ENTREVISTA

Miguel López, el Hematocrítico: "Los niños son lectores, por mucho que les gusten las pantallas"

Miguel López, más conocido como El Hematocrítico, posa durante la Feria del Libro de Madrid con su nuevo álbum ilustrado, 'Barbabuella', ilustrado por Eugenia Ábalos y publicado por Nórdica infantil. FOTO: Alba Voigaray

Miguel López, más conocido como El Hematocrítico, posa durante la Feria del Libro de Madrid con su nuevo álbum ilustrado, 'Barbabuella', ilustrado por Eugenia Ábalos y publicado por Nórdica infantil. FOTO: Alba Voigaray / Alba Vigaray

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

Autor prolífico de literatura infantil, profesor de Educación Infantil en excedencia, activo tuitero e incluso community manager de un personaje televisivo son algunas de las ocupaciones de Miguel López (A Coruña, 1976), más conocido por su alias tuitero, El Hematocrítico. Es el autor de una gran cantidad de títulos infantiles publicados en la editorial Anaya, como la serie El Bosque de los Cuentos (Feliz Feroz, Agente Ricitos, El lobo con botas...); la colección de cómics infantiles Leyendas del recreo; los cuentos para prelectores Un perro, Mi hermono y Gaviota gourmet; la antología colectiva Fantasmada... También es autor de Cuadernito de escritura divertida, Mi diario de verano (ambos con Blackie Books) y la serie Max Burbuja (B de Blok). Junto a Noel Ceballos firmó la novela para adultos Los cinco superdetectives: Aquí no bebíamos cerveza de jengibre (Ediciones Martínez Roca) y también ha escrito un ensayo sobre la infancia y la educación: ¡Escúchalos! Por una crianza con empatía (Paidós).

En los últimos meses ha publicado una historia de piratas: Barbabuella, ilustrado por Eugenia Ábalos y publicado por Nórdica Infantil, además de un nuevo título de su serie El Bosque de Cuentos, titulado Muerto de hambre. Con estas novedades bajo el brazo, se encuentra con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA durante la recién concluida Feria del Libro de Madrid, a la que lleva acudiendo los últimos 15 años. "Es mi momento favorito del año, en realidad", explica. "Cada año es una experiencia distinta, pero es bonito estar aquí: el ambiente, las conversaciones..."

P. Barbabuella: ¿de dónde surge la idea?

R. Pensando en dónde ambientar historias, se me ocurrió que tenía ganas de escribir sobre los grandes universos infantiles. En mi cabeza, los grandes universos infantiles son, además de los cuentos de hadas, por ejemplo, los dinosaurios o incluso los universos infantiles tradicionales: los bomberos, los vaqueros y los indios... Y uno de esos mundos es el de los piratas.

 El escritor Miguel López, conocido como El Hematocrítico, en la Feria del Libro de Madrid 2023.

 El escritor Miguel López, conocido como El Hematocrítico, en la Feria del Libro de Madrid 2023. / Alba Vigaray

P. ¿Por qué molan tanto las historias de piratas?

R. Bueno, los piratas son salvajes, hacen lo que les da la gana y están saltando por ahí haciendo el burro todo el día. Empujan a la gente. Son como adultos sin normas que viajan por ahí, hacen lo que quieren. A mí me me encantaban cuando era niño. Mi película favorita era El temible Burlón, que es una peli de piratas de Burt Lancaster que era increíble para mí. Me flipa. La vi un millón de veces. Están fuera de ley, son rebeldes, y eso les mola a los niños, claro.

P. Y a los adultos.

R. Bueno sí, claro, pero de otra manera. También han cambiado mucho. Cuando era niño yo odiaba los libros que teníamos a nuestro alcance. Eran las versiones infantiles de los libros de Emilio Salgari. O sea, tú ahora vas a una librería infantil y está petada de libros maravillosos. Cuando iba yo era eso, era Ivanhoe, versión infantil, o La isla del Tesoro en versión infantil. Y para mí eso era aburridísimo.

P. Barbabuella es una abuela que en una vida anterior fue pirata, pero en el libro, ¿dónde han quedado las chicas? La abuela es pionera, pero parece que además de pionera es única…

R. Abandonada y olvidada. En el barco de su nieto no hay recuerdos de su vida como pirata. Es como que la abuela tuvo su momento, pero luego tuvo que abandonarlo para hacer las cosas que tienen que hacer las mujeres. Abandonó todo esto para convertirse ya en el estereotipo. Digamos que fue pionera en su momento, pero luego, por las razones que sean, quizá porque tuvo que criar a su hijo, se empezó a aficionar a todas las cosas de todas las abuelas del mundo.

P. ¿Y por qué quería contarlo así?

R. A mí me gusta escribir historias de humor y con elementos de sorpresa, así que este libro es como una escalada de sorpresas. Primero la sorpresa es que llega la abuela, luego es que la abuela llena todo el barco de costumbres y cosas de abuela y al final quedaba un as en la manga, el libro va haciendo como una escalada de revelaciones.

'Barbabuella', álbum ilustrado de El Hematocrítico y Eugenia Ábalos, publicado por Nórdica Infantil.

