COMIENZA LA 2ª FASE DE LA GUERRA

La gran batalla de la estepa del Donbás pondrá a prueba los tanques rusos contra los drones de EEUU

Rusia tiene ventaja en un enfrentamiento en campo abierto, pero Ucrania puede ganar, según los analistas consultados

Tanques rusos realizan ejercicios militares en Bielorrusia

Tanques rusos realizan ejercicios militares en Bielorrusia / Ministerio de Defensa ruso

Mario Saavedra

Mario Saavedra

La gran ofensiva rusa contra la región del Donbás ya ha comenzado, tras abandonar su Ejército el norte de Kiev. Este cambio le da a Rusia una ventaja: ahora va a poder usar sus tanques y helicópteros en el campo abierto de la gran estepa del este ucraniano. Batallas frontales contra el Ejército ucraniano, que ya no podrá aprovechar las zonas boscosas para hacer emboscadas a las columnas rusas como hizo en los alrededores de la capital.

Las llanuras del Donbás suponen una ventaja para Rusia frente a las colinas y bosques del noroeste del país. Aunque en la estepa está lloviendo copiosamente y los campos están intransitables”, dice a

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

Kalev Stoicescu, del Centro Internacional de Defensa y Seguridad de Tallin.

“Si sigue lloviendo, los rusos deberían usar las carreteras para mover sus tanques y vehículos blindados, pero eso es un riesgo porque los ucranianos podrían hacer emboscadas en las columnas de tanques, como las que se han visto en el norte del país. Si deja de llover, el equilibrio de fuerzas puede cambiar”.

Dejar el frente norte para centrarse en la ofensiva al este tiene más beneficios para Moscú. La zona de batalla está junto a la frontera con Rusia, lo que le permitirá reabastecerse con más facilidad. Además, favorecerá ataques de los aviones de la fuerza aérea rusa sin tener que entrar demasiado en territorio ucraniano y arriesgarse a ser derribados. 

Ucrania no tiene por qué perder esta gran batalla de la estepa. Cuenta con armamento nuevo occidental muy eficaz; una red de trincheras y defensas preparada en estos ocho años de guerra en el Donbás; y una moral mucho más alta. 

El Ejército ucraniano ha sido bastante efectivo en la localización y neutralización desde el aire de las columnas de tanques rusos con los drones Bayraktar TB2 turcos. Estados Unidos ha comprometido el envío de 100 drones asesinos de última generación llamados Switchblades.

Tanques ucranianos

Ucrania también cuenta con tanques. Y Occidente está reabasteciendo parte de los perdidos en combate. La República Checa ha estado enviando de forma discreta tanques T-72 de la era soviética, que son perfectos para la batalla porque los soldados ucranianos los conocen bien y no tienen que ser formados en su uso.

Además, Kiev asegura que ha reducido la fuerza rusa considerablemente. Dice haber capturado o destruido cerca de 800 tanques, 2.000 vehículos blindados de transporte de tropas y 150 helicópteros, entre otro material militar, algo que no ha podido ser verificado por ninguna fuente independiente, aunque hay decenas de vídeos que muestran la destrucción de estos equipos.

La clave de lo que ocurrirá en la batalla del Donbás depende en parte de la rapidez con la que lleguen los suministros de material de guerra de Occidente. En los últimos días ha habido una lluvia de millones para Ucrania en forma de compromisos de entrega de material militar. Joe Biden anunció 800 millones de dólares en todo tipo de material de última generación: sistemas de artillería y munición, vehículos blindados de transporte de tropas y helicópteros, además de los drones suicidas. Europa enviará armamento ofensivo por valor de otros 500 millones de euros. En total, Ucrania cuenta con varios miles de millones de euros en material ofensivo mandado mayoritariamente por países de la OTAN.

“Hay muchos condicionantes para esta nueva fase de la guerra, pero Ucrania puede ganarla si mantiene el suministro de misiles anticarro y los rusos siguen atacando con unidades viejas y menos cohesionadas”, dice a

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

Guillem Colom doctor en seguridad internacional de la Universidad Pablo de Olavide. 

Rusia va a tratar de hacer cercar a las tropas ucranianas con una pinza desde la ciudad de Járkov, en el norte, hasta el frente sur, en Crimea. Básicamente, se trata de separar los batallones que luchaban en la zona de Kiev de los que lo hacían en el Donbás.  “Pero no creo que lo consigan, probablemente será un desastre”, concluye Colom.

Ofensiva en el Donbás

La ofensiva del Donbás lleva, en realidad, ocho años en marcha, desde el alzamiento de prorrusos en las regiones de Donetsk y Lugansk y la declaración unilateral de las Repúblicas Populares del mismo nombre. Aquel conflicto ha dejado más de 14.000 muertos y un sistema de trincheras y campos de minas que se están usando desde que el pasado 24 de febrero Rusia ordenó la invasión de Ucrania.

Esta nueva fase de la guerra rusa estará a cargo de un general que lleva combatiendo en el Donbás desde 2016: Alexánder Dvórnikovm, apodado el “carnicero de Siria” por las tropelías que ha cometido en el país de Oriente Próximo. Él es ahora el jefe único de la ofensiva (antes había varios generales en cada frente), y conoce bien el terreno. Su experiencia puede servir de contrapeso al desánimo de sus tropas, muchos de ellos soldados de reemplazo jóvenes e inexpertos, y a la carencia de material en buen estado. 

Del otro lado, los soldados de los batallones y de las Fuerzas de Defensa territoriales ucranianas llevan también ocho años combatiendo en la zona, y tienen una alta formación y experiencia de combate.

En 2008, tras una pobre actuación en la invasión de Georgia, Putin prometió modernizar sus Fuerzas Armadas. “Desde entonces, Rusia se ha gastado más de un billón de euros en temas militares, pero no parece que haya resultado, según el resultado que estamos viendo en Ucrania”, explica Stoicescu, exfuncionario del ministerio de Defensa y de Exteriores estonio que lleva tres décadas estudiando Rusia. “Posiblemente, la corrupción se haya llevado una parte. Pero lo que está claro es que Moscú está librando una guerra típica de la segunda guerra mundial”.