FALTA MUNICIÓN Y REPUESTOS

El armamento de fabricación soviética se acaba en Ucrania: hay que pasar al estándar OTAN

La munición se acaba, y parte del armamento, el grueso de origen soviético, ha sido destruido por las fuerzas rusas o necesita reparación

Un ejemplo son los tanques que han enviado países como Polonia: los viejos T-72 de fabricación soviética

No hay líneas de producción de artillería o tanques rusos ya en Europa, dice Yago Rodríguez. Ucrania no produce y no se reemplaza, dice Kalev Stoicescu

Soldado español parte de la fuerza avanzada de la OTAN

Soldado español parte de la fuerza avanzada de la OTAN / VALDA KALNINA

Mario Saavedra

Mario Saavedra

La guerra de Ucrania pronto cumplirá cinco meses. Miles de toneladas de munición han sido ya utilizadas. Centenares de tanques o vehículos blindados han sido destruidos, o están averiados y a falta de piezas de repuesto. El grueso del material que lleva usando Ucrania durante los primeros meses de la guerra es de fabricación soviética, vestigio de cuando era una república más de la URSS. Otras ex repúblicas soviéticas como Polonia o la República Checa han enviado tanques T-72 o defensas antiaéreas S-400, ambos de fabricación soviética. Son sistemas viejos, pero fáciles de usar por el grueso del ejército ucraniano o las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania, donde abundan los hombres talludos formados en el Ejército Rojo. 

Pero Kiev ha alertado hace semanas de que ni tiene munición ni repuestos para ese armamento, ni tampoco puede fabricarlos. “Ucrania ya no produce artillería o vehículos armados. La munición no se reemplaza. Dependen cada vez más de las armas y municiones occidentales”, dice a

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Kalev Stoicescu, investigador del think tank ICDS. 

Se ha comenzado un proceso de transición hacia armamento más moderno de los países OTAN (de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Polonia o España, entre otros).

“El grueso de las líneas de fabricación de armamento soviético han desaparecido de los países del este de Europa a medida que han hecho una conversión a material más estandarizado OTAN, sobre todo de material pesado”, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Yago Rodríguez, doctor en innovación militar de insurgencia y editor de Political Room.

Ucrania va a tener que hacer una transición especialmente hacia la artillería y los blindados occidentales, sobre todo si la guerra se alarga. “Problema: el material occidental es más complejo y más difícil de mantener. Los tanques estadounidenses gastan una cantidad indecente de combustible”.

En cuanto a los materiales más simples, como los Kalshnikov, no hay problema porque sigue habiendo líneas de producción en países como Rumanía o Bulgaria.

Un informe publicado este miércoles por el instituto FDD apunta a otra solución: que, en el ínterin, se pida a otros países no aliados que envíen su armamento soviético, y que los países de la OTAN luego se lo repongan. Han identificado  6.300 sistemas armamentísticos útiles en decenas de países que podrían ser enviados a Ucrania, siempre que Washington o Bruselas se lo pidieran a los respectivos Gobiernos y estos dieran su aquiescencia. Son helicópteros, aviones, artillería o sistemas antiaéreos de origen soviético que están en Colombia, Argentina, Egipto, Jordania, Finlandia, entre otros

Unas Fuerzas Armadas “otanizadas”

Parte del armamento moderno de la OTAN ya está en el campo de batalla. Se han visto en combate los lanzamisiles múltiples estadounidenses HIMARS. Rusia asegura que ha destruido dos sistemas de misiles antibuque Harpoon en Odesa, por ejemplo. La Alianza como organización insiste en desligarse de estos envíos. "La OTAN no está en guerra, los envíos los hace cada país", insisten fuentes diplomáticas. 

Reino Unido tiene ahora en marcha un programa de entrenamiento de tropas hasta 10.000 soldados cada tres meses, según ha contado a este diario el embajador británico en España Hugh Elliott. Previamente, en la llamada Operación Orbital, militares británicos dieron formación a más de 22.000 miembros de las Fuerzas Armadas de Ucrania desde 2015.