'Barbabuella', álbum ilustrado de El Hematocrítico y Eugenia Ábalos, publicado por Nórdica Infantil. / NÓRDICA INFANTIL

P. Es un autor prolífico y trabaja con diferentes editoriales. ¿Cómo elige los proyectos en los que se involucra?

R. Bueno, Anaya es como mi casa, ahí siempre tengo proyectos, siempre tengo cosas en marcha. Pero luego, por ejemplo, en este caso en concreto, yo tenía ganas de trabajar con Euge Ávalos, que es amiga mía, admiro mucho su trabajo y como tenía en la cabeza una historia de piratas pensé que era perfecta y bueno, igual que mi casa es Anaya, también la casa de la casa de Euge es Nórdica. Lo comenté con ella, lo comenté con el editor, les gustó el proyecto y y enseguida encontramos la manera de llevarlo a cabo.

P. ¿Y en qué otros proyectos le gustaría embarcarse?

R. Estoy embarcado en varios proyectos. Tengo incluso un proyecto audiovisual junto a Alberto Vázquez, que es el ilustrador de Feliz, Feroz y del Hermono y todos estos libros míos, y también es el director de Unicorn Wars, que ya tiene cuatro Goyas. Me gustaría tener más tiempo para desarrollar ese proyecto. Tenemos una idea muy buena que está en un momento embrionario, pero digamos que me gustaría hacer algo en otros medios también. Estoy cumpliendo todos mis sueños literarios, y me estoy aprovechando un poco para contactar con mis artistas preferidos.Para mí trabajar con Euge Ávalos era maravilloso, con Paco Roca, con Albert Monteys... Estoy disfrutando mucho de la experiencia.

P. Usted es maestro, pero dejó las aulas en 2021 y en una entrevista decía que echa de menos a los niños, ¿es así?

R. Ya ha pasado tiempo de eso, ya no. Este año he visitado… pues igual he visitado más de 100 colegios este curso. Y estoy disfrutando.

P. Lo que quería preguntar en realidad es si cambia mucho la manera de relacionarse con los niños ahora que está fuera del aula.

R. Completamente. Yo siempre he tenido una relación muy cercana con ellos y me gusta mucho hablar con ellos, disfrutar, pero ahora son visitas en las que estoy con ellos durante una hora, y es diferente. Pero esos pequeños actos de encuentro con ellos para mí son muy disfrutones. Tengo encuentros desde con niños de tres años hasta con niños de Quinto y Sexto, incluso algunos con adultos, pero me da mucho gusto llegar a un cole y luego irme. Los niños me preguntan: "¿No echas de menos el colegio?" "No, estoy aquí, no lo echo de menos porque estoy aquí con vosotros". Pero entonces miro a los ojos a las profes y les digo "no tengo que hacer programaciones, no tengo juntas". A ver, desde luego que había dinámicas en el cole que me gustan, y que echo de menos. Pero estoy teniendo unos años tan frenéticos que no me ha dado tiempo a sentarme. Yo a los niños les cuento que toda mi vida está relacionada con el colegio, porque fui niño, luego estudié Magisterio, que es un poco ir al colegio, luego trabajé 20 años de profe y dije hasta aquí, ahora me voy a dedicar a la escritura. Pero estoy atrapado por los colegios. Este trimestre estoy visitando tres coles cada día.

P. Veinte años es mucho tiempo. Supongo que habrá visto también que han cambiado no ya los niños, sino la manera de trabajar en los colegios.

R. Los niños también. Un niño de tres años de ahora no se parece nada a un niño de tres años de hace cinco, hace diez, hace 15, o hace 20 años. Son muy diferentes. Antes, cuando llegaba un niño de tres años al cole, la preocupación en las programaciones era que aprendiera las formas, los colores. Hoy, para un niño de tres años que te hace juegos de móvil sin pestañear, estar rotando imágenes es lo más sencillo del mundo. Pero a lo mejor les faltan otras cosas, otras habilidades. Por ejemplo, los niños ahora son menos autónomos, son más dependientes de su familia. Cada año encuentro matices interesantes.

P. Pero también ha cambiado mucho la manera en la que se les trata en el aula, ¿no?

R. Claro, sí, sí. Han cambiado completamente los métodos de aprendizaje, el estilo educativo. Ya las leyes ni te cuento cómo cambiaron. Cuando yo empecé, las aulas de infantil estaban llenas de cuadernos, recortables, pegatinas y ahora muy pocas, muy pocas aulas conservan todavía este tipo de aprendizaje. Las clases son como móviles, los niños pasan poco tiempo sentados en el pupitre y eso, desde luego, es bueno, es interesante y va como más acorde con las necesidades de los niños.

P. ¿Esto tiene reflejo en el interés que tienen los niños en la lectura, en las historias que les gusta leer?

R. Sí, los niños son lectores y quieren serlo. Por mucho que les gusten las pantallas, en una clase de Educación Infantil o de primer ciclo de primaria, en el momento en el que el profe saca un cuento en clase para leerlo, se les ponen los ojos como platos y se les cae la baba. Están deseando aprender a leer. Y yo creo que los niños son lectores, los adolescentes son lectores. Es cuando llegamos a la primera edad adulta cuando empezamos ya a tener otras preocupaciones, otras cosas que hacer.

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