INVASIÓN DE UCRANIA

¿Puede Ucrania ganar la guerra? Vencerá si evita ser destruida como Estado por Rusia

Karel Lanoo: “Creo que Rusia ya ha perdido y que Ucrania entrará en la UE”

Borja Lasheras: “El objetivo de Putin es la destrucción de Ucrania como Estado y la subyugación de su población

Una mujer arropada por una bandera de Ucrania besa a una niña durante una manifestación.

Una mujer arropada por una bandera de Ucrania besa a una niña durante una manifestación. / REUTERS/Serhii Hudak

Mario Saavedra

Mario Saavedra

El asalto total ruso al Donbás ucraniano amenaza con convertirse en otra carnicería de civiles y dejar un reguero de ciudades e infraestructuras destruidas. El Ejército ucraniano ha conseguido evitar lo peor en el noroeste del país pero, en estas circunstancias, ¿es capaz de oponerse a la aparente superioridad militar rusa durante mucho tiempo? ¿Qué puede considerarse una victoria de Ucrania ante tan formidable invasor? 

“Para saber qué aspecto tiene una victoria en esta guerra hay que comprender cuáles son los objetivos de ambas partes: el de Putin y su círculo es la destrucción de Ucrania como Estado y la subyugación de parte de la población”, explica a

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

Borja Lasheras, exasesor del Gobierno e investigador senior del Centre for European Policy Analysis. “El objetivo ucraniano es sobrevivir resistiendo hasta llevar a Rusia a aceptar en una negociación unas condiciones mínimamente aceptables”, subraya.

La OTAN, Estados Unidos y la Unión Europea han estado apoyando a Ucrania durante años: formación militar, arsenal y, ahora, armas ofensivas e inteligencia militar. En este sentido, la derrota de Rusia en Ucrania sería una victoria de Occidente. 

La guerra de hecho ya se ha ganado, porque Putin ha subestimado la unidad de Occidente”, argumenta para este diario Karel Lanoo, director del Centro de Estudios de Política Europea CEPS. Washington ya ha dicho explícitamente que quiere a Rusia derrotada y de rodillas. “A Moscú le va a ser muy difícil quedarse en las regiones de los territorios que reclama del Donbás, aunque quizá se mantenga en Crimea”, concluye Lanoo.

Militarmente, hay consenso generalizado en que la primera fase de la ofensiva rusa ha sido decepcionante. Putin había emprendido una cara modernización de sus Fuerzas Armadas en los últimos años, y ha exhibido la compra y el despliegue de material bélico moderno (misiles hipersónicos Kinzhal o Iskander, sistemas antiaéreos Pantsir S-1 o de guerra electrónica Krasukha-4). Sin embargo, los resultados sobre el terreno contra una Ucrania numéricamente inferior han sido bajos. Ninguna gran ciudad ha sido tomada en casi dos meses de contienda. 

Rusia ha perdido a media docena de generales en el campo de batalla. La OTAN estima en hasta 45.000 los soldados fuera de combate, hasta 15.000 fallecidos y 30.000 heridos, de un total de alrededor de 180.000 que comenzaron la invasión. Pero Moscú aún no ha sacado todo su material de guerra ni, según algunos analistas, a sus mejores tropas. Es pronto para determinar si esta primera fase de escasos resultados va a ser la tónica de las próximas semanas o el Ejército ruso aumentará sus ataques y el daño causado a la población para obligar a Volodímir Zelenski a claudicar.

Varios ataques con misiles en Leópolis matan a al menos siete personas

El precio a pagar por Ucrania


Ucrania está sufriendo un daño enorme en bajas humanas. Naciones Unidos contabiliza 2.000 civiles muertos, pero es una subestimación: el alcalde de Mariúpol ha asegurado que, solo en esa ciudad, a la que no se puede acceder por estar bajo control ruso, ya han fallecido más de 22.000 civiles. El Ejército ucraniano admite alrededor de 3.000 soldados muertos en combate, aunque Rusia eleva la cifra a cerca de 20.000. Además, Ucrania ha perdido el control de un 10% de su territorio, una parte relevante de sus infraestructuras está dañada, y el Banco Mundial estima una caída del PIB de cerca del 50% de aquí a final de año. 

