Dorsal histórico huérfano

Nadie quiso el '10' del Barça que Ansu heredó de Messi

De pronto, el ‘10’, o manto sagrado como le suelen llamar en Brasil porque perteneció durante años a Pelé, se ha transformado en algo maldito si es azulgrana

Barcelona 26.09.2021. Deportes. El 10 azulgrana, Ansu Fati, durante el partido (séptimo de la era post Messi) de liga entre el FC Barcelona (Barça) y el Levante.

Barcelona 26.09.2021. Deportes. El 10 azulgrana, Ansu Fati, durante el partido (séptimo de la era post Messi) de liga entre el FC Barcelona (Barça) y el Levante. / JORDI COTRINA

Marcos López | Joan Domènech

Al último dueño de tan simbólica camiseta le abrieron la puerta de salida. Se fue 

Ansu Fati del Barça. Quiso irse, repitió una y varias veces Xavi. Quiso irse porque veía que no iba a jugar nada. O poco, transformado casi en el último de la fila de delanteros. Al penúltimo propietario de esa zamarra lo despidió el Barça sin importar su nombre (

Leo Messi

) ni su condición (uno de los mejores jugadores de la historia, por no decir el mejor). De pronto, el ‘10’, o manto sagrado como le suelen llamar en Brasil porque perteneció durante años a Pelé, se ha transformado en algo maldito si es azulgrana.

Tanto es que nadie quiere llevar esa camiseta. Nadie es nadie. Ahora ha quedado vacía, colgada en el vestuario de la ciudad deportiva, arrinconada en la Botiga porque no tiene dueño, tal si hubiera pertenecido a algún proscrito que haya dejado una brujería. Al último, un joven adolescente que tuvo la valentía de asumir el encargo del club para heredar el peso de la historia messiánica en su espalda, no le valió de nada.

Leo Messi.

Leo Messi. / JORDI COTRINA

Dos años con el ‘10’, una tortura de lesiones y camino de Brighton sin despedirse siquiera de su gente. Ni de la plantilla –una fría llamada telefónica con Xavi certificó su adiós- ni de la gente. De Sevilla, donde estaba con su familia en Herrera, el pueblo donde comenzó todo, al sur de Inglaterra. Sin escala alguna en Barcelona.

Un número que espanta

A Messi, el que la honró durante más de una década inolvidable, le pasó algo similar. Vino de Ibiza para firmar su renovación con el Barça y poco después se encontraba en un avión privado camino de París donde vivió, como acaba de confesar Neymar, "un infierno", víctima hasta de un escrache en la puerta de su casa. 

Ronaldinho, en un partido con el Barça.

Ronaldinho, en un partido con el Barça.

Parece irreal, pero ningún jugador de la plantilla de Xavi se siente con fuerza, autoridad futbolística y liderazgo para enfundarse ese dorsal que perteneció en su día a Ronaldinho, la sonrisa que hizo activar el círculo virtuoso, o Riquelme, a quien se lo quitaron precisamente para dárselo al brasileño que se apagó demasiado pronto. Aunque el Barça renació de la mano de Messi.

FC Barcelona.

FC Barcelona. / JORDI COTRINA

El ‘10’ que fue de Rivaldo y hasta de Guardiola cuando asomó en el ‘Dream Team’ (1991-92), justo después de que lo luciera su gran amigo Michael Laudrup. El mismo que usó "un delantero de dibujos animados", como calificó Valdano a Romário, aquel goleador que certificó el fin del ‘Dream Team’ porque significó un punto y aparte en la obra que edificó Cruyff desde el banquillo.

FC Barcelona.

FC Barcelona. / JORDI COTRINA

Maradona, Suárez, Kubala...

El ’10’ de Maradona (el auténtico) y del 'Maradona de los Cárpatos' (el rumano Hagi) cuando los dorsales no tenían nombre ni caprichos personales. El ‘10’ que también fue después de Gary Lineker. O de Maradona. O de Luis Suárez. Hasta de Kubala. Y de Evaristo de Macedo. O de Paulino Alcántara, el ''Romperredes'. O Ángel Arocha, ambos a principios del siglo pasado.

FC Barcelona.

FC Barcelona.

Puede explicarse la historia del Barça a través de los propietarios, ocasionales o fijos, de esa camiseta. Puede ahora también explicarse la situación actual de un club, sumergido en la miseria económica, víctima de los derroches. Cuando tuvo dinero, y tuvo mucho, lo despilfarró.

Joao Félix, en su estreno con el Barça en Pamplona.

Joao Félix, en su estreno con el Barça en Pamplona. / FCBARCELONA

Ahora, en cambio, vive al día, agarrado a agendas de agentes famosos, tipo Jorge Mendes, reclutando jugadores cedidos (João Félix y João Cancelo) que no son suyos. Ni pueden serlo. Vienen alquilados. Ni más, ni menos. 

João Félix ha elegido, por ejemplo, el dorsal 14, con aroma cruyffista, pero fuera del Camp Nou donde Johan siempre lució el 9. En el Barça ese número es de Lewandowski. Y el 11 está en el cuerpo de Raphinha.

Pero el inmenso vacío que deja ese 10 huérfano provoca una imagen para la historia. Dentro de unos años, cuando se repase lo que ha ocurrido en estos tiempos del ‘laportismo’, capítulo dos, igual hay historiadores del pensamiento culé que dedicarán su tiempo y talento a investigar tan tremenda disfunción. El ‘6’ de Xavi es de Gavi. Y el ‘8’ de Iniesta pertenece a Pedri. Pero el ‘10’ ya no es de nadie.