FÚTBOL (CHAMPIONS): REAL MADRID-CHELSEA (2-0)

Asensio y Benzema acercan al Real Madrid a semifinales

Los blancos acuden a Londres con una renta cómoda y se acercan a un cruce al que se asoma el City de Haaland

Karim Benzema empuja a la red el primer gol del Real Madrid.

Karim Benzema empuja a la red el primer gol del Real Madrid. / JUAN MEDINA/REUTERS

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Es más peligroso un equipo que tiene identidad que uno que solo vive de su fútbol. Lo demostró por enésima vez este Real Madrid que fue fiel a sí mismo ante un Chelsea que trató de minimizar sus carencias y se encomendó al talento de sus jugadores. Y en ese duelo entre estos dos pesos pesados ganó la identidad de los de Ancelotti, capaces de volar como una mariposa y picar como una abeja. Un croché de Benzema y un directo de Asensio acercan las semifinales a este Madrid que aún debe completar la tarea el martes en Londres.

La medicina del Madrid

Si alguien pensaba que el partido ante este Chelsea herido sería un paseo, a los 90 segundos Joao Félix se plantó ante Courtois. Lampard, “que lo hará bien” advirtió Ancelotti, se atrincheró con dos empalizadas con tres centrales (Fofana-Silva-Koulibaly) y trivote (Kanté-Enzo-Kovacic) para defender y salir a la contra. Dar al Madrid de su propia medicina. Sterling atacaba al carril de un Camavinga incómodo en el lateral, y Joao dejaba sin referencia a los centrales blancos. Hacerse fuerte desde la debilidad rival.

El Madrid tardó en calentar la caldera. La velocidad de crucero del Chelsea superaba a Modric y Kroos en el medio, mientras Vinicius tardó diez minutos en conectar con Benzema. Otro partido de ‘fútbol sapien’, de esos que Modric y Kroos descifran con el paso de los minutos. Frenaron los de Ancelotti las transiciones ‘blues’ mordiendo más arriba. Dominaba ya el partido el Madrid cuando Carvajal se asomó por dentro y regaló un centro a la espalda de la zaga que tocó Vinicius lo justo para que la pelota fuese empujada a gol por Benzema.

Courtois mandaba al descanso

Respondió inmediatamente el Chelsea con un centro de Chilwell que Sterling remachó a la red… hasta que apareció Thibaut Courtois con una mano salvadora. La relevancia del belga es comparable a la de Karim o Vinicius. Una tuvo el Madrid, la metió. Dos el Chelsea, las dos las abortó Courtois. Se abría el partido, algo inconveniente para la propuesta de Lampard. Es poco recomendable bailar en la cara de este Madrid paciente que digiere sin prisa los partidos. Trepidante primera parte y satisfacción madridista.

El inicio de la segunda parte dejaba un escenario halagüeño para un Madrid que rondaba el segundo gol. Vinicius era una pesadilla con sus arrancadas devastadoras, que le costaron una amarilla a Fofana y una lesión muscular a Koulibaly. Modric pudo poner la guinda a una de sus estampidas, pero la pelota lamió la escuadra. Entró Cucurella por Koulibaly y el español picó el anzuelo en una jugada en la que flotó demasiado a Rodrygo, que tocó y tiró el desmarque a la espalda, donde Chilwell llegó tarde para derribar al brasileño, que se plantaba ante Kepa. Roja sin discusión con media hora por delante. El Madrid seguía madurando el partido. Solo faltaba la puntilla.  

Reorganizó Lampard su equipo recuperando el esquema de tres centrales y trivote dejando solo arriba a Havertz. No le desagradaba la derrota mínima de cara al partido de vuelta en Stamford Bridge porque habrá tenido una semana más para conocer a sus jugadores. Ancelotti esperaba un segundo gol para acudir a Londres más desahogado en la eliminatoria, pero los minutos pesaban y la medular blanca pedía más frenesí. Y eso se tradujo en la salida de Asensio. 

Asensio sentencia

Y el premio fue inmediato. Un saque de córner rápido en el que el Chelsea se durmió terminó con un pase raso tenso al borde del área, donde apareció el balear para pegar a la pelota con ese swing delicioso que tiene para atornillar la bola junto a la cepa del palo de Kepa. Acertaba una vez más con el cambio el entrenador Ancelotti, ese que no se valora tanto como el gestor. Dos goles empezaban a ser una losa pesada, pero Lampard revolucionaba su once con dos sustituciones y un cambio de esquema que abrían más aún el partido. Buscando reducir el marcador podía salir condenado con un tercer gol blanco cuando aún faltaba un cuarto de hora. 

El partido terminó con los de Ancelotti renovados por Ceballos, Tchouameni y un Rudiger providencial mientras el Chelsea atacaba desordenadamente sin suerte. Victoria de pedigrí en otro día en la oficina para el Real Madrid en la Champions con una victoria que deja encauzada la eliminatoria de cara a un partido en Londres donde los blancos deben sellar su billete para las semifinales. Allí parece claro que le esperará el Manchester City de Haaland y Guardiola.