MÚSICA POPULAR

María de la Flor, canciones sencillas con las que acompañar la vida con sosiego

La madrileña presenta su nuevo EP, 'Resalada', una colección de cuatro canciones producidas por Diego Galaz, de Fetén Fetén, con el que vuelve a las salas

La cantante María de la Flor, en Madrid.

La cantante María de la Flor, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"No sigo una táctica para componer, y me va bien así, la verdad, porque me ayuda a sentir que esto sigue siendo un juego". María de la Flor (Madrid, 1993) se aproxima a la música de diferentes maneras. Lo hace a través de sus canciones y también del violín, que toca desde pequeña ("soy niña Suzuki", confiesa al final de la conversación para explicar que sus inicios en el estudio fueron siguiendo ese método de aprendizaje). Ahora presenta un nuevo EP bajo el título Resalada, un grupo de canciones "sencillas, más amables", explica. Cuatro temas grabados en directo que beben de la canción popular con aires tanto del folklore español como del fado y la canción latinoamericana bajo la producción del también músico Diego Galaz –miembro del dúo Fetén Fetén–, con quien lleva colaborando desde los inicios de su carrera.

"Es una relación única", explica sobre su encuentro con Galaz, a quien dice conocer desde que era pequeña porque es muy amigo de su profesor de violín. "Él tiró mucho de mí en el momento que quise dar el paso al frente con mis propias canciones y ahora he vuelto a recurrir a él porque creo que es la persona que iba a entender mejor estas canciones". Suyo es el mérito, dice, de que estos temas tengan "esta forma tan natural, tan redonda".

Resalada, que se publicó en plataformas de streaming el 22 de marzo, es el siguiente lanzamiento tras su disco de debut, Hilanderas, que se publicó en 2022. Si bien ahora ha recopilado algunas canciones que tenía a medio escribir desde hace tiempo, aquel fue un trabajo más conceptual, con canciones en la misma línea pero con una profundidad adicional, arropadas por un cuarteto de cuerda. El productor del disco fue el también violinista Carlos Monfort, que suele formar parte de la banda que acompaña a Silvia Pérez Cruz. María confiesa que pensó en él para ayudarle con el ropaje sonoro. "Necesitaba alguien que tuviese ese lenguaje más clásico y camarista, pero que tuviese también un poquito el salseo, las tablas del faranduleo y lo popular", explica.

En Hilanderas, algunas canciones ya fueron escritas con la idea de contar con el respaldo de los instrumentos de cuerda, y hubo que traducir otras. "Fue mucho más complejo que las que ya había escrito pensando en repartir líneas para los instrumentos", explica, "y aunque fue muy enriquecedor, ahora sí que me apetecía tirar un poco hacia atrás y deshacer ese embolao, retornar a lo sencillo".

La cantante María de la Flor, que presenta su nuevo EP, 'Resalada', en Madrid.

La cantante María de la Flor, que presenta su nuevo EP, 'Resalada', en Madrid. / ALBA VIGARAY

Presencia del folklore

María es de Carabanchel, aunque los orígenes de su familia están en Aragón. Para ella, que sus canciones tengan un aire de folklore no es algo buscado: surgen así. "Yo creo que el folklore lo llevamos en las venas", afirma rotunda. "Nos lo pide el cuerpo, precisamente esa cosa que tiene la música popular es como una intuición, como un sentido con el que completar la vida".

Explica que creció en un hogar en el que la música tenía mucha presencia: su abuela siempre cantó y su madre, que hizo la carrera de piano, se empeñó en que sus hijos -María y su hermano Ignacio, que forma parte de su banda- estudiaran música. Ella eligió el violín y, tras una carrera en el conservatorio, se llegó a plantear dedicarse a la interpretación de la clásica con el instrumento. "Yo creo que esta es un poco la pelea que tenemos todos los que hemos pasado por el conservatorio de alguna manera, porque parece que cuando estás ahí esa es la única salida", confiesa, "con esa entrega casi absoluta que tiene un poco también el mundo de la clásica, que es muy exigente a muchos niveles". Sin embargo, cuenta que ya adolescente comenzó a tocar el violín con otros músicos, "en otras bandas".

Fueron unas sesiones de micro abierto, a las que acudía para probarse ante el público antes de presentarse a las pruebas del conservatorio, lo que le terminó decidiendo lanzarse a la música popular. "Tocar con otra gente me había acercado a la música popular, y también me gustaba mucho cantar, así que poco a poco eché a cantar y me terminé decidiendo", dice.

Raíz y tecnología

Preguntada sobre si cree que la música popular, globalizada, está mirando más de cerca la música de raíz, María de la Flor duda su respuesta. "Yo identifico que de alguna manera está calando más", explica, aunque en seguida aclara: "pero en los márgenes en los que yo me encuentro no hay tanta homogeneidad". Menciona algunas referencias: Valeria Castro, Silvana Estrada o Rodrigo Cuevas. ¿Qué tal entonces la relación con la tecnología? "La palabra clave es experimento, porque yo la verdad es que me siento un poco viejoven, me ha costado un poquito acercarme", confiesa. "Pero ahora estoy probando cosas y me parece divertidísimo. No me interesa por innovar o algo así, sino en la medida que me permite descolocar los elementos de la canción y jugar con ellos".

Resalada se presentó sobre el escenario el mismo día en que se lanzó en público, en la Sala Sol de Madrid. Para presentar estas canciones, María ha armado una banda que le permite arropar los temas de la forma más similar a como fue grabado. Le acompañan sobre el escenario la guitarra de Carlos Otero, Elena Martínez a los coros, su hermano Ignacio Martín al chelo, bajo y coros, Marc Piñol a la percusión y su violín. "Al no llevar guitarra estoy un poco libre y me puedo acompañar con mi instrumento", explica. Tras presentarlo en Madrid, seguirán otros conciertos en abril, de la mano de AIEnRUTA-Artistas: A Coruña, Oviedo, Valladolic, Lugo y Soria. En junio, además, pasará por la séptima edición del Alhambra Monkey Weekend en El Puerto de Santa María.

De momento, un hipotético próximo disco parece lejano aunque, indica, "quiero que esté atravesado por un concepto un poco más unificado". María confiesa que ahora quiere disfrutar de la experiencia de tocar las canciones de Resalada en el escenario, y aunque ya comienza a pensar en las siguientes canciones, perfiere esperar para comenzar a darles forma. "Quiero darme el tiempo y la oportunidad de que las cosas pasen, que lleguen por su propio peso, después de probar, experimentar y jugar", reflexiona. "Creo que la música, pero también las personas, merecemos cierto sosiego". Algo, dice, difícil de equilibrar con los ritmos actuales de la industria. "Se nos demanda que supuestamente saquemos una canción cada mes y esto es imposible, las personas que somos las que sostenemos los proyectos tenemos nuestro tiempo, nuestra necesidad de tener una economía , de comer, de descansar, de dormir, de no estar al servicio de una demanda externa para la creación de algo que se supone que es lúdico".