La historia militar reciente de Rusia ha mostrado que tiene pocos límites en cuanto a la destrucción que está dispuesto a provocar cuando ataca un país. Acabó casi por completo con la capital chechena de Grozni, ha dejado a ras de suelo con sus bombardeos ciudades sirias como Alepo y en Ucrania ha hecho casi desaparecer la ciudad portuaria de Mariúpol. ¿Cuántas más Mariúpol puede encajar el Gobierno ucraniano antes de rendirse?

“Putin, en su discurso antes de lanzar la guerra, dijo que Ucrania no existía. Como de hecho existe, el objetivo de Moscú es hacerla desaparecer y, para ello, el plan es escalar la ofensiva militar y barbarizar al país”, dice Lasheras. “Yo doy por descontado que van a usar armas químicas. Cuantos más reveses militares, mayor violencia rusa”, afirma.

¿Qué aspecto tendrá un acuerdo de paz?


Esta guerra acabará, como todas, primero con un alto el fuego y luego, eventualmente, con un acuerdo de paz. Pero, ¿cuál será su contenido?

El insufrible día a día en Járkov

/ Agencia ATLAS | Foto: EFE

Rusia quiere que el mundo reconozca Crimea como rusa, que se anexionó con un referéndum ilegal en 2014. Ucrania dice estar dispuesta a negociar la situación de esta península del mar Negro, pero solo tras 15 años tras la firma de un acuerdo de paz. Los hechos consumados apuntan a que la región es ya de facto rusa. Volodímir Zelenski podría permitirse mantener el statu quo y aun así proclamar la victoria. Y así conseguir que un eventual acuerdo fuera aprobado por mayoría en el referéndum que, ha dicho, convocará antes de firmar cualquier tratado con el Kremlin.

Igual de complicado es el estatus final de las dos autodenominadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, en el área donde ahora se está intensificando la ofensiva. Estas zonas llevan siendo “rusificadas” desde 2014, cuando una revolución proeuropea depuso al entonces presidente Viktor Yanúkovich. Se repartieron pasaportes rusos en las zonas controladas por las fuerzas independentistas. Un millón y medio de habitantes de estas dos regiones salieron de allí, alrededor de un cuarto del total. Poco antes de lanzar la invasión total de este año, el Parlamento ruso reconoció a estas dos repúblicas como independientes. Es una zona industrial y minera de carbón, y con puertos clave para el transporte del grano ucraniano como el de Mariúpol, en pleno mar de Azov. Su pérdida definitiva supondría un roto importante para las posibilidades económicas de Ucrania. 

Ucrania tiene en su constitución la obligación de intentar entrar en la OTAN. Pero esto es algo a lo que probablemente pueda renunciar en un acuerdo de paz, a cambio de ciertas garantías de no agresión. “En realidad, Ucrania tenía unas posibilidades entre nulas y casi nulas de entrar en la Alianza Atlántica antes de la invasión”, afirma Lasheras. Ni siquiera esa posibilidad ha entrado dentro de los argumentos usados por Putin para justificar la guerra (a saber, la “liberación” del Donbás y la “desnazificación” de Ucrania). “Solo mencionó a la OTAN unas pocas veces en su discurso previo a la guerra”, afirma el analista, mientras insistía en que Ucrania era una creación de Lenin. 

Otra cosa es la entrada en la Unión Europea. Este lunes, Kiev ha enviado el cuestionario inicial para solicitar la adhesión. Es un proceso de examen que culmina con el país elegido como candidato a la entrada. Pero después viene un recorrido muy largo antes de unirse al club. 

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. / EFE

“Sí creo que Ucrania entrará en la UE. Zelenski ha conseguido tal reputación en Bruselas que no hay no hay marcha atrás”, opina Lanoo, del think tank bruselense CEPS. “Europa ha aprendido del caso de Turquía, un país gobernado por un Erdogan que fue proeuropeo y que se ha convertido en euroescéptico tras no conseguir entrar”.

Hace unos días, la Agencia Rusa de Información RIA Nóvosti publicó un artículo en el que se proponía el castigo a la población civil ucraniana y su envío a “campos de reeducación” para “desnazificar” de forma efectiva al país. En este contexto, y ante la potencia militar rusa, Ucrania puede considerarse vencedora si consigue evitar el martirio de su población, convertirse en un país títere del régimen del Kremlin o su inviabilidad como Estado democrático. Ucrania gana si aguanta el envite y termina la guerra. Pero el conflicto, muy probablemente, se quedará abierto y congelado en el futuro cercano.