CASO RUBIALES

Jenni Hermoso, ante la Fiscalía por el caso Rubiales: "El beso no fue consentido, no me sentí respetada"

'Código 10', de Telecinco, desvela el testimonio de la jugadora de la selección española ante la fiscal de la Audiencia Nacional

"No me lo esperaba. Era la entrega de medallas de un Mundial. No busqué ni hice nada para que se llevase a cabo este acto", aseguró

Quién es quién en el juicio del Caso Rubiales

Fotografía de archivo de Jennifer Hermoso de Pachuca. EFE/ Miguel Sierra

Fotografía de archivo de Jennifer Hermoso de Pachuca. EFE/ Miguel Sierra

EPE

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El programa 'Código 10', de Telecinco, ha desvelado el testimonio de Jenni Hermoso, jugadora de la selección española, ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez. La jugadora cuenta cómo vivió los hechos que le llevaron a presentar una querella contra Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, y cómo le está afectando.

“En ningún momento fue consentido. No me sentí respetada, no se me respetó ni como jugadora ni como persona. Yo estaba viviendo algo histórico y pensé que algo así iba a acarrear consecuencias. Yo no hice nada para encontrarme con esa situación”, aseguró la actual jugadora del Pachuca sobre la acción vivida en la final de Sídney.

Jenni Hermoso: "Yo no busqué ese momento"

En su testimonio, la internacional española describe los instantes previos al beso. "Lo primero que le digo al abrazarle fue 'la que hemos liado'. El pega un salto sobre mí, yo me mantengo firme para sostenernos. A la que baja me dijo que 'este Mundial lo habíamos ganado gracias a mí'. Lo siguiente que recuerdo son sus manos en mi cabeza y no recuerdo haber escuchado nada más”, asegura la futbolista en una versión, en su primera parte, coincidente con la de Rubiales.

"No me lo esperaba, no me esperaba que en ese escenario… Era la entrega de medallas de un Mundial. Mucha emoción, mucha alegría, pero yo no busqué ese momento ni hice nada para que se llevase a cabo este acto”, lamenta la futbolista, que deja claro que tras recibir el beso no consentido de Rubiales se quedó en estado de 'shock'.

Momento en el que Luis Rubiales da un beso no consentido a Jenni Hermoso.

Momento en el que Luis Rubiales da un beso no consentido a Jenni Hermoso. / RTVE

"Era un hecho histórico, nos había costado la vida, en ningún momento me podía esperar que pasara algo así. Yo abracé a la reina, a su hija… Rubiales era una persona de confianza, yo no pensaba que fuese a hacer algo así. No tuve tiempo de reaccionar, al instante me bajé a la tarima y lo primero que hice fue decírselo a mis dos compañeras a Alexia Putellas e Irene Paredes”, prosigue la jugadora, visiblemente afectada durante su relato.

"Oye, que me acaba de dar un beso Rubiales en la boca"

“¿Capacidad de reacción? No, ni me lo la esperaba. Como lo iba a esperar en ese escenario, en una final del Mundial... Hay mucha emoción y alegría, pero ni busqué ese momento ni sé nada para que se llevara a cabo ese acto. Me vi en ese momento y al bajar se lo comenté a mis compañeras”, explicó la internacional española.

Nada más producirse el beso no consentido, Hermoso se dirigió a Alexia Putellas e Irene Paredes: "Les dije: 'Oye, que me acaba de dar un beso Rubiales en la boca". Estas palabras fueron ratificadas por sus compañeras en su declaración judicial.

"En ese momento de euforia...Entendí mal y entendí que la reina le había dado un beso. Como era un momento en el que nos iban a traer la copa no le hice mucho caso. Cuando llegamos al vestuario dije: 'Eso no está bien", explicó Paredes en su declaración. En la misma línea se expresó Alexia Putellas, quien aseveró que fue en el autobús al ver las imágenes cuando realmente se dio cuenta de la gravedad de lo ocurrido.

