ENTREVISTA

Rodrigo Cuevas: “El deseo es la fuente de inspiración más grande que tiene el folclore”

El artista asturiano, al que le gusta autodenominarse como ‘agitador folclórico y artista total’, ofrece dos conciertos este sábado y domingo en la sala madrileña ‘The Music Station’, dentro del marco del festival Inverfest

El artista multidisciplinar, cantante y compositor Rodrigo Cuevas, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

El artista multidisciplinar, cantante y compositor Rodrigo Cuevas, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. / Alba Vigaray

Rodrigo Cuevas (Oviedo, 1985) no se toma a sí mismo muy en serio. O, por lo menos, finge no hacerlo: su página web acaba con el dominio ‘.sexy’. Toda una declaración de intenciones ante el espectador que vaya a adentrarse en su mundo. Un universo en el que el asturiano proclama que lo que quiere es lanzarse a los brazos del baile, pasarlo bien y marchar “en romería” con quien desee acompañarlo. Un concepto casi en desuso en el español coloquial y que suena a peregrinación religiosa. Él ha decidido paganizarla, ya que eso es, a sus ojos, la magia del folclore: el poder utilizarlo para lo que a uno le venga en gana. Por ello, desde lo alto de unas madroñas, ha taconeado en salas y festivales en conquista de un público que ha ido sumando adeptos entusiasmados al carro del electrofolk asturiano con toques cabareteros, convirtiendo el segundo disco de Cuevas, Manual de Romería (septiembre, 2023), en uno de los más aclamados del pasado año.

Ahora, en la gira de presentación de este nuevo trabajo, el ovetense recala en Madrid en el marco del festival Inverfest para poner al público en danza estos 13 y 14 de enero en la sala The Music Station, pero antes conversa con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA en la azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid. 

P. En 2023 ha ganado el Premio Nacional de las Músicas Actuales y su último trabajo, Manual de Romería, se ha colocado como uno de los discos más reivindicados del panorama nacional. ¿Qué ve cuando mira atrás? ¿Cómo ha evolucionado Rodrigo Cuevas?

R. Pues muy bien, la verdad, pasaron muchas cosas y siento que ha sido un camino muy lento que fuimos transitando poco a poco y, ahora, estoy muy contento de estar en este punto.

P. Lleva muchos años dedicándose al mundo de la música y el espectáculo y ha sido ampliamente reconocido entre sus pares, aunque podría decirse que es ahora cuando es “famoso”. ¿Cómo se gestiona ese añadido?

R. Mal [risas]. En Asturias llevaba ya pasándome algún tiempo, pero ahora siento que quizá sea algo más generalizado. Y lo llevo mal porque es un rollo, la fama es lo peor de tener una carrera musical, pero bueno. Al final son problemas del primer mundo, ¿no?, también te da ventajas. Aunque a veces a la gente se le olvida que eres una persona y no te trata bien. Pero bien, lo de los selfies es lo que peor llevo [más risas].

En el ayuntamiento de Gijón ya dijeron hace tiempo que no me iban a programar por mis opiniones. Supongo que ahí está el lado malo, pero también hay mucha gente que aprecia que tengas una opinión y la digas"

P. Es un artista muy político, se posiciona mucho en las redes sociales sobre temas de actualidad. Eso no es algo habitual en los artistas patrios consolidados. ¿Cómo ha afectado a su trabajo el definirse sin tapujos a nivel político?

R. Me ha afectado, claro. No sé hasta qué punto, pero sí. Por ejemplo, en el ayuntamiento de Gijón ya dijeron hace tiempo que no me iban a programar por mis opiniones. Supongo que ahí está el lado malo, pero también hay mucha gente que aprecia que tengas una opinión y la digas. Todo el mundo la tiene, ¿qué tiene de malo expresarla?

P. Hablando de expresión, hemos visto recientemente distintos casos de censura. ¿Qué opina y qué es censura para usted?

R. La censura existe: Valtonyc estuvo cuatro años exiliado, Pablo Hasel está en la cárcel… Hay varios ejemplos. El problema es que se pretende dar una imagen de que la censura está en el lado que no es. Tenemos a gente que opina de todo en programas de prime time y lo que realmente falta es un poco de pluralidad de opinión hacia la izquierda. Creo que ese es el tema. Tenemos muchísima opinión de derechas y lo que ocurre es que nunca tuvieron réplica. Hasta ahora. Eso es lo que se siente como censura, pero no lo es. Yo toda la vida tuve miedo de expresar mis preferencias sexuales y ahora ya no lo tengo, y por supuesto que voy a replicar a quien trate de decirme que las suyas son mejores que las mías.

Cada vez hay más gente que baila sabiendo que no hace falta hacerlo perfecto, ni tener tal traje, ni hacer una recreación de cómo eran los bailes tradicionales a finales del siglo XIX. Tú bailas porque te apetece y te diviertes y punto"

P. El folclore llena salas, sus dos conciertos en Madrid se agotaron enseguida. Y sin embargo hasta hace muy poco la mirada general le daba la espalda a nuestras fábulas y romances. Se veían como algo viejo y excéntrico, antiguo. ¿Qué es lo que está cambiando?

