INVASIÓN DE UCRANIA

Krasukha-4, el potente sistema de bloqueo de comunicaciones ruso capturado por Ucrania

Pueden interferir con satélites o aviones de reconocimiento

Rusia no está usando esta "joya" de su Ejército con la profusión esperada

Krasukha-4, el potente sistema de guerra electrónica ruso para bloquear comunicaciones

Krasukha-4, el potente sistema de guerra electrónica ruso para bloquear comunicaciones / Vitaly V. Kuzmin

Mario Saavedra

Mario Saavedra

La guerra que está llevando a cabo Rusia contra Ucrania deja tres grandes misterios por resolver en el terreno militar. Uno, por qué Moscú no ha lanzado todo su poder aéreo; otro, por qué no ha realizado grandes ataques de ciberguerra; el último, relacionado con el anterior, es por qué no ha deshabilitado las redes de comunicación ucranianas. En la mayor parte del país funciona el teléfono, Internet o la radio. 

La incógnita es aún mayor, según apunta una fuente de Defensa a este diario, sabiendo que Moscú tiene un arma especializada en la interferencia de señales de comunicación (signal jamming, en inglés): es el Krasukha-4, un sistema de guerra electrónica transportable que viaja en un camión de 8x8 ruedas, el Kamaz-6350. 

El Krasukha-4 es capaz de neutralizar satélites de órbita baja o aviones de control y vigilancia aérea (AWACS, en sus siglas en inglés) en un rango de entre 150 y 300 kilómetros, entre otros. Usa, para ello, tres antenas parabólicas que emiten fuertes señales.

“El Krasukha es un sistema potente y moderno (los primeros fueron entregados al ejército ruso en 2013) de interferencia de señales: consigue bloquear todos los sistemas de radio, radares, drones, comunicaciones…” explica a

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

Martin Hurt, investigador del Centro Internacional de Defensa y Seguridad de Estonia (ICDS). “Pero no lo han usado mucho en Ucrania. Ha habido algunas informaciones de tropas ucranianas que han tenido que adaptarse a ataques de jamming rusos y se sabe que hay unidades en el terreno”.

El pasado 22 de marzo, el ejército ucraniano anunció la captura de una de estas unidades, en concreto un módulo de comando de Krasukha-4. En las fotos subidas a las redes sociales se apreciaba una de estas unidades cubierta de ramas y camuflaje, parcialmente dañada y abandonada en las afueras de Kiev. 

El Krasukha pertenece a las brigadas del Ejército de Tierra, según Roger N. McDermott, autor del libro ‘Capacidades de guerra electrónica rusa hasta 2025’. “Es uno de los más modernos sistemas de guerra electrónica rusos. Pueden destrozar las comunicaciones a varios centenares de kilómetros de distancia. Las brigadas a las que pertenecen dan apoyo a las tropas de combate y se pueden separar en partes más pequeñas dependiendo del tamaño de la fuerza y de la misión asignada”, escribe. 

Han sido desplegados en Siria, que ha sido el “campo de pruebas y entrenamiento” del Ejército ruso, según se jactó Alexander Dvornikov, el "carnicero de Siria" que ha sido puesto ahora al mando de las fuerzas rusas en Ucrania.

Técnicamente conocidos como 1RL257 Krasukha-4 Electronic Warfare system, estos sistemas son presuntamente capaces de inhabilitar satélites de órbita baja como el estadounidense US Lacrosse/Onyx. También puede anular radares con base en tierra. Sirve para bloquear aviones de vigilancia AWACS o los Sistema de Radar de Vigilancia y Ataque Conjunto (JSTARS). También puede en principio pilotar a distancia y guiar por radar hasta a 300 kilómetros de distancia. Es capaz de dañar las comunicaciones del enemigo, y proteger de vehículos aéreos no tripulados (UAV) o misiles antiradiación (ARM).

“Para hacer el bloqueo de señales, el Krasukha-4 detecta, procesa y analiza las señales dentro del rango de actuación usadas por radares o radios emisoras. Luego, las bloquea con señales retransmitidas por sus tres antenas parabólicas sin restricción de altura o ángulo de orientación”, asegura Stefano D'Urso en The Aviationist.

La guerra electrónica

El Krasukha-4 forma parte del arsenal de guerra electrónica moderna ruso, junto a otros jammers como el Leer-3, Moskva o Murmansk. Este tipo de batallas son cada vez más importantes.

“Usar el móvil en el campo de batalla, por ejemplo, es suicida”, cuenta Martin Hurt. “Se te localizará y se te bombardeará. Desvelarás tu posición. Los rusos lo hicieron en el Donbás.”, cuenta Hurt. Los rusos son buenos hackeando los móviles de los soldados. “Aquí en Estonia, incluso en período de paz, tenemos ejemplos de soldados que, en medio de la noche, han visto cómo sus móviles han comenzado a reproducir muy alta música que no tenían”. Una forma de atemorizar al enemigo. Una muestra de la guerra electrónica rusa que, de momento, al menos en Ucrania, no ha sido desplegada a su máxima potencia.

Uno de los motivos a los que se apunta para explicar que Rusia no haya desplegado toda su fuerza de guerra electrónica es que los ucranianos están luchando en grupos pequeños, dispersos y con radios entregadas por la OTAN que no son fácilmente detectables. 

En la guerra del Donbás de 2014 utilizaron los Krasukha con profusión, entre otras cosas porque había líneas de ataque concretas. El uso indiscriminado de guerra electrónica en todas direcciones podría afectar a sus propias tropas. Ahora que han abandonado el frente de Kiev para centrarse en el este, quizá empiece a verse en acción la “joya” de bloqueo de señales del ejército ruso, el Krasukha.