Putin da la bienvenida a algunas ideas de Macron sobre la seguridad en Europa

Nada de saludos efusivos, ni calidez en las formas. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha recibido este lunes en el Kremlin a su homólogo de Francia, Emmanuel Macron, para escuchar de primera mano sus ideas sobre la seguridad en Europa del este. Tras seis horas de conversaciones, en un tono más conciliador que el empleado en los últimos días, el líder del Kremlin ha admitido, durante un encuentro con la prensa celebrado a altas horas de la noche, que algunas de las propuestas que le había traído desde París su interlocutor galo podían "sentar las bases de avances futuros".

Este martes, Macron tiene previsto viajar de Moscú a Kiev, donde se entrevistará con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y a quien transmitirá los resultados de su viaje a la capital rusa. Acto seguido, el dirigente francés hablará con Putin de nuevo. A pocos meses de las elecciones presidenciales en Francia, Macron intenta ejercer de mediador en la crisis de seguridad más grave que ha atravesado el continente europeo desde el fin de la Guerra Fría en el siglo XX, algo que de salirle bien, impulsaría su imagen como estadista internacional, tanto en el interior como en el exterior de su país.

El líder del Kremlin ha aprovechado la ocasión para cargar con dureza contra la OTAN y exigir una reconfiguración total de la estructura de seguridad en el continente europeo que emergió del fin de la Guerra Fría del siglo XX. algo a lo que Washington y Bruselas se oponen tajantemente. "Se nos intenta calmar diciendo que la OTAN es una organización pacífica y defensiva", ha destacado, antes de mencionar ejemplos que, según su opinión, demuestran todo lo contrario. "Irak, Libia, Belgrado..." "Es la OTAN la que se acerca a nuestras fronteras", ha enfatizado.

El arranque del encuentro se había producido en un ambiente gélido. "Nuestro continente está hoy en una situación muy crítica, lo que nos obliga a ser extremadamente responsables", había afirmado Macron, sentado a un extremo de una larga mesa blanca en el salón del Kremlin y separado de varios metros del líder ruso.

Tras un prolongado silencio, Putin había respondido admitiendo que ambos países compartían "la preocupación por lo que sucede en la esfera de seguridad en Europa". Tras alabar los "esfuerzos" que estaba realizando Macron "personalmente" para desactivar la crisis, el presidente ruso ha pedido que una hipotética resolución "proporcione seguridad de forma equilibrada a Europa para una perspectiva de seguridad histórica".

Atmósfera gélida

Esta atmósfera de distanciamiento se había repetido en el aeropuerto moscovita de Vnúkovo, donde aterrizó el airbus presidencial francés con media hora de retraso después de que hiciera un rodeo para evitar sobrevolar el espacio aéreo de Bielorrusia, objeto de sanciones por parte de la UE que afectan al tráfico de aviones. El presidente francés tardó otra media hora en salir del aparato, y una vez lo hizo, comprobó que nadie se hallaba al pie de la escalerilla para recibirle, que no había coche esperando en la misma pista como suele ser habitual y que debía recorrer a pie la distancia que separaba el aparato de la terminal para personalidades.

En las horas previas a la visita el dirigente francés ha querido enmendar la plana al presidente norteamericano Joe Biden, quien en ocasiones prácticamente había dado casi como un hecho consumado una invasión militar de Ucrania. En una entrevista con Le Journal de Dimanche, el mandatario francés había subrayado que el problema no radicaba en la exrepública soviética, que en 2014, durante la revolución de Euromaidán, cortó definitivamente amarras con Moscú: "Claramente, el objetivo del Kremlin no es Ucrania, sino clarificar las reglas de cohabitación con la UE y con la OTAN"

Por contra, desde el Kremlin, las fuentes oficiales han intentado rebajar cualquier tipo de expectativas. "La situación es demasiado compleja como para que se produzcan avances decisivos en un solo encuentro", había prevenido el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.