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Antifémina, la mujer despreciada por el patriarcado a la que Colita retrató

El Círculo de Bellas Artes acoge en formato exposición las imágenes de 'Antifémina', el libro en el que Colita y la escritora Maria Aurèlia Capmany documentaron la realidad de la mujer española del tardofranquismo

'Boca de vedette' (1995), de Colita.

'Boca de vedette' (1995), de Colita. / ARCHIVO COLITA FOTOGRAFÍA

"El piropo supone que la mujer tiene que sentirse halagada y apabullada a la vez. Halagada porque es importante que un individuo del sexo masculino se digne a fijarse en ella y apabullada porque lo correcto es que se sienta acorralada, perseguida, acosada, sin otra arma que el silencio y el rubor. La mujer ha nacido para escuchar y callar". En contra de lo que podrían pensar los lectores más reaccionarios y carpetovetónicos, no, la cita no es fruto de lo woke, ese imaginario movimiento con nombre anglosajón al que se acusa de cuestionar caprichosamente las entrañable tradiciones españolas para, en último término, limitar las libertades de los varones. Nada de eso o, al menos, no en su totalidad.

El texto, que dentro de poco cumplirá medio siglo desde que fue publicado, es obra de la escritora, pedagoga y política catalana Maria Aurèlia Capmany, y está incluido en Antifémina, un foto-libro realizado en 1977 en colaboración con Colita —pseudónimo de la fotógrafa Isabel Steva Hernández—, y cuyas imágenes se exponen en la sala Goya del Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 5 de mayo.

"Colita contaba en broma que el libro había surgido en una panadería —recordaba esta mañana en rueda de prensa Francesc Polop, amigo de la fotógrafa, director de su Archivo personal y comisario de la exposición—. Ella y Maria Aurèlia eran vecinas del barrio. Un día fue a por el pan, coincidieron allí y la escritora le preguntó: '¿Tú no tienes muchas imágenes de mujeres en tu archivo? ¿Por qué no hacemos un libro con ellas?'". Dicho y hecho.

'Preparativos de la novia' (1963), de Colita.

'Preparativos de la novia' (1963), de Colita. / ARCHIVO COLITA FOTOGRAFÍA

Las dos mujeres, que ya se conocían de haber trabajado juntas en revistas como Vindicación Feminista y por compartir militancia clandestina contra el franquismo, comenzaron a reunirse en la casa de Colita. Juntas bucearon en el archivo de la fotógrafa y, una vez seleccionadas las imágenes, María Aurèlia redactaba los textos en una máquina de escribir.

"Hicieron un trabajo de corta y pega. Elegían las imágenes y colocaban los textos debajo, dando así forma al libro que, salvo para uno de los capítulos, el titulado Descuartizar un cuerpo para el que se hicieron fotos expresamente, procedía del archivo de Colita que, a los 37 años que tenía entonces, llevaba ya 23 de carrera", explica Polop que define a la fotógrafa catalana como "una mujer que miraba a las mujeres. Una fotógrafa que estaba ahí, que trabajaba como foto fija en películas, que sacaba fotos en las fiestas populares, en actos políticos o en las bodas de sus amigas, que le pedían que les hiciera las fotos. De hecho, las fotos de bodas que hay en Antifémina son de sus amigas".

El resultado de la colaboración entre Maria Aurèlia y Colita fue Antifémina, un libro que reflexionaba sobre el reverso de la imagen de la mujer al uso o, como ellas mismas escribieron: "Lo más opuesto de la muchacha-bonita-de-un-metro-sesenta-y-cinco-que-nos-adora", aquellas mujeres que, aun siéndolo, "no son en absoluto femeninas" en el sentido que les otorga el patriarcado.

'Abuela y nieta (1976), de Colita.

'Abuela y nieta (1976), de Colita. / ARCHIVO COLITA FOTOGRAFÍA

En consecuencia, por Antifémina desfilaban decenas de mujeres haciendo las cosas que el patriarcado consideraba normales para ellas como limpiar, trabajar, prostituirse, exhibirse para solaz del macho, casarse y, cuando no encontraban un hombre que las quisiera, meterse a monja, que en el fondo es otra forma de casarse, aunque con Dios, ni más ni menos. Unas imágenes que demostraban que la mujer era, o tal vez sea mejor utilizar el tiempo presente en el que están escritos los textos del propio libro, "es un ser marginado tanto si se hace monja como si se hace prostituta, tanto si envejece como si lucha denodadamente para conservar la juventud".

"No es casualidad que Colita y Maria Aurèlia comenzaran el libro por la vejez. Las primeras imágenes son de ancianas que hacen cosas propias de ancianas de la época, como estar en la playa cuidando las toallas y los flotadores mientras el resto de la familia se divierte", explica Polop que, a continuación, cita otro de los textos de Antifémina reproducido en las paredes de la exposición, acompañando a las imágenes como sucede en el libro original: "Pero un hombre viejo es todavía un hombre aunque sea viejo: una mujer vieja no es nada. Ha dejado de ser un cuerpo apetecible, un cuerpo fecundable, ha dejado de ser lo genérico que ha sido aceptado como la escena de la Feminidad. La fémina se ha convertido en antifémina. No es ni mujer ni hombre; es otra cosa".

Material subversivo

Antifémina fue publicado por Editora Nacional en 1977, por decisión de Ángel Sánchez Gojón, padre de la actriz Aitana Sánchez Gijón. Sin embargo, y a pesar de que Franco había muerto hacía ya dos años, un cambio en la dirección de la editorial hizo que, el nuevo responsable, retirase motu proprio todos los ejemplares de las librerías por considerar que era un libro subversivo y un panfleto feminista.

Durante años, Antifémina resultó casi imposible de conseguir. Hubo que esperar hasta 2021, cuando el Ayuntamiento de Barcelona decidió recuperar el libro en una nueva edición de dos mil ejemplares de los que, a día de hoy, apenas queda un centenar largo.

'Mujeres en el paral·lel' (1965), de Colita.

'Mujeres en el paral·lel' (1965), de Colita. / ARCHIVO COLITA FOTOGRAFÍA

"Por entonces estaba Ada Colau, a quien quiero agradecer que se interesase por el libro que, como se puede ver, ha hecho el proceso inverso en este tipo de eventos. Normalmente se organiza una exposición de la que se edita un catálogo. En este caso es el libro el que da pie a la exposición", comentaba un Francesc Polop notablemente emocionado porque Colita, fallecida el 31 de diciembre de 2023, no haya podido ver la muestra por apenas dos meses.

"No queremos que Antifémina sea la primera exposición en homenaje a Colita tras su muerte, sino el último gran proyecto en el que participó", declaraba en la rueda de prensa Ana Berruguete, de La Fábrica, empresa organizadora de la muestra junto al Círculo de Bellas Artes, y a los que Palop ha querido agradecer su buen trabajo y disposición en todo el proceso.

"Colita no es de nadie. Ella decía que era de Barcelona. De hecho, esta exposición tenía que haberse hecho allí, pero estamos en Madrid. Gracias. Hace unas semanas, mientras montábamos esta muestra, estuve en la inauguración de la exposición de Jordi Socías, que coincidió con la que se está celebrando en el Reina Sofía sobre Tàpies. Además, en el Centro Fernán Gómez hay una exposición sobre el diseñador industrial Miguel Milá… Gracias otra vez. No sé qué más decir y creo que no debo decir más", concluía Polop que no pierde la esperanza de que la muestra itinere y llegue a Barcelona. Aunque ya no esté Ada Colau.