MÚSICA

Verano de festivales: ¿Ola o burbuja?

Los promotores creen que la cancelación del Diversity Valencia y del concierto de Bryan Adams son hechos puntuales y destacan que sigue habiendo eventos con «sold out». Aun así, reconocen que hay un «exceso de oferta» que se reajustará en 2023

Fiesta de inauguración del festival Mad Cool en Madrid.

Fiesta de inauguración del festival Mad Cool en Madrid. / EFE

Voro Contreras

El pasado lunes, y con apenas unas horas de diferencia, se anunciaba la cancelación del festival Diversity València que se iba a celebrar del 21 al 23 de julio en la Ciutat de les Arts, y del concierto de Bryan Adams, que iba a tener lugar el 19 de julio en la Marina Sur. Ese lunes también se informó de que el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) agotaba todos los abonos para su 26 edición que dará comienzo mañana.

En un mismo día, dos malas noticias para la música en directo -al que cabría añadir el «pinchazo» de público del Feslloch, que algunos achacaban en las redes a la competencia de Zoo y Antònia Font en Vivers -compensada por una buena, la del FIB- a la que en estos días podrían sumarse otras de cariz parecido como los posibles sold out (todo vendido) de Residente (15 de julio en Concerts de Vivers), Rosalía (16 en la Marina Sur) o Camilo (17 también en la Marina Sur). 

¿Pero cuál de todas estas noticias ejemplifica mejor la realidad de la escena musical en la Comunitat Valenciana en el que seguramente es el verano con más actuaciones de los últimos años? ¿La de las cancelaciones y pinchazos o la de los «no quedan entradas»? ¿Estamos surfeando la gran ola de los festivales o asistiendo al estallido de su burbuja?

Pero antes de entrar en análisis, un dato. Solo entre junio y agosto la Comunitat Valenciana acoge casi una treintena de festivales y ciclos de conciertos que abarcan con un amplio rango de precios desde el jazz al rock duro pasando por el pop, la música urbana, la electrónica o la latina. De los ya celebrados, algunos como el festival de Les Arts o el Big Sound o los conciertos Serrat, Alejandro Sanz, Zoo, Leiva y los próximos de Rigoberta Bandini o Simple Minds, anunciaron el sold out, pero otros no han cumplido las expectativas. 

Los promotores de conciertos consultados por Levante-EMV, periódico del grupo Prensa Ibérica, al que pertenece EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, coinciden en tres cosas: una, en que en la Comunitat Valenciana hay programados este verano más conciertos que nunca -algo que consideran normal tras dos años de pandemia y restricciones-; dos, que las cancelaciones del Diversty y de Bryan Adams son dos hechos puntuales y se deben a razones particulares; y tres, que lo que pueda ocurrir después de verano es una incógnita pero que, seguramente, la fiesta conllevará resaca.

"Exceso de oferta"

«Los festivales gozan de buena salud -afirma Joanvi Díaz, presidente de Promfest, la asociación de promotores en la Comunitat Valenciana-. Lo que ha pasado con el Diversity no es general y ahí están las cifras del Arenal, el FIB, el Medusa, el Pirata o el Big Sound para demostrarlo».  

«Pero sí es verdad -admite a continuación- que la situación de ahora no es normal, que hay un exceso de oferta y una concentración de eventos en este año porque después de la pandemia ni promotores ni artistas han querido perder la oportunidad de estar en el mercado. Y además estamos en año preelectoral, con lo cual las administraciones públicas también han aunado esfuerzos para que no deje de haber cosas».

Pese al exceso de oferta, Díaz asegura que «el público ha respondido» dentro de lo habitual, «llenando algunos conciertos y festivales y no acudiendo tanto a otros». Aun así, entiende que a partir de otoño y sobre todo de cara a la próxima temporada de 2023, «esta situación se desinflará de manera natural porque muchos artistas que han salido este año de gira no lo harán y nos volveremos a quejar de que los artistas no vienen y los recintos no se llenan». 

Así pues, no se descarta una crisis -entre otras cosas, por que la situación económica en general tampoco parece buena-, pero no será como la de 2008. «Espero que no, porque de aquello aprendimos bastante y las estructuras están preparadas para que nos haga el menor daño posible», subraya Joanvi Díaz.

Las cancelaciones, "una señal"

Otros dos responsables de organizar algunos de los conciertos y festivales en València de este año, y que por ello prefieren mantenerse en el anonimato, ofrecen una lectura parecida sobre el presente y futuro de los grandes eventos musicales. El primero de ellos sí considera que la cancelación del Diversity -y en menor medida, de Bryan Adams-, se debe a la sobreoferta de conciertos y de que «no hay público para tanto». «Puede ser una señal», admite, aunque asegura que es un problema global y no solo valenciano. «Y también puede ser que la gente que compra entradas a última hora, con todas la inflación y las noticias que salen, se lo están pensando mucho». 

El otro promotor anónimo también consideraba «aisladas» las últimas cancelaciones, pero apuntaba varios motivos que ya se están dando para una posible futura crisis: el aumento de los costes de producción, el descenso del consumo cultural que ha habido a raíz de la pandemia y el coste de desarrollar proyectos de este tipo en la Comunitat Valenciana por la falta de apoyo de algunas instituciones. 

Por último, una visión desde la barrera: la de Quique Medina, también promotor de conciertos y festivales pero de menor formato. «Lo del Diversity ha sido llamativo y quizá pueda provocar cierta sensación de cuello de botella. Pero lo importante es que, aunque hay mucha oferta, el público respondiendo, sobre todo a los festivales que ya están consolidados», asegura Medina. «Quizá sea un efecto postpandémico y habrá que ver en septiembre u octubre si es burbuja o no».