Imagen difundida por la RFEF sobre la secuencia del beso no consentido de Jenni Hermoso.

Imagen difundida por la RFEF sobre la secuencia del beso no consentido de Jenni Hermoso. / RFEF

Presiones de Rubiales en la puerta del vestuario

En su testimonio, Jenni Hermoso dice que trató de seguir adelante con la celebración, "porque no quería que nada robase protagonismo al triunfo". Defiende que siguió "adelante para proteger a todas mis compañeras y no quise sentirme de otra manera, porque era meterlas en algo en lo que habían tenido la culpa".

A pesar de la celebración, "estaba claro lo que había pasado y lo que había sentido en ese momento, pero no había visto la imagen del beso. No había visto nada de lo que ya se estaba hablando hasta que me lo enseñan en el vestuario. Cuando vemos las imágenes es como... esto ha sido real", lamenta.

Ya en el vestuario, Ana Álvarez, directora deportiva de la selección, le dijo que le llamaba Rubiales. "Él está fuera de la puerta del vestuario y me dice 'Jenni, se está hablando mucho del beso'. Yo ahí le dije que yo sabía cómo había sido, que no había estado bien y que él sabía que le iba a caer. 'Lo que has hecho lo has hecho delante de todo el mundo', le dije", relata Hermoso.

Rubiales se puso entonces nervioso y desvió el tema con "el viaje pagado a Ibiza por haber ganado el Mundial. Ahí ya estaba nervioso. Yo estaba al lado de él y todo el rato me cogía. Me venía a agarrar del hombro y empezó a decirme lo del viaje y la gente empezó a gritar".

El papel de Vilda y las presiones a la familia

No fue el único episodio de presiones que vivió la jugadora. El siguiente tuvo lugar en el autobús. "Se hace un silencio mortal y me empiezan a decir desde delante que baje, que baje rápido. Me enseñaron un escrito, yo no dije ninguna palabra de ese escrito. Tenemos que poner esto porque se está montando mucho jaleo y tenemos que quitarle hierro al asunto. Yo les dije que hiciesen lo que quisieran, pero no escribí ni dije ni una palabra de ese escrito. Me sentí coaccionada", aseguró la jugadora ante la fiscal.

En el avión se mantuvieron las presiones por parte de Rubiales y su equipo. "Ellos iban delante de nosotras, en el 'business', y estaban reunidos. Su jefe de prensa, su grupo de trabajo... todos. Ahí vimos que algo no iba bien. Recuerdo ir al baño y verle de pie. Ahí me llamó. Fuí y me dijo que se estaba formando una gorda con el beso y que le tenía que ayudar, que tenía que salir con él en un vídeo cuando parásemos en Doha. Decía que le estaban llamando acosador. Yo le dije que no, que ya le había dicho antes que se iba a liar. Yo me sentí muy incómoda", incide Hermoso.

"Él me estaba pidiendo que le ayudase a solucionar un acto que él provocó. Yo me sentía como una víctima. Yo no tenía por qué ayudar a nadie. ¿Si me sentí coaccionada? Claro. Yo en ningún momento me pude sentir bien. Estaba en shock de una celebración. Incluso una compañera mía me dijo que estuviese atenta porque Vilda -comparece este martes junto junto a Rubén Rivera, director de marketing de la RFEF estaba dando vueltas por el avión intentando hablar con mi familia", asegura la jugadora, resaltando las presiones del exseleccionador.

"Le decían a mi familia que yo había sido muy importante, que me lo merecía y que me intentaran convencer para que ayudase a que se restara importancia al acto. ¿Si se utilizó a mi familia para convencerme? Claro. Ahí había 100-200 familiares, no sé por qué justamente se paró con la mía", sentencia la futbolista en su declaración.

Luis Rubiales y su abogada Olga Tubau en su llegada a la Audiencia Nacional.

Luis Rubiales y su abogada Olga Tubau en su llegada a la Audiencia Nacional. / EPE