Ciclismo

El gravel llegará al Tour 2024

Los avances tecnológicos en la modalidad ciclista en auge se abren para utilizar en la etapa de tierra de la próxima ronda francesa, con 32 kilómetros por pistas sin asfaltar. Alejandro Valverde, Samuel Sánchez, Pello Bilbao, Óscar Pereiro, David de la Cruz, Pedro Horrillo y el fabricante José Casla opinan sobre una jornada clave del año que viene.

Pogacar y Vingegaard en el Tour.

Pogacar y Vingegaard en el Tour.

Sergi López-Egea

No hay ninguna casualidad y nada se ha hecho de improvisto. Los domingos suelen ser los días de máxima audiencia televisiva en las carreras de tres semanas y siempre que se puede los organizadores ciclistas reservan un atractivo para que la jornada dominical cautive al máximo a los espectadores que se colocan ante la tele.

El próximo Tour de Francia (del 29 de junio al 23 de julio de 2024) tiene una fecha marcada en rojo, el domingo 7 de julio, y no es ni porque sea San Fermín, ni porque una dura montaña o una contrarreloj estratosférica empiece a marcar el destino de la prueba, sino porque se vivirá en la máxima intensidad una etapa de gravel, que ya trae de cabeza a los equipos participantes y donde las innovaciones de la nueva modalidad ciclista, en pleno auge, tendrán cabida en una de las citas claves de la próxima ronda francesa.

El examen del Tour femenino

Entre viñas que crecen para que la uva sea el destino del mejor champán, buena parte de ellas con ascensos y descensos; grava, tierra y piedras, circulan caminos por los que pasan habitualmente los tractores y los todoterrenos de los propietarios de los viñedos. En francés se denominan ‘chemins blancs’ y ya fueron presentados en la sociedad ciclista hace un año, durante la primera edición del Tour Femmes, en una jornada, que sin marcan el destino final de la carrera femenina, sirvió para que las mujeres ciclistas viviesen una de las etapas más exigentes durante la semana de carrera. Y fue algo así como un examen para que la etapa fuese incluida en el menú de la prueba masculina de 2024

Con salida y llegada a la ciudad de Troyes, los ciclistas recorrerán las viñas de la región de Champagne, con 199 kilómetros que incluirán 14 sectores de tierra, 5 de ellos en subida. Circularán 32,4 kilómetros sin asfalto. Y es aquí donde los avances del gravel, cuyas bicicletas tienen la morfología de las de carretera, aunque con ruedas similares a las de las bicis de montaña, entran en la escena del Tour.

No es que los corredores vayan a cambiar de bicis, lo que sería una locura según los expertos consultados, pero sí que emplearán material propio del gravel que adaptarán a las bicicletas de carretera, tal como ya hizo Primoz Roglic, en el mes de mayo. Utilizó un plato y unos piñones fabricados para el gravel, durante la contrarreloj final del Giro, que ascendió al monte Lussari, donde sentenció la carrera rosa.

“Mi recomendación sería que los corredores emplearan ese día un monoplato (en vez de los habituales dos platos de las bicis de carretera) de gravel de 52 dientes y con las presiones en las ruedas propias de la especialidad”, argumenta a preguntas de este diario Alejandro Valverde, quien se ha convertido en uno de los mejores especialistas del planeta (fue cuarto hace un mes en el mundial de la modalidad), cautivado plenamente por la nueva fiebre del gravel.

Samuel Sánchez, campeón olímpico en Pekín 2008, es otro de los ‘locos’ del gravel, que practica desde su retirada del ciclismo profesional. “Para esta etapa -comenta- muchos equipos utilizarán material híbrido; es decir, mezclarán elementos propios del gravel con los de la carretera. Llevarán ruedas más anchas y presiones en los neumáticos más bajas. No es casual que muchos profesionales ya practiquen el gravel”. El último vencedor del Mundial de esta divinidad ciclista fue el esloveno Matej Mohoric, del conjunto Bahrain, ganador de la Milán-San Remo 2022.

La opinión de Pello Bilbao

Precisamente, su compañero de equipo Pello Bilbao, sexto del último Tour y ganador de una etapa, cuenta los cambios que se efectuarán en esta etapa. “No creo que se atrevan a romper el Tour con los tramos de tierra a la séptima etapa. Habrá que analizar los tramos, pero yo lo correré con mi bici habitual, aunque con neumáticos más anchos y presiones más bajas. Habrá que definir el dibujo de las cubiertas y decidir si se apuesta por la seguridad y evitar pinchazos o por una mayor agresividad”, cuenta el corredor vizcaíno. Seguridad y menor riesgo de pinchazos supone incluir material de gravel y más agresividad conlleva a apostar por bicis de carretera puras y duras.

“El gravel es una de las tendencias de hoy en día. Lo normal es que llevemos neumáticos más anchos y un dibujo similar al que usamos los días de lluvia. Platos y piñones se decidirán después de analizar la dureza de la etapa”, explica el corredor catalán David de la Cruz, del conjunto Astana.

El ganador del Tour de 2006 fue Óscar Pereiro, que hoy en día también se define como practicante del gravel. “Las primeras figuras no cambiarán de bici, pero estoy convencido de que las marcas, con fines publicitarios, mostrarán algún modelo de gravel en esta etapa para vender luego y harán algunas transformaciones. Hay que tener en cuenta que, aunque las bicis se parecen, son absolutamente distintas”.

Pedro Horrillo, exciclista profesional que figura en el equipo de relaciones públicas de Skoda en el Tour, también se ha dejado seducir por el gravel. “De hecho, el gravel es una evolución de las bicis de gran fondo que se utilizan en carreras como la París-Roubaix y no proviene del ciclocrós como algunos creen. Todo dependerá del estado de las pistas, pero los equipos tienen material de esta especialidad con radios más duros que pueden aguantar el martirio del terreno”.

José Casla, director general de Giant Ibérica, sirve sus bicis al conjunto Jayco donde corre Simon Yates. “En el equipo disponen de ruedas de 32 milímetros más anchas de las habituales de 25 y 28 para usar en este tipo de etapas”. Así que con ocho meses a la vista la etapa de los ‘chemins blancs’ ya empieza a causar dolor de cabeza a los equipos del Tour. Qué nadie se la pierda.