'SPORTSWASHING'

Arabia Saudí es la mayor amenaza de la historia del fútbol europeo

La dictadura está invirtiendo una cantidad ingente de dinero público para fichar futbolistas como Cristiano Ronaldo y Karim Benzema y potenciar así su liga local

La envidia por el éxito del Mundial de su vecina Qatar, la voluntad de lavar su imagen internacional y el deseo de ser una referencia futbolística en Asia explican este fenómeno

La presentación de Benzema en Arabia Saudí, un gran acto de propaganda: "El país musulmán donde siempre he querido vivir"

Benzema pone rumbo a Arabia Saudí

Agencia ATLAS

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Cristiano Ronaldo abrió la veda el pasado mes de diciembre, firmando con el Al-Nassr el que se considera como el mayor contrato de la historia del deporte: 200 millones de euros anuales. Leo Messi habría ganado incluso más, pero se decantó por los encantos extrafutbolísticos de Miami. Karim Benzema acaba de seguir su estela, fichando por el Al-Ittihad por la mitad del dinero que recibirá su ex compañero en el Real Madrid, al igual que N'Golo Kanté. Luka Modric podría ser el siguiente. O Romelu Lukaku. O Álvaro Morata, quien según ‘Marca’ tiene una oferta de 50 millones sobre la mesa. Vendrán más, en todo caso, para constatar algo ya indiscutible: Arabia Saudí es la mayor amenaza que ha conocido el fútbol europeo en toda su historia.

No es la primera dictadura que se lanza a fichar a estrellas futbolísticas que en condiciones normales jugarían en Europa. Lo hizo Qatar hace un tiempo, buscando impulsar su candidatura para un Mundial que al final acabó comprando y celebrando. También China, en una OPA de apariencia hostil para impulsar a los futbolistas nacionales que no cuajó porque la utilidad de los fichajes millonarios no era tal. También algunas democracias, como EEUU y Japón, han intentado impulsar sus ligas a base de talonario. Pero nada tienen que ver aquellas tentativas con la que ahora lidera Arabia Saudí.

Cristiano Ronaldo posa con la camiseta de su nuevo equipo.

Cristiano Ronaldo posa con la camiseta del Al Nassr, de Arabia Saudí. / @ALNSSRFC

Cristiano y Benzema, los futbolistas mejor pagados

La estrategia que sigue Oriente Medio consiste en una inyección descomunal de dinero público en salarios de grandes futbolistas, a los que luego va distribuyendo por los diferentes clubes de la competición local. Cada jugador firma un contrato con un club concreto y juega para él, pero los fondos proceden de las arcas públicas saudíes. La idea, a medio plazo, es que cada club cuenten con tres grandes estrellas internacionales en sus filas. Las ofertas son incomparables a las que esos mismos jugadores pueden recibir en cualquier otra esquina del mundo. No hay datos oficiales, pero los oficiosos indican que Cristiano, Benzema y Kanté van a copar el podio de los jugadores mejor pagados del mundo.

Es, al fin y al cabo, una estrategia de país alrededor del fútbol, que complementa y refuerza las realizadas anteriormente. Principalmente, el acuerdo con la RFEF para acoger la Supercopa de España hasta 2029 y la compra del Newcastle hace año y medio, periodo en el que ha pasado de estar en descenso en la Premier League a clasificarse para la Champions.

El actual presidente del Newcastle, Yasir Al-Rumayyan (en el centro, con barba), durante un partido.

El actual presidente del Newcastle, Yasir Al-Rumayyan (en el centro, con barba), durante un partido. / Efe

“Arabia Saudí ha emprendido en los últimos años una estrategia global para lavar su imagen internacional. Quiere presentarse ante la opinión pública occidental como un lugar abierto, atractivo y agradable. Y para eso, el fútbol es una gran herramienta, como ya demostraron Qatar y Emiratos Árabes Unidos. El objetivo es que las referencias mediáticas a Arabia Saudí no se centren en la conculcación de los Derechos Humanos o en la situación que viven allí las mujeres”, explica Miguel Otero, investigador principal del Real Instituto Elcano.

Como bien reseña el investigador, Arabia Saudí es hoy visto como “un lugar más inhóspito que atractivo”. Lo que hace la gran potencia de la región, en definitiva, es calcar la estrategia fijada desde hacia varios lustros por sus vecinos pequeños: Qatar, EAU y Bahrein, “solo que con muchísimo más dinero”: “Dubai se asocia a algo más moderno y amigable que Riad o Yeda. Y eso es lo que ahora quieren corregir”.

La referencia del Mundial de Qatar

El indiscutible éxito organizativo del Mundial de Qatar, que Occidente consumió vorazmente con la nariz tapada, también ha servido de impulso a la estrategia saudí porque, analiza Otero, Arabia Saudí ha visto con “envidia” cómo el emirato ha conseguido mostrarse al mundo en clave positiva. Hay, en ese sentido, un indisimulado deseo de organizar allí un Mundial. El de 2030, por el que también puja a España (junto a Portugal, Marruecos y, quizá, Ucrania) está en la agenda, pero parece tener más opciones de cara a 2034.

Luis Rubiales junto a un representante del gobierno de Arabia Saudí.

Luis Rubiales junto a un representante del gobierno de Arabia Saudí. / Efe

“Qatar y EAU, en cierta medida, emprendieron esta estrategia alrededor del fútbol y del deporte para protegerse de una potencial invasión saudí, generando simpatía internacional. Ahora Arabia les copia y lo hace con mucho más dinero", profundiza el experto. En efecto, el Producto Interior Bruto de las tres dictaduras exhibe claramente la diferencia de músculo económico entre ellas: el de Arabia Saudí, en 2022, se sitúa ligeramente por encima del billón de dólares (1,05), mientras que el de EAU es de 350 mil millones y el de Qatar se queda en 150 mil, ambos datos de 2021.

El factor geopolítico asiático

Y más allá de la estrategia de 'sportswashing' y de replicar por envidia y celos la vía qatarí y emiratí, esta apuesta saudí por el fútbol se explica también desde una perspectiva geopolítica regional. "El de Qatar fue el primer Mundial con una presencia masiva de aficionados procedentes de la India, que es un mercado al alza en el fútbol. Arabia Saudí tiene el proyecto de conseguir que su liga sea la más potente de Asia, así como un lugar donde el mundo árabe, muy presente también en el Mundial, acuda a ver el fútbol. El Sudeste Asiático, India y Pakistán son mercados donde puede crecer mucho el negocio y Arabia Saudí pretende aprovechar que la distancia con esas zonas es menor que la de Europa", prosigue Otero.

La gran duda es cuánto tiempo durará esta agresiva estrategia por el fútbol. Recuerda en este sentido el experto que China, aunque con menos dinero, emprendió un camino similar en los últimos años y lo acabó abandonando, al menos rebajando la inversión.

"A priori, la inversión de Arabia Saudí es a largo plazo, pero en cualquier momento pueden recular. Pueden cambiar de opinión, bien por estrategia de país, bien porque el petróleo se abarata o se asientan otras alternativas. Cualquier cosa podría pasar", sentencia el investigador del Real Instituto Elcano.

Karim Benzema saluda al público congregado en su presentación en Arabia Saudí.

Karim Benzema saluda al público congregado en su presentación en Arabia Saudí. / AL-ITTIHAD