LITERATURA INFANTIL

El Pequeño Nicolás de la Generación Alfa es una chica y se llama Pepa Guindilla

Ana Campoy es la creadora de esta serie de libros que publica Nórdica. Un personaje tierno, inocente, aventurero y divertido

La escritora Ana Campoy, autora de los libros de Pepa Guindilla, en Madrid

La escritora Ana Campoy, autora de los libros de Pepa Guindilla, en Madrid / Alba Vigaray

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"Todo fue por culpa de un escupitajo [...]. No hay nada más divertido que tirar un escupitajo por el hueco de la escalera". Así arranca Pepa Guindilla, escrito por Ana Campoy (Madrid, 1979) e ilustrado por Eugenia Ábalos (Mendoza, Argentina, 1977). Esta niña pelirroja, con una familia reconstituida que vive en una ciudad que podría ser cualquiera, protagoniza dos libros (Pepa Guindilla y Pepa Guindilla. ¡Contra el mundo!) publicados por la editorial Nórdica. Pepa es una niña normal a la que ocurren cosas extraordinarias. Su autora confiesa que se inspiró en una compañera de colegio y que nació de una forma espontánea, sin mucha planificación. "Había capítulos que iniciaba y no sabía cómo iban a acabar", explica. Y sin embargo, esta niña optimista y aventurera le hizo ganar dos de los premios más prestigiosos de la literatura infantil: el de la Fundación Cuatrogatos, que se entrega en Miami y reconoce a los mejores títulos publicados en español y el White Ravens, que otorga la Biblioteca Internacional de la Juventud de Münich.

Campos estudió Comunicación Audiovisual y nunca, dice, se planteó de pequeña ser escritora. Pero le gustaba escribir y "hacer teatrillos". Después de algunos trabajos como guionista, locutora y periodista, en 2013 publicó su primera novela infantil: Las aventuras de Alfred y Ágatha. Los diez pájaos de Elster (editorial Edebé), ambientada en Londres y con personajes basados en Alfred Hitchcock y Agatha Christie. Fue un éxito. Tanto, que sería el primero de una serie de diez. Después se encargaría también de una adaptación en verso para primeros lectores de los clásicos Don Quijote de la Mancha y El lazarillo de Tormes, unos trabajos con los que buscó no solamente adaptar las historias, sino buscar un tipo de poemas que se utilizasen en el momento en el que se escribieron ambos. También es autora de otros títulos como la serie de libros Familia a la fuga, un peculiar clan con un gran secreto y en constante huida de una organización que les persigue.

Nórdica reedita ahora el primer Pepa Guindilla y su autora atiende a El PERIÓDICO DE ESPAÑA cuando celebra justo diez años como escritora de literatura infantil.

P. ¿Cómo ha sido el recorrido de Pepa Guindilla desde aquella primera publicación hace dos años?

R. Muy ilusionante. Es un libro que escribí antes de la pandemia, pero realmente el proceso de edición y de confección de las ilustraciones fue durante la pandemia. Se publicó en primavera, justo un año después del confinamiento, y fue creciendo poquito a poquito. Como un bollo que empieza a crecer, y empezaron a caer premios. Pero más que eso, es emocionante ver cómo le llega Pepa a la gente, me da mucha satisfación ver cómo conquista.

Los personajes de Pepa Guindilla están ilustrados por Eugenia Ávalos.

Los personajes de Pepa Guindilla están ilustrados por Eugenia Ávalos. / Alba Vigaray

P. ¿Cómo surgió este personaje y sus historias?

R. Me inspiré en una compañera que tenía yo en el cole, pelirroja, y que era mi mejor amiga. Era una persona muy optimista, con una lógica propia en la que todo tenía sentido, y eso fue clave. Yo quería reflejar la lógica infantil, que difiere de la de los adultos. Los adultos están llenos de complejos, de prejuicios, de prohibiciones... Y yo quería centrarme en esa lógica en la que todo encaja y tiene sentido.

P. A Pepa todo lo que le ocurre es cotidiano, pero a la vez son aventuras extraordinarias.

R. Quería hacer un libro realista, pero me gusta pensar que es fantasía cotidiana, porque te mantiene pensando en qué va a pasar y te puedes imaginar lo peor. Y luego resulta que no, o que es ambiguo... No vamos a hacer spoiler. Yo creo que es mi libro más autobiográfico, así que me inspiré en muchas cosas que o me han pasado a mí o ha pasado a gente cercana. Otra influencia muy clara es El Pequeño Nicolás. Todos los capítulos eran miniepisodios de cotidianidad, pensando en que a todos nos han pasado más o menos las mismas cosas en la infancia.

La escritora Ana Campoy, autora de 'Pepa Guindilla', ganó el Premio de la Fundación Cuatrogatos y el White Ravens, gracias a este personaje que se inspira en 'el Pequeño Nicolás'.

