NUEVA SERIE DOCUMENTAL

David Miralles, director de 'Muros': "La cárcel está más cerca de lo que parece, a cualquiera se le puede torcer la vida"

Movistar Plus+ estrena un documental de cuatro capítulos que retrata las historias de vida y el día a día de diez presos y presas comunes de cuatro centros penitenciarios españoles

El director y productor de documentales David Miralles, en Madrid.

El director y productor de documentales David Miralles, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"¿Cómo has llegado hasta aquí?". Con esta pregunta arrancan las entrevistas a diez presos y presas comunes cuyas vidas y vivencias dentro de la cárcel narra la serie documental Muros, que este 8 de abril se estrena en Movistar Plus+. Una serie que arrancó con unos paseos en los que David Miralles, creador, guionista, productor ejecutivo y director de la serie, acompañaba a un grupo de presos de la cárcel de Valdemoro (Madrid) y su psicóloga dentro de un programa de reinserción junto a dos perros a los que cuidaban y que les permitía ir incorporándose poco a poco a la vida fuera de los muros de la prisión.

Participar en aquellos paseos le permitió entablar una cierta amistad con algunos de aquellos presos de larga condena, y Miralles pensó que la mayoría de estas historias no se conocen, pese a que forman parte de las historias más comunes de quienes pasan por el sistema penitenciario. "La cárcel parece que está lejos, que es algo ajeno, pero cuando conoces la historia de quienes la habitan encuentras nuevos matices y te das cuenta de que está más cerca de lo que parece, que le puede pasar a cualquiera", explica Miralles. "A cualquiera se le puede torcer la vida".

Muros recopila cuatro meses en la vida de diez presos y presas -y algunos más de quienes conviven con ellos- de los centros Madrid I Mujeres (la cárcel de mujeres de Alcalá-Meco), Teixeiro (La Coruña), Madrid V (Soto del Real) y El Acebuche (Almería). "Quería darles voz a los que nadie escucha, esas personas que nunca ocupan los titulares, de los que nunca se conocen sus historias", dice el director, "y en paralelo, contribuir a generar una reflexión más allá de la institución penitenciaria, que funciona muy bien pero a la que siempre le faltan medios".

Acceder a rodar en las cárceles no fue complejo: la selección de los centros tuvo más que ver con su situación geográfica (repartidas por la geografía española) y con la intención de que se incluyese un centro penitenciario para mujeres. Tampoco fue difícil conseguir los permisos ni se encontró con malas condiciones al acceder. La libertad de movimientos del equipo dentro del sistema ha sido total, dentro de los límites de la propia institución. "Los presos, en general, están bien atendidos. El sistema penitenciario español es uno de los mejores de Europa", comenta.

David Miralles, director y productor de la serie documental 'Muros' sobre la vida carcelaria de 10 presos y presas comunes, en Movistar Plus+.

David Miralles, director y productor de la serie documental 'Muros' sobre la vida carcelaria de 10 presos y presas comunes, en Movistar Plus+. / ALBA VIGARAY

Miralles quería evitar casos de corrupción política o delitos complejos (violaciones, asesinatos). Para elegir a sus diez protagonistas, acudieron muchos voluntarios deseosos de contar sus historias y sentirse escuchados. La selección pasó por combinar diferentes edades y etapas de cumplimiento de condenas (algunos recién entrados en la cárcel, otros con muchos años de encierro). Sus delitos están relacionados con agresiones, tráfico de drogas, estafas o robos. El elemento común a todos ellos, explica el director, es que vienen de vidas muy complicadas que les hicieron tomar malas decisiones. "La mayoría de la gente que está en las cárceles españolas, ese mal llamado preso común, atiende a problemas que tienen que ver con la inmigración, con la criminalización de la pobreza, con la falta de atención a su salud mental...", reflexiona. Pero en seguida aclara que nunca tuvo la tentación de blanquear sus delitos o justificarlos: "El sistema judicial español es muy garantista". Y añade: "ninguno de los protagonistas de Muros niega haber cometido sus delitos ni los justifica, todos entienden lo que hicieron".

Para él las historias más duras sin duda son las de las mujeres. Todas han vivido experiencias extremas de violencia de género. Cuatro de ellas, además, sufrieron abusos sexuales en la infancia por parte de un familiar de primer grado. "Son víctimas revictimizadas", dice. "Yo no soy psicólogo, pero no puedo evitar pensar que ciertos delitos, como los que están provocados por adicciones, se podrían haber evitado si se hubiera intervenido antes".

