ESCRITORES FORÁNEOS EN SANT JORDI

Barcelona, el destino literario que hermana

'Abril' reúne a los veteranos Rosa Montero y Marcos Giralt Torrente, los debutantes Greta García y Pau Roca y la ilustradora Ana Jarén días antes de que acudan a Barcelona para firmar

De izquierda a derecha: Greta García, Marcos Giralt Torrente, Rosa Montero, Ana Jaén y Pau Roca

De izquierda a derecha: Greta García, Marcos Giralt Torrente, Rosa Montero, Ana Jaén y Pau Roca / Alba Vigaray

Después de la edición del año pasado, marcada por el infierno meteorológico que se desató en Barcelona a partir del mediodía, con lluvia torrencial, granizo y un potente vendaval poniendo patas arriba las paradas de libros y llegando incluso a causar algún herido, este Sant Jordi se presenta, al cierre de estas líneas, con un pronóstico incierto -no se descarta la posibilidad de tormenta- pero con la intención de seguir reinando como la gran fiesta del libro de este país.

Las cifras son contundentes: 22,5 millones de euros se facturaron en poco más de un día que duró la accidentada celebración de 2022, frente a los 10,2 millones de caja que hizo su gran competidora, la Feria del Libro de Madrid, en algo más de dos semanas. El Queen Elizabeth del libro sigue atracando en la Ciudad Condal.

Rosa Montero recuerda aquella complicada jornada del año pasado con cierta emoción, a pesar de las dificultades. “Fue muy bonito ver a la gente aguantando el temporal, refugiándose como podían debajo de toldos y sombrillas y metiéndose los libros debajo de las chaquetas, bien cerca del corazón, para que no se mojasen”.

Lo cuenta antes de sentarse a charlar con otros tres escritores y una ilustradora no catalanes, convocados por Abril, sobre cómo afrontan este Sant Jordi los que vienen de fuera. Ella es la única que lo conoce de cerca: lleva acudiendo regularmente desde los 90. El resto, en cambio, se estrenan en esa intensa yincana que supone recorrer caseta tras caseta (paradas, en este caso) a razón de 50 minutos en cada una y carreras para llegar a la siguiente.

Los escritores reunidos por 'Abril', poco antes de su conversación en Madrid

Los escritores reunidos por 'Abril', poco antes de su conversación en Madrid / Alba Vigaray

Sorprende el caso de Marcos Giralt Torrente (Algún día seré recuerdo, Anagrama), un autor con una trayectoria muy respetada y exitosa que, sin embargo, nunca ha pisado esta convocatoria. Tampoco lo ha hecho la ilustradora Ana Jarén, que estará firmando su nuevo libro Escritoras, en el que ella pone las imágenes y Carmen G. de la Cueva las palabras. Para el músico Pau Roca (Un día en la vida, Aguilar) y la artista circense Greta García (Solo quería bailar, Tránsito), en cambio, el debut es absoluto: no solo en Sant Jordi sino también en la literatura, con sus respectivas primeras novelas recién publicadas.

Como veterana, es Montero la que se arranca cuando preguntamos qué representa Sant Jordi para un escritor. “Bueno, hay un sentido de comunidad. Entrar en ese mundo de conectar con los lectores y con los otros autores. Esa sensación de comunidad está clara”. El resto irán también por ahí, aunque sin la relajación de que hace gala la autora madrileña. A Pau Roca, miembro del grupo valenciano La Habitación Roja, le anima el hacer algo diferente a lo que está acostumbrado.

Miedo escénico

Pero hay una cosa que la música y la escritura, al presentarlas al público, tienen a menudo en común: el miedo escénico. “Temo que no venga nadie -explica-. Así que he liado a tres o cuatro personas para cada firma. El otro día vinieron unas chicas a un concierto que dimos en Barcelona y me dijeron: ‘¿Nos firmas un libro?’. Y yo: ‘En Sant Jordi’” [risas]. Ana Jarén, que toma nota de esa idea del músico, dice que va con ilusión, pero con cero expectativas. “Porque, ¿y si llueve?”.

Tan mal como el año pasado es difícil que se ponga, le responden. A lo que Greta García apostilla: "He hecho el payaso en la calle durante años, estoy acostumbrada a la gente. Pero el libro ha sido algo muy íntimo, yo no quería ir a ningún lado, en plan Salinger, no existo. Aunque estoy deseosa de saber qué ha sentido la gente al leer el libro".

Pau Roca: "Temo que no venga nadie. Así que he liado a tres o cuatro personas para cada firma"

Ese pánico previo a la cola en blanco se ha agudizado para muchos autores por la evolución de Sant Jordi en los últimos años, objetivo de críticas en el sector. Las resume Montero, que ha sido testigo de los cambios. “Los primeros años que fui yo me quedé enamorada, porque no había visto una fiesta semejante con esa integración en la calle, con esa alegría, un día de diario y todo paralizado, todo el mundo con su rosa. Pero en los últimos años antes de la pandemia empezaron a hacer cosas muy raras con algunas de las paradas. Por ejemplo, a poner filas de firmas sin los libros, que tenían que ir a comprarse a otro lado. Y eso rompía completamente esa dinámica en la que viene el lector y te pregunta por otros de tus libros que tiene delante: ‘¿Y este, y este?’ Eso forma parte del encuentro. Además, en esas filas de firmas sin un solo libro metían a los de la televisión ahí al lado, y claro, ¡una cola enorme, todo parado…! Ese no era mi Sant Jordi”, se lamenta.

