INTEGRACIÓN

Inglaterra e Italia toman medidas en su fútbol para ayudar a los daltónicos

La Football League inglesa flexibiliza sus normas de cambios de indumentaria y la Serie A italiana prohíbe a partir de la próxima temporada las camisetas verdes

Se estima que uno de cada 12 hombres y una de cada 200 mujeres padece esta afección en la vista, que dificulta la correcta identificación de algunos colores

Imagen del Atlético-Espanyol de esta temporada.

Imagen del Atlético-Espanyol de esta temporada. / Archivo

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Hace apenas un mes, dos históricos del fútbol inglés, el Sunderland y Sheffield Wednesday, se enfrentaron en una semifinal a doble partido para lograr el ascenso a Championship, la segunda división del país. Ambos conjuntos usaron sus indumentarias titulares para los partidos: el Sunderland vistió camisetas a rayas rojas y blancas y pantalón negro y el Sheffield Wednesday vistió sus clásicas rayas azules y blancas, también con pantalón negro.

A priori, más allá de la coincidencia por debajo de la cintura, la combinación de colores parece suficiente para permitir que los jugadores de ambos equipos se distinguieran con facilidad y que también lo hicieran los espectadores, en el campo y por televisión. Es, de hecho, una mezcla recurrente, que en LaLiga se repite todos los años en diferentes partidos: Atlético-Espanyol, Athletic-Alavés, Sporting-Leganés...

Sin embargo, no para todo el mundo resulta sencillo distinguir esa combinación de equipaciones. Partidos como los de los 'playoffs' de ascenso a Championship son, por tradición, muy seguidos a través de televisión nacional por los aficionados del fútbol. Y entre ellos, un grupo minoritario pero significativo sufrió para poder ver ese doble duelo con normalidad: los daltónicos.

350 millones

Se estima que, aproximadamente, uno de cada 12 hombres y una de cada 200 mujeres, en total unos 350 millones de personas en el mundo, padecen alguna de las formas en que se presenta el daltonismo, una afección que altera el modo en que se perciben los colores y que suele tener un origen genético. En cada equipo masculino de fútbol, por tanto, hay de media entre uno y dos daltónicos, pese a que no es habitual que se diga en voz alta.

Una de las escasas excepciones en el máximo nivel la protagonizó el hoy futbolista del Sevilla, Thomas Delaney. Días antes de disputar con Dinamarca el Mundial 2018, el mediocentro explicó abiertamente su problema de visión: "Cuando los jugadores están cerca unos de otros, no es difícil distinguirlos, pero cuando el ritmo es alto y la gente está lejos puede ser un poco más complicado. Es difícil de describir, son como sombras diversas del mismo color".

Malcolm Delaney (izquierda) es el único jugador de LaLiga que ha reconocido que es daltónico.

Thomas Delaney (izquierda) es el único jugador de LaLiga que ha reconocido que es daltónico. / Efe

En 2018, la Federación Inglesa de fútbol elaboró un informe, en colaboración con la UEFA, acerca de este problemática, que sigue siendo bastante tabú en el deporte. En él se recogía el testimonio de un árbitro daltónico, Mark: "A veces he pedido a los equipos que se cambiaran la camiseta porque los colores no se diferenciaban y he recibido críticas porque los demás podían apreciar claramente las diferencias. Sin embargo, recuerdo una ocasión en la que un jugador me lo agradeció porque también él tenía las mismas dificultades".

Asimismo, también se plasmó en dicho informe la experiencia del ex futbolista Matt Holland: "En un partido en concreto, en el que nosotros vestíamos de rojo y ellos iban de verde oscuro, me resultaba imposible distinguir los colores. Durante el partido, tuve que concentrarme muchísimo en las medias porque las distinguía mejor y además no podía hacer otra cosa".

La combinación de verde y rojo, como en este Mallorca-Osasuna, puede ser problemática un daltónico.

