ELECCIONES

Los chilenos enfrentan la encrucijada electoral más dramática de las últimas décadas

El ultraderechista José Antonio Kast y el joven diputado de izquierdas Gabriel Boric llegan a la contienda en medio de una fuerte polarización

La cita electoral es la más tensa desde el plebiscito que frenó en 1988 las ambiciones de perpetuidad del dictador Augusto Pinochet

El candidato electoral por el Frente Amplio, Boric, en un colegio electoral en Chile.

El candidato electoral por el Frente Amplio, Boric, en un colegio electoral en Chile.

Abel Gilbert

El servicio meteorológico chileno pronosticó un domingo con temperaturas cercanas a los 36 grados, una verdadera anomalía en vísperas del verano, a tono con el clima político. La segunda vuelta presidencial más caliente desde que se recuperó la democracia, en 1990, encuentra a la sociedad ante una encrucijada dramática. La pelea entre el ultraderechista José Antonio Kast y el joven diputado de izquierdas Gabriel Boric recuerda en parte las tensiones y antagonismos del plebiscito de octubre de 1988 que frenó las ambiciones de perpetuidad del dictador Augusto Pinochet.

Pero estas elecciones no representan solo un retorno a los males del pasado. Los temores se pueblan a su vez de los fantasmas del presente y se alimentan de las 'fake news' y las nuevas tecnologías de la difamación. El electorado tendrá en sus manos evitar que Chile se mire al espejo del Brasil de Jair Bolsonaro y la experiencia norteamericana con Donald Trump.

Los sondeos que se conocieron semanas atrás auguraron una victoria del candidato de la coalición Apruebo Dignidad. Pero las empresas de encuestas no se la han jugado completamente por Boric, entre otras cosas porque una importante franja de los entrevistados se muestra indecisa o no quiere revelar sus preferencias. La posibilidad de un voto oculto en favor de Kast no es descartada por los analistas. La cantidad de chilenos que acudan a las urnas también puede ser determinante. El candidato republicano ganó la primera vuelta con el 27,9% de los votos, pero con una participación del 45% del padrón electoral.

La tensión era tan palpable en las vísperas que cada palabra de más no ha hecho más que alimentar las discordias. Francisco Chahuán, el presidente de Renovación Nacional, la formación derechista a la que pertenece el actual presidente, Sebastián Piñera, y que se ha volcado sin pudores por la candidatura de Kast, aseguró que el escrutinio del domingo por la noche podría ser tan estrecho que "finalmente" puede obligar a intervenir "a los tribunales electorales", como ocurrió en Perú meses atrás.

"Confío en los chilenos y chilenas y confío también en las instituciones de Chile que van a entregar los resultados cuando corresponda y no voy a ponerlos en duda", respondió Boric, y lanzó una advertencia. "Es de manual lo que está haciendo la ultraderecha en Chile, ustedes lo ven, es exactamente lo mismo que hizo Trump", abundó.

Fricciones y reacomodos

dos años del estallido social que alteró las coordenadas políticas, en medio de una pandemia que ha provocado estragos sociales, Chile concluye el año con un crecimiento económico del 12% pero alarmantes niveles de desigualdad. La Convención Constituyente funciona con un ojo en los debates y otro en los comicios porque existe la posibilidad de que se redacte una Carta Magna de fuerte corte progresista y el 11 de marzo venidero asuma un jefe de Estado ubicado en las antípodas ideológicas.

Para que el electorado moderado no gane en mayores sustos, y por recomendación de sus asesores, Kast ha hecho un giro al centro. Andrónico Luksic, uno de los empresarios más ricos de Chile ha saludado ese gesto. Boric también ha atemperado sus discursos y ha recibido el respaldo de los expresidentes Michelle Bachelet y Ricardo Lagos, además de importantes dirigentes socialistas y demócrata cristianos.

Llamamientos

"¿Tengo miedo de que (Kast) sea el próximo presidente de Chile? Claro que sí. Somos millones", ha dicho la escritora Montserrat Martorell, y ha recordado que su abuelo estuvo preso en el Estadio Nacional tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. "Sus mejores amigos fueron asesinados en la dictadura. En abril cumple 91. Esta puede ser su última elección. Por él y por la memoria de este país yo voto por Boric”, ha argumentado.

Mónica González, una de las grandes periodistas chilenas, autora de 'La Conjura', el mejor libro sobre el golpe de Estado contra Salvador Allende, que la obligó a exiliarse, ha lanzado un descarnado mensaje en la televisión: "Voy a votar con los dientes apretados". El país, ha afirmado, "nunca más" puede caer en el abismo. Esa aprensión tiene dimensiones internacionales. José Luis Rodríguez Zapatero, el economista Thomas Piketty y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, entre otros, han señalado en un documento que lo que acontece en Chile "es también la lucha de todas y todos los europeos por un mundo más democrático, inclusivo y sostenible”. Tanto Chile como Europa "se encuentran seriamente amenazados por el resurgimiento de unos líderes y movimientos de ultraderecha con tentaciones autoritarias", argumentan.