La cárcel en la que viven las mujeres que participan en Muros, Madrid I Mujeres, es un antiguo centro de menores y es un espacio, explica el director, "aparentemente más amable, incluso arquitectónicamente". Pero la vida para las presas es muy complicada. "Arrastran culpa y vergüenza, casi todas tienen hijos, a los que no pueden acompañar, algunos además están bajo tutela institucional porque el padre también está en la cárcel", explica. "Para ellas es todavía más complicado. Como con todo, las mujeres siempre viven situaciones más complicadas".

La cárcel como fracaso colectivo

La intención de esta serie, dice Miralles, es invitar a la reflexión, además de acercar y visibilizar las historias de quienes cumplen condena. "A mí me parece que la cárcel es un espejo deformado en el que deberíamos mirarnos todos, como individuos y como sociedad", explica. "Cuando lo miras con perspectiva, el hecho de que alguien acabe en la cárcel es un fracaso colectivo, porque hubo muchas cosas que fallaron antes de que esta personas acabaran ahí".

La adicción está siempre presente en Muros. Pero no sólo a las drogas: la serie cuenta la historia de Isidoro, ludópata, que cuenta cómo termina viviendo como esclavo de su adicción. También la de Feli, una persona adicta a las compras después de años de sufrir maltrato que se convierte en estafadora para responder a sus impulsos. En algunos casos, la delincuencia y la vida carcelaria forman parte de su cotidianeidad: Bárbara tiene a su madre también encarcelada, una tía y dos primas.

"La sorpresa más grata de este trabajo ha sido la reciprocidad", confiesa el director. "Nunca esperé que nos fueran a devolver tanta verdad". La intención de Miralles era lograr una verdadera intimidad con los internos, contar la realidad de la vida carcelaria a través de estas historias. Para conseguirlo quiso contar con un equipo muy pequeño, que permitiese el rodaje en espacios muy reducidos y no se convirtiese en una barrera. Durante los cuatro meses que duró el rodaje, entrevistó varias veces a los presos, entrevistas que se alargaban conforme las historias cobraban vida. "Hemos llorado mucho ante algunos testimonios", confiesa, "y también hemos medido mucho lo que hemos puesto, porque el nivel de verdad algunas veces me parecía casi obsceno, queríamos que se entendieran sus vidas sin entrar en detalles morbosos".

¿Lo peor? "Lo más duro es la pérdida de libertad, no poder decidir lo que haces con tu tiempo, no poder estar con tus seres queridos... La soledad es arrolladora", responde.

El equipo de la serie documental 'Muros' en un momento del rodaje.

El equipo de la serie documental 'Muros' en un momento del rodaje. / MOVISTAR PLUS+

En estas condiciones, ¿le ha exigido este trabajo una implicación más personal? "No", responde rotundo. "La implicación personal es inherente a nuestra forma de trabajar, es algo que se presupone en todos los trabajos". Antes de Muros, Miralles fue responsable de G.E.O. Más allá del límite, una serie documental para Amazon Prime sobre el proceso de selección de los nuevos miembros del Grupo Especial de Operaciones (G.E.O.) y de El Xef, la serie sobre el cocinero Dabiz Muñoz.

Su implicación con las personas que participan en Muros va más allá del documental, y con muchos de ellos mantiene contacto después del rodaje. Con la serie pretende visibilizar la dureza de la privación de libertad, pero también lo complicada que es la reinserción. "El problema del sistema empieza cuando termina la condena y los presos ponen un pie en la calle, ahí sí hay bastante desamparo", explica. En su opinión, faltan recursos para acompañar esas vidas truncadas que tratan de vivir una segunda oportunidad. Unos regresan a entornos complicados, otros ven reactivadas adicciones que tuvieron bajo control durante su encierro... No todos consiguen salir adelante; algunos de los presos que participan en la serie son reincidentes. "Entrar en la cárcel es duro para ellos, pero una vez que entras lo más complicado es salir".

Miralles confiesa que si tuviera que rodar una segunda temporada de Muros, le gustaría justamente hacer seguimiento a esa etapa fuera de los muros. Y confiesa que aquellos presos a los que acompañaba en los paseos en Valdemoro, sí lo lograron. "Ahí hubo muchas manos amigas tratando de acompañarles y a pesar de que era gente que había cumplido muchísimos años de cárcel no han vuelto desde hace seis años ni van a volver, por fin han conseguido arrancar su camino".