La combinación de verde y rojo, como en este Mallorca-Osasuna, puede ser problemática un daltónico. / Efe

La problemática se potencia por la moda reciente de utilizar segundas equipaciones con tonos fosforescentes, que proyectan la luz de diferentes maneras en función de la iluminación, natural o artificial, durante los partidos y que genera confusiones por televisión pese a no hacerlo en el campo, incluso para quienes no tienen alteraciones en la visión. En España, hay árbitros de LaLiga que tienen muy presente esta circunstancia a la hora de dar el visto bueno a las equipaciones propuestas por los equipos, especialmente si el partido se juega de día y hay previsión de sol.

El protocolo a la hora de decidir con qué camisetas se enfrentan dos equipos en un partido debe, por tanto, tener una perspectiva en la que se tenga en cuenta a las personas con daltonismo. Y no siempre es fácil, puesto que las dos o tres equipaciones con las que cuenta cada escuadra por temporada están pensadas para ser diferentes entre ellas para personas con una visión normal, pero no para quienes padecen afecciones de esta naturaleza.

El fútbol, en todo caso, da pasos en ese sentido. La Football League, que organiza al segunda, tercera y cuarta división inglesa, ha actualizado sus protocolos de elección, facilitando que los equipos que juegan como locales puedan vestir camisetas alternativas a las habituales si así se favorece la distinción con los equipos rivales.

Hasta ahora, los equipos locales estaban obligados a vestir siempre su primera indumentaria, salvo excepciones vinculadas a camisetas conmemorativas de algún hito o acciones solidarias. A partir de ahora, se abre la mano para no perjudicar a las personas con daltonismo. No lo hará por ahora la Premier League, que en todo caso recoge en su normativa que las camisetas deberán ofrecer un "contraste suficiente" para participantes y espectadores, "incluyendo a aquellos con daltonismo".

No en LaLiga

En la normativa de LaLiga no hay una mención específica a los daltónicos y simplemente se señala que "los colores de los uniformes deberán ser diferentes y contrastables entre sí, siendo uno predominantemente claro y otro predominantemente oscuro", obligando a los equipos locales a jugar siempre con la misma equipación, salvo excepciones aprobadas por LaLiga, con mayor manga ancha en ese sentido que la de las ligas inglesas.

Los árbitros españoles no han recibido indicaciones de tener en cuenta el daltonismo a la hora de seleccionar los 'kits' de juego de los equipos, en un proceso en el que cada equipo propone en el que considera oportuno para el partido y después de produce un doble filtro, el de los responsables audiovisuales y el de los propios árbitros, a veces a través del Comité Técnico de Árbitros.

Un movimiento tan interesante como llamativo es el que se aprobó en la Serie A hace unos meses y que será de aplicación efectiva a partir de la próxima temporada 2022/23. La competición italiana ha decidido prohibir que sus equipos utilicen camisetas verdes, a excepción de quienes han usado tradicionalmente ese color, como ocurre con el Sassuolo.

Esta medida pretender favorecer el seguimiento de los partidos por parte de los espectadores, evitando posibles confusiones cromáticas con el césped. También se exige a partir de ahora que, en caso de que una camiseta contenga tres o más colores, uno de ellos sea claramente predominante, de nuevo para favorecer el contraste.

Gales e Irlanda no podrán volver a jugar a rugby entre ellas con sus colores tradicionales a partir de 2027.

Gales e Irlanda no podrán volver a jugar a rugby entre ellas con sus colores tradicionales a partir de 2027. / Archivo

Fuera del fútbol, la modificación más disruptiva en este ámbito la ha protagonizado el rugby. De cara al Mundial de 2027, no podrán enfrentarse un equipo que vista de rojo con otro que vista de verde, dado que la dificultad para distinguir esos dos colores es una de las deficiencias visuales más extendidas entre los daltónicos.

La medida tiene, en un deporte tan arraigado a sus tradiciones como el rugby, una trascendencia histórica, puesto que a partir de esa fecha, Irlanda (verde) y Gales (rojo) no podrán verse las caras vistiendo sus colores habituales. La tradición se aparca en favor de la integración. Y eso siempre es una buena noticia.