“Tarde o temprano, las Fuerzas Armadas de Ucrania cumplirán con los estándares OTAN, sobre todo si consideramos, no sólo la munición o las armas, sino el entrenamiento y el estilo de mando, que es cada vez más el propio de la Alianza”, dice Stoicescu. 

Los ejércitos son, sobre todo, los hombres y mujeres que los forman. Todos los analistas subrayan siempre el factor humano como el determinante: el entrenamiento de las tropas, la estrategia empleada por los generales, el funcionamiento de la cadena de mando y la motivación de los soldados. En ese sentido, el ucraniano es un ejército que ha despegado gracias al entrenamiento durante años de sus mandos por parte de Occidente. 

La nueva artillería marca la diferencia

Los howitzer (obuses) son un tipo de armas de largo alcance que disparan proyectiles a velocidades medias pero con una trayectoria relativamente alta. Están a medio camino entre un mortero, en el que la munición sube alto y luego baja rápido, y un cañón, que tiene un disparo en línea recta. Están siendo una de las armas más usadas en la guerra de Ucrania, tanto por los artilleros rusos como por los ucranianos. Y empiezan a llegar las versiones más modernas de los países OTAN. 

En la cumbre de la Alianza de la semana pasada en Madrid, por ejemplo, el presidente francés Emmanuel Macron comprometió el envío al país de otros seis howitzers del modelo Caesar, producido en el país galo. Alemania ha mandado otros siete de sus Howitzer 2000 autopropulsados, y aseguran que su industria militar está dispuesta a producir 100 nuevos a corto plazo. También han llegado obuses M777 británicos.  

Abundan también en el campo de batalla el este de Ucrania los lanzamisiles múltiples, conocidos como MLRS por las siglas en inglés de Sistemas de Lanzamiento Múltiple de Misiles. Es un arma muy criticada por las organizaciones de defensa de los civiles en los conflictos, porque lanzan misiles a discreción y barren una zona con poca precisión, lo que fomenta las bajas de no combatientes. En el Donbás hay MLRS rusos BM-27, pero también  M270 y los mencionados M142 HIMARS, uno de los MLRS más efectivos. Ucrania resiste con ello frente a los bien entrenados artilleros rusos.

“Si los lanzacohetes múltiples BM27 Uragan de fabricación soviética, con los que Kiev estaba dotado hasta ahora, necesitaban más de 20 minutos para realizar un segundo lanzamiento, los M142 HIMARS estadounidenses que acaban de entrar en servicio no precisan más de cinco”, escribe en este diario Jesús A. Núñez Villaverde, codirector del IECAH. Esos tiempos son clave, dice el experto en conflictos, para sobrevivir al fuego de contra artillería “que busca eliminar los lanzadores antes de que puedan cambiar de posición”.  

Rusia, exhausta, hace una “pausa operativa”

Tras 135 días de guerra total, Rusia también está exhausta. Por eso Moscú ha anunciado este jueves, 7 de julio, que las Fuerzas Armadas rusas han hecho una “pausa operativa” para descansar y recuperar sus capacidades de combate, en palabras del portavoz del ministerio ruso de Defensa Igor Konashenkov, que no ha especificado la duración del parón. 

“El ejército ruso tiene dificultades para reabastecerse de munición y material militar, no pueden producir al ritmo al que gastan”, explica Kalev Stoicescu. “Pero yo creo que la pausa es un engaño, porque siguen los ataques aéreos y el lanzamiento de artillería y misiles; ya vimos anuncios similares de pausa en la guerra del Donbás iniciada en 2014 y siempre los incumplían”.

Capturar cada pueblo de la zona está suponiendo para Moscú un alto coste en tiempo, esfuerzos militares y bajas. Mientras,

Vladímir Putin

se esfuerza para conseguir soldados suficientes sin declarar la movilización general y, por tanto, reconocer que está inmerso en una guerra a gran escala.  “Está pagando a mercenarios y reclutando en las cárceles. Veremos en agosto o después de verano, cuando reanuden la ofensiva, por dónde va la guerra”, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el analista.