EL FUTURO DE LAS CIUDADES

Norman Foster apuesta por la sostenibilidad urbana en su nuevo centro madrileño

El recién creado Norman Foster Institute inaugura su programa de estudios sobre Ciudades Sostenibles. Un amplio panel de prestigiosos expertos internacionales ha participado en su presentación este lunes en la capital

Atenas, Bilbao y San Marino son las ciudades con las que se trabajará en este primer curso

Norman Foster presenta el primer programa de estudios del Norman Foster Institute sobre ciudades sostenibles

Norman Foster presenta el primer programa de estudios del Norman Foster Institute sobre ciudades sostenibles / David Fernández - EFE

Jacobo de Arce

Jacobo de Arce

En 2050, dos de cada tres habitantes del planeta vivirán en una ciudad. El 90% de la riqueza se producirá en entornos urbanos, pero también lo hará el 70% del CO2. Unas cifras que subrayan la importancia de lo que hagamos con estos lugares, y que constituyen la razón de que el arquitecto Norman Foster y su fundación madrileña hayan dado un paso adelante y hayan creado el Norman Foster Institute (NFI), cuyo programa especializado en Ciudades Sostenibles, organizado en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid, se ha presentado este lunes con la participación de un puñado de expertos internacionales y representantes de las primeras ciudades que serán objeto de estudio.

“Parafraseando a Winston Churchill”, ha dicho Foster al comienzo de su intervención, “nosotros moldeamos a nuestras ciudades, y ellas nos moldean a nosotros”. Las ciudades son dinámicas, recordó, y requieren constantes decisiones. Cómo se tomen esas decisiones, si de una manera racional, basadas en datos y hechos, o bien en función de modas y prejuicios, es hoy por hoy una cuestión crucial. Igual que cómo afectan esas decisiones a la gente que las habita y cómo esa misma gente puede ser, precisamente, la impulsora de los cambios.

El Norman Foster Institute se presenta como una mezcla de institución académica y think tank en el que jóvenes arquitectos, urbanistas y pensadores de diferentes nacionalidades trabajarán mano a mano con prestigiosos académicos y líderes ciudadanos de todo el mundo, para que las ideas que de allí surjan estén conectadas con las necesidades reales de las ciudades. La idea es dibujar un futuro más ambiental y socialmente sostenible para las tres ciudades elegidas este año: Atenas, Bilbao y San Marino. Tres urbes de diferentes escalas y características pero todas ellas europeas occidentales, si bien la idea del curso es que los métodos e ideas que resulten de poner el foco sobre ellas puedan ser aplicados de manera casi universal.

Foster esbozó cuál es el concepto que él, como la mayor parte de los urbanistas, tiene de la ciudad ideal. Una ciudad compacta, caminable, con uso mixto en sus diferentes barrios y un transporte público poderoso, permeada por la naturaleza y con un corazón histórico. Madrid es el ejemplo que más suele mencionar el ganador del premio Pritzker, que no en vano es en la capital donde ha situado sus centros de reflexión en consonancia con la nacionalidad española de su mujer, Elena Foster.

Zonificación y datos

A lo largo de la presentación de este lunes, diferentes expertos fueron desgranando las preocupaciones que han llevado a crear un centro como el NFI y algunas de las ideas que atravesarán su trabajo. El codirector del Instituto, Kent Larson, explicó cómo en el mundo, en la relación de las ciudades con el entorno, “todo estuvo en armonía hasta que llegó la revolución industrial”. Fue entonces cuando las cosas empezaron a torcerse, y empeoraron todavía más cuando, en 1927, el Supremo de EEUU autorizó la zonificación de áreas urbanas y con ello el monocultivo espacial que llevó a que millones de ciudadanos, primero allí y después en el resto del mundo, se desplazaran cada día desde unas zonas residenciales separadas de las de trabajo en unos coches que se hicieron, en paralelo, cada vez más accesibles. De aquellos polvos de la dispersión urbana a los lodos actuales, cuando el calentamiento global “está creciendo a un ritmo que nos sitúa en el peor escenario posible”.

La tecnología actual, sin embargo, pone a nuestra disposición nuevas herramientas para enfrentarnos a esos desafíos, como la ‘zonificación dinámica algorítmica’ que Larson propone para recuperar progresivamente la armonía que tenían las ciudades antiguas. Y que se basa esencialmente en datos, esos datos que según otra de las ponentes, la responsable del Media Lab del prestigioso Massachussets Institute of Technology (MIT) y exdirectiva de la NASA, Dana Newman, podemos obtener hoy en día, entere otras formas, de unos satélites “que monitorizan en tiempo real todas las constantes vitales de la Tierra”.

El tema de los datos está relacionado con el gran asunto de nuestro tiempo, la inteligencia artificial, que para Newman “es nuestra copiloto y está aquí para quedarse”. Pero también ha dicho claramente la experta que esta, por ahora, "no está funcionando, porque no está trabajando para todos”. “Una vez que lo haga, y con datos fiables, funcionará”. Larson apuesta por “poner de acuerdo lo que a los humanos se nos da mejor, que es hacer juicios de valor y ser creativos, y lo que las máquinas hacen mejor, que es procesar cantidades ingentes de información”. Un trabajo conjunto al que él llama “inteligencia extendida”.

De las enormes diferencias y contradicciones del mundo, fundamentalmente entre un norte rico, desarrollado y a menudo egoísta, y un sur global que todavía se sitúa por detrás, hablaron el sudafricano Edgar Pieterse, director del African Center for Cities, y el Pritzker chileno Alejandro Aravena. Si el primero dijo que uno de los desafíos para urbanistas y arquitectos es entender la informalidad reinante en países como los de su continente, y pensar diferente “porque los paradigmas de análisis todavía responden a una visión occidental”, el segundo puso como ejemplo su país, su crimen ascendente y sus recientes levantamientos sociales para referirse específicamente a los barrios de chabolas que se extienden por tantas urbes del mundo (no solo en los países menos desarrollados). Unas no-ciudades que se han convertido en verdaderas fábricas de “bombas humanas”, de individuos abandonados a su suerte que no tienen nada que perder. “No se trata de hacer una guerra contra el crimen, sino de librar una batalla cultural”, señaló Aravena, que resumió con un juego de palabras: “from belongings to belonging” ("pasar de 'poseer' a 'pertenecer'").

También intervino en la presentación la exministra de Vivienda de Zapatero Beatriz Corredor, actualmente presidenta de la empresa de infraestructuras de energía y telecomunicaciones Redeia, que basó su ponencia en una idea tan joven como la de 'futuro': "el futuro de la ciudad pasa por la vivienda social", aseguró Corredor, y también que "si el NFI es tan importante, es porque su tarea va a ser anticipar el futuro”. Remató con la célebre cita del Coriolano de Shakespeare que vino a resumir mucho de lo dicho durante la jornada, en la que la el término 'comunidad' también fue uno de los más utilizados: “¿Qué es la ciudad si no la gente?”.