y finalmente en solitario, creando con ello Playmobil Ibérica, que asumió también las instalaciones de la antigua Famobil.

La andadura de los clicks en Onil dio para mucho y supuso un fuerte empujón económico para la comarca de la Foia de Castalla, donde se registra la producción, dado que a los 150 empleados con que llegó a contar la empresa hay que sumar alrededor de una cincuentena de talleres que han estado trabajando como proveedores, desde inyectores de plástico hasta fabricantes de envases, pasando por litografías.

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Durante estos años, la empresa ha registrado todo tipo de vicisitudes, incluyendo un incendio en 1988 que arrasó las naves de la compañía. Fue un golpe muy duro del que pudo salir gracias a que consiguió salvar la mayor parte de los artículos terminados y a que Famosa cedió otros espacios para que pudiese continuar la actividad. La factoría, ya en manos de la compañía alemana, llegó a fabricar unas 20 referencias anuales para su distribución por todo el mundo, siendo el citado barco pirata el artículo que mejores rendimientos ha llegado a dejar.

Todo eso, sin embargo, ya es historia. El cierre de la producción en Onil ha traído consigo un ERE que ha afectado a 26 de los 61 trabajadores que continuaban en la factoría, en una reducción de plantilla que puede ir a más. También una pérdida de actividad para los proveedores. El futuro, ahora mismo, es una incógnita, aunque, de entrada, lo que ya está claro es que los clicks no seguirán luciendo el sello made in Spain.