Rosa Montero y Pau Roca, en un momento de la conversación

Rosa Montero y Pau Roca, en un momento de la conversación / Alba Vigaray

Muchos ven esta edición como la prueba de fuego para ver si esos problemas se han solucionado y los autores más literarios y sus libros vuelven a tener el espacio y el protagonismo que merecen. Giralt Torrente es uno de ellos, y quizá el más escéptico de los reunidos ante lo que supone una cita como esta. “Que después de 25 años de autor me inviten por primera vez tampoco me parece la gran vaina. Porque si lo fuese, ¿es que estos 25 años anteriores han sido errados?”. Y añade con cierta sorna que el hecho de estar haciendo una residencia literaria en Palamós ha jugado a favor de su presencia. “Estoy muy cerca y supongo que es más fácil llevarme. Pero bueno, en cualquier caso lo agradezco, me encanta y estoy feliz de poder ir. Sobre todo porque lo fundamental es el encuentro con los lectores”. 

Relación con los lectores

Así lo es siempre, sí, pues sin ellos no existiría este negocio. Aunque Giralt Torrente encuentra "más fluida" esa relación en otros contextos diferentes. "Estás con una mesa de por medio, hay otro tipo detrás que está esperando la firma también, el diálogo no es tan fácil que fluya. En un congreso, en una conferencia o en una presentación es más fácil. Ahí siempre es algo un poco breve, artificioso". "Yo no lo vivo así, para nada, al contrario", responde Montero. A la autora de El peligro de estar cuerda, uno de los libros de 2022, le encanta ese contacto que solo ofrecen Sant Jordi y las ferias del libro. "Me turba, me abruma, me siento completamente en deuda. Que escojan un libro tuyo me parece la leche, me da igual que me digan cosas inteligentes o no, no sé qué hacer para darles las gracias, lo disfruto y me voy emocionalmente exhausta, porque me siento muy en deuda".

Rosa Montero: "Los primeros años que fui yo me quedé enamorada, porque no había visto una fiesta semejante con esa integración en la calle, con esa alegría, un día de diario y todo paralizado"

Y Roca está de acuerdo. "Tengo la teoría de que el arte que haces es la criba del público que viene a verte. Si tú juegas con unas cartas equis, que yo intento que sean honestas, sueles tener un público acorde. Un amigo que tenía un bar decía que su segurata era la música que ponía. Pues un poco también a nivel artístico lo que tú hagas va a generar una respuesta". De hecho, el guitarrista se iría a cenar casi con todo su público. "Sí, sí, es esa sensación –continúa Montero–. Y te cuentan cosas, se ponen a llorar, hay momentos súper emocionantes. Y luego hay otra cosa, que es que tener público te ata a la tierra, te permite no enloquecer, realmente". Y gracias a ellos puedes seguir creando.

Ilusión

García y Jarén, las más jóvenes del grupo, se muestran agradecidas por el mero hecho de acudir y dispuestas a disfrutar de todo lo que allí suceda. "Voy con mucha humildad y con ganas. Siento que esto es un regalo que se me está haciendo. En algunas situaciones saldrá todo más redondo, en otras habrá menos gente, pero verme allí me parece ya flipante. Solo siento que debo disfrutar de esto", asegura la ilustradora, y la artista asiente y remata: "Si viene alguien a una de las ocho firmas que tengo, me gustará".

Marcos Giralt Torrente: “Que después de 25 años de autor me inviten por primera vez tampoco me parece la gran vaina. Porque si lo fuese, ¿es que estos 25 años anteriores han sido errados?”

En lo que todos están más o menos de acuerdo es en que Barcelona ya no es la capital literaria del español que en su momento fue, aquella Ciudad Condal que hizo ¡boom! "Yo creo que existe el deseo de que lo siga siendo, pero ni siquiera España es ya el centro de la literatura en español. Hemos perdido esa centralidad que antes teníamos. La escena cultural es mucho más vigorosa en México o en Buenos Aires que en España, ya sea en Barcelona o en Madrid", reflexiona Giralt Torrente.

Lo que hace que Sant Jordi y la Feria del Libro de Madrid, los dos grandes estandartes del sector editorial español, se parezcan cada vez más. Además, las dos son, según Montero, "muy populares. Porque en la Feria de Madrid mira que están insistiendo en meter conferencias y tal… pero nadie va. Y es lo mismo que Sant Jordi. A mí eso me parece precioso, esa cosa tan popular. Son muy parecidas, sólo que una súper concentrada y otra a lo largo de 17 días. Pueblerinas, en realidad, en el mejor sentido de la palabra".

Roca pide como deseo final que no haya ninguna firma sin nadie. Y Montero, la más curtida en esta lides, regala una última anécdota llena de sabiduría: "La primera novela la firmé en El Corte Inglés y me pusieron el tenderete en unas escaleras emergentes, y la gente llegaba directa a mí y me preguntaba: '¿Los pantalones de caballero?' [ríen]. Me pasé toda la tarde contestando".