ESPERADA COMPARECENCIA

Laporta prepara la metralleta por el caso Negreira: ¿contra Rosell y Bartomeu o contra "Madrid"?

El presidente del Barça ofrece este lunes (11.00 horas) su esperada rueda de prensa sobre los pagos del club entre 2001 y 2018 al ex vicepresidente de los árbitros

Los presidentes del Barça, Joan Laporta, y el Getafe, Ángel Torres, este domingo en el Coliseum Alfonso Pérez.

Los presidentes del Barça, Joan Laporta, y el Getafe, Ángel Torres, este domingo en el Coliseum Alfonso Pérez. / Sergio Pérez / Efe

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Si se analiza la figura de Joan Laporta con el punto de cinismo necesario, se puede llegar a admirar su extraordinaria capacidad para huir siempre hacia delante minimizando al extremo los daños colaterales que genera a su paso. Lo hacía durante su primera presidencia, cuando era un joven y seductor dirigente que ponía fin a décadas de ‘nuñismo’ y lo hace ahora, cuando da la sensación de estar ya muy desgastado como mandatario y de vivir acorralado por infinidad de frentes. Este lunes (11.00 horas) tratará de desenmarañar el caso Negreira, con una rueda de prensa largamente esperada, prometida hace casi dos meses.

La relación del club con José María Enríquez Negreira es la madre de todos los frentes, tanto en el ámbito judicial como sobre todo en el público. Los tremendos problemas económicos de la entidad son el verdadero problema a medio plazo del Barça, pero mientras el aficionado medio se pierde entre la catarata de números que explican la insostenibilidad del club, la realidad de que está mal pagar un ex vicepresidente de los árbitros por algo (por lo que sea) es fácilmente comprensible y censurable.

Los 7 millones de euros a Negreira

Este lunes, en una rueda de prensa (y, por tanto, a priori, con preguntas), Laporta explicará el caso Negreira. O eso dice. Habrá que ver si, realmente, explica los pormenores de esos más de 7 millones de euros que entre 2001 y 2018 salieron de las arcas del club rumbo al ex vicepresidente del CTA (la sensación es que no podrá explicarlo en condiciones sin hacerse el harakiri) o si decide cocinar un salpicón de datos y afirmaciones para echarle la culpa a alguien. Sea alguien del Barça (Rosell y Bartomeu cotizan al alza) o alguien externo, pongamos que hablo de "Madrid".

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Porque Laporta y sus voceros de cabecera diseñaron desde el primer momento una estrategia basada en el victimismo y el populismo para sacarse de encima la tormenta que se les venía encima. La primera reacción, cuando la Cadena Ser destapó el caso, fue restarle importancia, defendiendo que era algo de que se estaba hablando en “Madrid”, pero no en Cataluña que, no por casualidad (según su relato), había aparecido en la agenda pública en el presunto mejor momento deportivo del equipo en todo el año. Un caso ajeno, vaya.

"El mejor Barça de la historia"

Conforme se fueron conociendo más detalles y el fango comenzó a llegar al cuello al Barça, Laporta decidió arriar con fiereza la bandera azulgrana. No solo era algo de “Madrid”, sino que todo estaba siendo una campaña para desprestigiar al que había sido “el mejor Barça de la historia”, en referencia a la época dorada de Pep Guardiola al frente del equipo.

José María Enríquez Negreira, localizado en Alicante, en la avenida de Aguilera, frente a la plaza de La Estrella.

El ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira. / Cuatro

El 21 de febrero, se produce la primera y única comparecencia de Laporta hablando del caso Negreira. Una alocución sin preguntas en la que se centró en dos ideas fuerza: el encargo de una investigación externa y la “fobia” que Javier Tebas tiene al Barça.

El problema, por llamarlo de algún modo, para Laporta fue que, además de Tebas y LaLiga, también entraron de lleno en el caso la RFEF, el CSD y el Real Madrid, tres instituciones que anunciaron su deseo de personarse en la causa tan pronto como la denuncia que preparaba la Fiscalía fuera admitida a trámite por un juzgado.

LaLiga, RFEF, CSD y Real Madrid

Esa realidad refuerza el victimismo de que “Madrid” está en contra del Barça, pero minimiza el supuesto papel desestabilizador ejercido por Tebas, pues aliados como Rubiales y Florentino y hasta el Gobierno han tomado la misma posición que él. Con menos contundencia pública que Tebas, cuyo fuerte no es la continencia verbal, pero con la misma determinación.

Florentino Pérez y Joan Laporta.

Florentino Pérez y Joan Laporta. / Archivo

Casi la única ventaja real que tiene Laporta tras dejar pasar tiempo es que, como contó este periódico, la teoría de que el Barça y Negreira tejieron una red para comprar árbitros ya no la compra nadie. Nadie (o casi nadie) con peso y autoridad en el caso, al menos. Las sospechas se inclinan hacia un entramado para que ciertos directivos cobraran sobresueldos. Una tesis también gravísima, en caso de que se confirmara, pero que al menos rebaja la carga de una presunta corrupción deportiva.

Su otra ventaja es que Laporta no está siendo investigado en la causa porque el delito de corrupción no existía en su primer mandato y porque el de administración desleal estaría ya prescrito en caso de haber existido. Aunque a nivel público Laporta quedaría tan culpable o inocente como Bartomeu y Rosell, ser testigo de la causa y no investigado le da cierto margen. 'Matar' a sus grandes enemigos internos es tentador, pero arriesgado. Es más seguro descargar la metralleta sobre "Madrid". "No tienen nada porque no hay nada", ha avanzado este domingo en una comida con peñistas. Este lunes veremos.