PROPIEDAD INDUSTRIAL

“Es importante que la innovación que se genere en España se quede aquí para ser competitivos”

Ana Herrera, directora de Patentes en PONS IP, defiende que la propiedad industrial será pieza clave en la digitalización que aportarán los fondos europeos en la economía

Ana Herrera, directora de Patentes, Desarrollo Tecnológico e Innovación en Pons IP

Ana Herrera, directora de Patentes, Desarrollo Tecnológico e Innovación en Pons IP

Los PERTE son los instrumentos que el Gobierno ha diseñado para que España consiga los dos grandes logros que establecen los fondos europeos: la transición ecológica y la digitalización de la economía. Para llegar a lo segundo, el tejido empresarial y las Administraciones deberán apostar por ambiciosos planes de I+D, tradicionalmente bajos con respecto a nuestro entorno, con los que aumentar la competitividad y garantizar la soberanía tecnológica del país.

En ese sentido, gran parte de la innovación desarrollada en una economía se suele vehicular a través de la propiedad industrial con la que las compañías pueden certificar sus creaciones y mantener su competitividad en el mercado. PONS IP es una consultora legal especializada en propiedad industrial que, junto con AVS, ha lanzado un ‘megaproyecto’ con el que articular más de cuarenta proyectos de I+D en el sector agroalimentario a través de los fondos europeos.

Recientemente, la firma ha nombrado a Ana Herrera directora de Patentes, Desarrollo Tecnológico e Innovación de la entidad después de trece años como consultora técnica de Biotecnología en el campo de los registros de patentes. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha podido entrevistarla con el objetivo de explicar de qué manera influye la propiedad industrial en el tejido económico.

Pregunta: ¿En qué situación se encuentra la I+D en España?

Respuesta: Creo que vamos por el buen camino. En los últimos años ha habido una subida importante en la innovación. En España sí se está produciendo un gran volumen de desarrollo.

¿Y en comparación con nuestro entorno?

Si nos fijamos en la actividad de I+D, aunque no estamos a la par, estamos cerca. Pero si nos centramos en los indicadores de innovación, que no es lo mismo, nos encontramos por detrás. Nuestro volumen de solicitudes de patentes es mucho menor. Ahí sí que estamos en la cola.

Ha hablado de las patentes. Cuando pensamos en la propiedad industrial, normalmente se nos viene a la cabeza el registro de marcas, el diseño y las patentes. ¿Cuál es la diferencia entre ellas?

Hay que buscar el título de propiedad más adecuado para defender según qué desarrollo tengamos entre manos. Entonces, si estamos hablando de un nombre comercial., lo protegeremos a través de marca. Si estamos hablando de una apariencia estética, de un objeto, lo haremos a través del registro del diseño industrial. Si estamos hablando de una invención que supone una solución a un problema que existe, entonces tendremos que ir a través de la vía de patentes.

¿Y de qué forma influye un mayor volumen de patentes en la innovación de una economía?

Un título de propiedad industrial, como una patente, es un contrato entre el titular y el Estado con una finalidad. En el caso de las patentes, por un lado, lo que hace es engrosar el conocimiento que hay en ese campo técnico y promover que se siga produciendo innovación. Y, por otro lado, sirve para tener una exclusividad en el mercado y un retorno de los beneficios.

¿Cómo es el proceso de interlocución con las empresas para registrar una patente?

Depende de la empresa; las grandes ya tienen muy interiorizado la importancia de la protección de sus activos intangibles. De hecho, la mayoría tienen unidades y tienen estructuras dentro de esas empresas que gestionan las patentes. En el caso de las pequeñas, hay una mayor necesidad de acompañamiento y asesoramiento en todo el proceso.

¿Y en el caso de las startups?

Las startups normalmente vienen también de la mano de una patente previa. Suelen ser compañías que han llegado a un desarrollo, lo han protegido por patente y, a partir de eso, han construido la empresa. Cuando emprendemos un negocio, lo recomendable es que tengas asegurado aquello en lo que se basa tu negocio para que terceros no puedan ser competidores directos y tú puedas hacer valer tus derechos.

Diferentes informes y especialistas apuntan que el peso del sector público en la investigación en nuestro país es muy alto y el tejido empresarial está por detrás de otros países de nuestro entorno. ¿De qué manera se puede aumentar la inversión privada en innovación?

Lo primero que se debe hacer es ejecutar una campaña de concienciación, sobre todo dirigida a las empresas, pero también a los innovadores, para que sepan que es importante que tengan protegidos sus servicios, sus productos y, en definitiva, sus desarrollos. De esta manera, tomarán conciencia de que eso es vital para para poderse defenderse y poner sus productos en el mercado.

Por otro lado, tiene que haber una colaboración público-privada. No solamente esos recursos deben provenir de empresas, sino que creo que tiene que venir acompañado de fondos que puedan aportar los Gobiernos para dar un impulso. Al final, el retorno de la transferencia tecnológica genera un beneficio económico y social, ya que se pone a disposición del público innovaciones con las que mejorar nuestra calidad de vida.

Pero el problema de la inversión pública no es tanto el nivel de inversión, sino que parece que no llega al sector privado. ¿De qué manera se puede favorecer la transferencia de conocimiento?

Se deben crear espacios, bien sean virtuales o físicos, que ayuden a poner en contacto ambos polos, tanto la parte pública como la privada, para que puedan compartir conocimiento, realizar transferencias de activos y firmar acuerdos de licencia.

En esos encuentros entre el sector público y el privado, ¿qué papel cumplen los fondos europeos?

Los fondos son una inversión en innovación y desarrollo. Por eso, tienen que estar articulados con una protección efectiva. Debemos tener títulos de propiedad industrial que los defiendan, porque, solo de esa manera, llegaremos a ser competitivos. Es importante, además, que esa innovación que se genere en España, se quede, para garantizar esa competitividad frente al resto de mercados.

En PONS, habéis presentado un proyecto que agrupa a más de 150 empresas con las que digitalizar el sector agro. ¿La industria agraria tiene margen para digitalizarse e innovar industrialmente?

Sí. Es un ejemplo claro de aquellos sectores que se pueden beneficiar de los PERTE. Primero, por la digitalización, porque eso al final conducirá a la optimización de procesos. Segundo, porque dentro del sector agroalimentario, hay muchísimos subsectores en los que innovar. Puede haber desarrollos desde la biotecnología hasta el uso de energías limpias de los procesos industriales. En España somos muy activos en todos esos campos y yo creo que el sector agro se puede beneficiar.