MISCELÁNEA

He venido a hablar de mi libro: Anna Pagès

La filósofa, investigadora y escritora acaba de publicar 'Aquella nena de les paraules'

La filósofa, investigadora y escritora Anna Pagès

La filósofa, investigadora y escritora Anna Pagès / EPE

Anna Pagès

La vida académica implica enseñar e investigar. Cuando se investiga, el método se impone como garantía de verdad. Hay que formular una hipótesis, desarrollar una idea y demostrarla, ya sea documentalmente o a través de evidencias de tipo empírico. Después se podrá publicar en las así llamadas revistas de impacto para que otros investigadores puedan leer el trabajo y citarlo, en una especie de bolsa de acciones que suben y bajan según el número de citaciones. Entonces se entra en el mundo de los papers. 

Todo texto debe estar construido según una estructura preestablecida: introducción, hipótesis, marco teórico, metodología, resultados y conclusiones, bibliografía. Además, la lengua hegemónica de los papers es el inglés, cuya capacidad literaria (en este caso) se reduce a la tercera persona del singular o del plural. ¿Quién escribió verdaderamente este texto? ¿Cómo se mueve en el mundo?

Una distancia se impone con el objeto de estudio, con la metodología, y también, por encima de todo, hay que leer, a lo lejos, las frases y los párrafos. Los textos académicos son más o menos uniformes. Su estilo es una talla única. Otras formas de expresión, como la metáfora, la metonimia, el uso creativo de las figuras retóricas, los adverbios, quedan excluidos de la gramática de los papers

Sin embargo, llega un momento en que otros textos asoman la nariz y se presentan con descaro ante quien vive escribiendo artículos o monográficos de su disciplina. Es el caso de Aquella nena de les paraules. Surgió en mi cabeza un relato repleto de voces distintas, atrevidas y traviesas. Más o menos sin previo aviso, la algarabía de frases empezó a empujar. Me puse a escribir sin programa previo, sin un proceso creativo consciente. Me pasó como a Hélène Cixous, la escritora francesa, a quien el libro habla. Le suelta un par de impertinencias por encima del hombro y le ordena empezar a escribir. 

Silencios compartidos

Esta es la historia de una familia que sufrió una muerte violenta. Sus miembros nunca alzan la voz ni cuentan qué pasó. La protagonista del relato es una niña de unos 6 o 7 años que contempla un lugar, la casa en la que pasan el verano, Can Sunyer, abriendo los ojos como platos sin entender muy bien cuál es el problema de los adultos.

Los silencios compartidos acompañan las palabras encogidas en la materialidad de los objetos cotidianos y en las manchas, el polvo, las sillas desvencijadas, el agujero en el huevo fresco del gallinero. Can Sunyer es un espacio, un tiempo, pero también la escena traumática que nadie se atreve a tocar. 

En este libro he intentado expresar que el mundo de la infancia es una frontera irreductible a la que los adultos no acceden. También la infancia es una vivencia de lenguaje: otra clase de investigación sobre cómo, cuándo y por dónde se deslizan las palabras. Hay una gramática de la infancia que localiza los vocablos ahí mismo, en su escondrijo, y los saca a pasear. Por eso la memoria debe ser algo más que una serie de recuerdos. Señala un lugar secreto que no se ve del todo bien. Y así no hay hipótesis que valgan.

'Aquella nena de les paraules'

Anna Pagès

Univers Llibres

240 páginas

18,90 euros