R. Ahora nos estamos acercando al folclore desde un punto de vista más desprejuiciado, con más respeto pero menos miedo. Porque antes se le tenía muchísimo miedo. Hace unos años a la gente le aterrorizaban los puristas. “Cómo te van a acribillar los puristas”, se decía como si fuera la cantinela de “¡Que viene el Coco!”. Yo no entiendo por qué se les tenía tanto miedo, ¡que digan lo que quieran!, es una opinión, no pasa nada. Ahí sí que había censura [ríe]. Ahora la gente se está acercando sin complejos, sin miedo, con una relación mucho más sana de respeto y cariño, y se está dando cuenta de que el folclore es muy divertido. Es muy chulo bailar y tocar la pandereta, cada vez hay más gente que baila sabiendo que no hace falta hacerlo perfecto, ni tener tal traje, ni hacer una recreación de cómo eran los bailes tradicionales a finales del siglo XIX. Tú bailas porque te apetece y te diviertes y punto. Creo que es una victoria tremenda.

. El artista multidisciplinar, cantante y compositor Rodrigo Cuevas, en el Círculo de Bellas Artes

. El artista multidisciplinar, cantante y compositor Rodrigo Cuevas, en el Círculo de Bellas Artes / Alba Vigaray

P. A usted, ¿cuándo le atrapó? ¿Cuál fue el momento decisivo en el que dijo: esto es lo mío?

R. Recuerdo que fui a un curso de percusión tradicional con Eliseo Parra en Ruenes, en Peñamellera Alta, en Asturias, y aquello fue como una epifanía para mí.

P. 'Manual de Romería' es una verbena, y una de sus características es la reivindicación de la golfería inocua, juguetona. Se apoya mucho en el humor y la irreverencia, sentenciando que si se desgastan los zapatos para eso están los zapateros o que la fruta robada sabe mejor que la comprada. Es un trabajo muy festivo incluso cuando habla de temas serios.

R. Quería hacer un producto muy retranquero, con esa sutileza que tiene la tradición de hablar de cosas serias mientras le estás metiendo mucha retranca, doble sentido, por el medio. Ese era el reto, mantener el tono liviano y no perderlo, independientemente de que estuviera hablando de cosas más serias o más frívolas.

P. ¿Es difícil ser luminoso cuando, a veces, el tema no lo es?

R. Hay que tenerlo todo el rato presente, en el foco. Como se te olvide puedes acabar yéndote hacia algo más llorón, melancólico y te toca corregir la dirección.

P. 'Manual de Romería' también está atravesado por el deseo sexual. La desinhibición es muy habitual dentro del folclore, en un país que, como España, arrastra una larga tendencia de represión católica.

R. Ha sido un país reprimido desde el oficialismo, pero en realidad el folclore siempre ha estado escondiendo el deseo. Es una temática central. Se desbarra mucho sobre el sexo incluso como algo bestia, animal. Habla de todas las formas del deseo sexual. Y eso es muy chulo. Creo, también, que a veces se le castiga diciendo que contiene mucho machismo. Yo pienso que eso reside en las lecturas e interpretaciones que hacemos. Al final, el folclore es un tipo de poesía, y la poesía nunca se puede leer de forma literal. Apenas tenemos una ventanita de información sobre la persona que escribió esa copla. ¿Desde dónde la escribió? ¿Para quién? ¿Era un hombre o una mujer? ¿Alguien enamorado? Muchas veces, las coplas que estaban en masculino las cantaban mujeres y las femeninas hombres.

P. Un lenguaje críptico.

R. Exacto. Siempre con esa oscuridad que no se sabe muy bien de dónde viene ni adónde va y que no se puede juzgar de manera literal como si fueran unos estudios. No es prosa, cada uno tenemos una interpretación. Yo lo leo de una manera, pero tú lo harás de otra. Y el deseo, sobre todo, es la fuente de inspiración más grande que tiene el folclore.

Ahora, con la domesticación de la vida que llevamos, donde todo lo hacemos de puertas adentro, se han perdido muchos espacios comunes y toca pelearlos, hacerlos de nuevo. Compartir es vital"

P. Tiene un proyecto personal en su pueblo, ‘La Benéfica de Piloña’, que consiste en la reconstrucción de un viejo teatro para convertirlo en un centro cultural para incentivar la creación artística y frenar la despoblación. Que la gente no huya de los pueblos.

R. Los espacios culturales son muy importantes, y también lo es que la gestión se haga desde allí. Siempre hubo espacios de intercambio cultural en los pueblos y, ahora, con la domesticación de la vida que llevamos, donde todo lo hacemos de puertas adentro, se han perdido muchos espacios comunes y toca pelearlos, hacerlos de nuevo. Compartir es vital.

P. ¿Es reversible esa domesticación?¿Cree que es una tendencia que ahora mismo nos está haciendo más individualistas, o hay una lucha social por volver a sacar la cultura a la calle y plazas públicas?

R. Siempre hay lucha, siempre hay gente que intenta revertirlo, pero este es el camino ahora. Cada vez compartimos menos cosas con los demás. Eso nos lo da el dinero. Cuando la gente no tenía dinero debía compartir las cosas. Ahora preferimos comprar una máquina para no tener que usarla con el vecino. Además, las casas son cada vez más cómodas porque pasamos más tiempo ahí dentro. Cuando era pequeño, en mi casa del pueblo nunca hubo sofá y ahora es rarísimo pensar en una casa sin sofá. Nosotros no lo usábamos, no veíamos la tele más que a la hora de comer. Además, ¿en qué sofá ibas tú a meter a los 13 que nos juntábamos en verano? Harían falta cinco divanes por lo menos (risas).

P. ¿Qué puede esperar el público que vaya a sus conciertos este fin de semana?

R. Va a haber mucha romería, van a pasarlo muy bien porque vamos a ofrecer baile, seducción y mucho libertinaje. Espero que se lo pasen genial y que traigan alguna petaquita por si quieren tomar un chupetín.