La escritora Ana Campoy, autora de 'Pepa Guindilla', ganó el Premio de la Fundación Cuatrogatos y el White Ravens, gracias a este personaje que se inspira en 'el Pequeño Nicolás'. / Alba Vigaray

P. Menciona a El Pequeño Nicolás, pero también hay algo del Manolito Gafotas de Elvira Lindo. ¿Lo tenía presente mientras escribía?

R. Yo a Elvira Lindo siempre, siempre la tendré como un referente. Yo lo leí ya más mayor porque no me pilló tan pequeña su Manolito Gafotas, pero creo que hizo historia en la literatura infantil en España. Creó un personaje sin corsé, sin cortapisas, cotidiano, costumbrista y tanto para niños como para adultos, eratotalmente transversal. Si hiciéramos una asignatura de Historia de la literatura infantil española, Manolito Gafotas estaría ahí con su capítulo propio.

P. Pepa normaliza un modelo diferente de familia, con sus padres separados, abuelos postizos, etc. ¿Qué intención había al hacerlo así?

R. Bueno, yo quería reflejar la vida real. Y en la vida real, si miramos en cualquier clase de Primaria, la familia tradicional típica que siempre hemos conocido ya no supone un porcentaje tan alto como antes. No es que queramos normalizarlo, es que se ha normalizado ya. Pepa es una niña que vive en el siglo XXI. Así que los niños ahora no es que lo acepten, es que lo ven normal, es que ya es así conforme ellos llegan al mundo. El prejuicio se lo inculcamos los adultos, aunque sea inconscientemente.

'Pepa Guindilla' y 'Pepa Guindilla. ¡Contra el mundo!' escritos por Ana Campoy e ilustrados por Eugenia Ábalos.

'Pepa Guindilla' y 'Pepa Guindilla. ¡Contra el mundo!' escritos por Ana Campoy e ilustrados por Eugenia Ábalos. / CEDIDA

P. Es un personaje muy libre. ¿Qué opinión le merecen las revisiones que se están haciendo de algunos clásicos para que sean más políticamente correctos?

R. Pues que eso pertenece al mundo de los adultos, no de los niños, generando siempre polémicas y peleándose por cosas que tienen más que ver con el control que con otra cosa. Algo que pasa en el mundo editorial, no solo de la literatura infantil, es que hay libros más comerciales que otros. Pero vamos, cuando se dice es que hoy en día Roald Dahl no lo publicarían es claramente falso, porque sí se está publicando y se está vendiendo y la gente lo compra. Tampoco creo que Pepa Guindilla sea un libro de gamberrismo ilegible, es simplemente la historia de una niña normal, no creo que incomode tanto.

P. ¿Qué planes hay para el personaje, sacará nuevos títulos?

R. El plan es que siga viva, pero la verdad es que en estos libros he trabajado de una forma completamente diferente a como suelo hacerlo. Normalmente yo soy muy de mapa, planifico mucho. Con Pepa fui mucho más espontánea de lo que suelo ser porque no quería perder esa frescura. Había capítulos que iniciaba y no sabía cómo iban a acabar. Eso no me ha pasado en la vida, jamás, pero ni en mi vida normal. Yo siempre soy planificadora. Incluso me sentí contagiada de esa personalidad de Pepa más espontánea. Y no está mal ser espontáneo. Ha sido un aprendizaje para mí.

Algunas de las ilustraciones de Eugenia Ábalos en el libro 'Pepa Guindilla'

Algunas de las ilustraciones de Eugenia Ábalos en el libro 'Pepa Guindilla' / CEDIDA

P. En alguna ocasión ha reivindicado que los adultos lean también los libros para niñas y niños. ¿Por qué?

R. Porque en realidad te estás perdiendo toda una rama de la literatura. Hay mucha calidad en la literatura infantil, hay gente haciendo maravillas. Yo creo que los autores procuramos que nuestros libros sean universales en edad, y en mi caso particular sé de muchas madres y padres que leen Pepa con sus hijos porque la estructura del libro lo permite. Yo escribo con la intención de que estos libros puedan ser leídos en voz alta, que los padres compartan lecturas con los hijos. No sólo se trata de contar una historia, la oralidad es importante porque también transmite los sentimientos. Hay muchas cosas más alrededor de la lectura conjunta entre padres e hijos. Y en tiempos como los que estamos viviendo ahora, para mí es importante volcarnos en el ser humano, en su esencia, creo que en eso la narración oral nos retrotrae un poco a una zona de cobijo.

P. La publicación de títulos de literatura infantil actualmente es vertiginosa. ¿Está viviendo un buen momento?

R. Bueno, esa rapidez tiene que ver con el mercado, que ha llegado también a la cultura. Las editoriales, sobre todo las grandes, tienen los ojos puestos en la cuenta de beneficios, y lo que más renta siempre es una colección, en la que tú haces una inversión de marketing y luego ya la cosa va sola. Es un poco el fast food de la literatura... Si quieres tirar por ahí un proyecto, sabes cuáles son las reglas. Si quieres escribir otra cosa más literaria y mandar a premios, eso lleva a otra ruta y generalmente es otro tipo de editorial. Los autores tienen que buscar el equilibrio en el que los números salgan pero no se traicionen a sí mismos.