160 familias

Rencor entre PAUs adinerados por los realojos de la Cañada Real: nadie quiere pobres en su barrio

La firma de un convenio entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid para realojar a 160 familias de la Cañada Real, el mayor asentamiento ilegal de Europa, ha despertado los miedos de El Cañaveral

Cañaveral

Cañaveral / A.P

Analía Plaza

Analía Plaza

Cae la tarde y la luz del sol refleja en los edificios terminados. Detrás, varias grúas denotan que todavía quedan pisos por entregar. Los obreros llenarán a partir de las seis uno de los pocos autobuses que conectan al barrio con Madrid. Aunque está dentro del término municipal, El Cañaveral queda pasadas la M-30, la M-40 y hasta la M-45. Andando se llega antes a Coslada y el camino es más agradable.

Yoni Quirós fue uno de los primeros pobladores de este Proyecto de Actuación Urbanística (PAU), planificado el siglo pasado —en el Plan General de Ordenación Urbana de 1997— pero que apenas ha empezado a llenarse. "Nos metimos en cooperativa en el 98 y hasta 2018 no se entregaron las viviendas", dice.

Como en otros desarrollos similares, las avenidas son muy anchas y los árboles aún están a medio crecer. Las calles, de hasta cuatro carriles para el coche. Los residentes, familias con niños pequeños o ya adolescentes, de las que empezaron a pagar cuando eran jóvenes y han visto crecer a sus hijos durante estos veinte años.

Paseando entre parcelas en construcción, Quirós anota: "Esto es de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS). Estas tres parcelas son de la EMVS: una, dos y tres. Más otra que hay al principio, cuatro. Otra más allá, cinco. Otra hacia abajo...".

Yoni Quirós señala las futuras viviendas de la EMV

Yoni Quirós señala las futuras viviendas de la EMV / A.P

"Imagina a esa gente de ahí", interrumpe señalando un edificio en obras José Luis Barba, un vecino que le acompaña. "Dice: compro aquí. Le dicen: delante va un edificio de la EMVS. Piensa: estamos en España, que es un país serio. Y de repente hacen un acuerdo para traer realojados. Pues se caga en su puta madre. ¿En serio? ¿A quién voy a tener delante? Imagina que pasa eso".

Barba, Quirós y otras dos vecinas pertenecientes a la asociación El Cañaveral caminan mientras expresan la última preocupación que acecha al PAU: los realojos de la Cañada Real, el mayor asentamiento ilegal de Europa, una hilera de 14 kilómetros de casitas y chabolas que el Gobierno regional trabaja en solucionar (desmantelando o legalizando) desde 2017.

Físicamente, El Cañaveral y la Cañada están muy cerca, aunque una carretera, una verja y un conveniente trozo de tierra sin urbanizar los mantienen separados.

La hilera de casas de la derecha es la Cañada Real. A la izquierda, el desarrollo de El Cañaveral

La hilera de casas de la derecha es la Cañada Real. A la izquierda, el desarrollo de El Cañaveral / EPE

Cuando El Cañaveral quedó inaugurado, fue definido como "el gran sector de las clases medias" porque los precios aún estaban contenidos. Pero en los últimos años han subido hasta situarse más cerca de la media madrileña. Un metro cuadrado en El Cañaveral cuesta una media de 3.000 euros, frente a los 3.700 medios de la ciudad.

La renta también ha aumentado significativamente, un 18% desde 2015 hasta los 37.300 euros por hogar.

Marta, Yoni, José Luis y Marga, pertenecientes a la Asociación de Vecinos de El Cañaveral

Marta, Yoni, José Luis y Marga, pertenecientes a la Asociación de Vecinos de El Cañaveral / A.P

Las noticias más recientes no tienen que ver con el trozo de Cañada colindante (el Sector 2) sino con uno que está al sur, el Sector 6. Este es el más degradado, extenso y poblado, la zona que lleva un año sin siquiera luz.

Dadas sus condiciones de exclusión social, vulnerabilidad extrema y chabolismo se decidió desmantelarlo al firmar el Pacto Regional por la Cañada Real, que compromete a la Comunidad de Madrid y los ayuntamientos de Rivas, Coslada y Madrid. Pero allí viven 4.000 personas que necesitarán mudarse a algún sitio.

La firma, hace dos semanas, de un convenio entre el Ayuntamiento y la Comunidad para realojar a 160 familias de la Cañada ha despertado los miedos de El Cañaveral. En el barrio ya había cierto recelo a que la EMVS tenga planificadas 13 nuevas promociones (1.212 nuevas viviendas).

"Se han unido los dos puntos. Con la firma del convenio dices: ¿dónde vas a meter a esa gente? Porque en el barrio de Salamanca no la vas a meter", añade Marta Llorente, presidenta de la asociación El Cañaveral, una joven que compró su vivienda y se mudó hace un año. "La vivienda municipal siempre es un tema de actualidad. Hay diferencia de opiniones. Hay que tener en cuenta que aquí la mitad de la vivienda tiene algún tipo de protección. Hay gente que entiende que los pisos de la EMVS son necesarios, que si se gestionan bien no generan problemas. Hay gente a la que no le preocupa ni mucho ni poco. Y hay gente completamente en contra".

El asentamiento de la Cañada Real

El asentamiento de la Cañada Real / José Luis Roca

"Dentro de la EMVS", apostilla Marga Salvador, veterana del barrio, "hay gente muy normalizada, gente con dificultades y gente con la que apenas se puede convivir. Tendría que haber un control". El rechazo a que ciudadanos pobres desembarquen en un barrio no es, en cualquier caso, nuevo en Madrid.

Un ejemplo reciente es la pasarela que unirá Butarque (un PAU en Villaverde) con San Cristóbal (uno de los barrios, en el mismo distrito, más desfavorecidos y con más inmigrantes de la ciudad), que suscitó cierta oposición en el lado de Butarque. El barrio de la Estrella, en el distrito de Retiro, también se alzó en 2009 contra una pasarela que lo conectaría con El Ruedo, un edificio donde se realojó en los noventa a los habitantes de un poblado chabolista.

"Lo que está pasando entre ciertos vecinos es que de repente unen una noticia con la otra porque coinciden en el tiempo y les saltan las alarmas", añade Tomás, futuro vecino y administrador de la cuenta de Twitter PAUElCanaveral. "Pero el planteamiento de las 1.200 viviendas de EMVS estaba desde el principio. Es un 8,5% respecto al total de viviendas del barrio, lo cual no me parece desorbitado. Los Ahijones y Los Berrocales, en desarrollo, tendrán más".

El responsable del área de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, se comprometió a que no habría realojos en El Cañaveral. "Nos dijo personalmente que habían cambiado los ratios para que la vivienda pública fuera destinada a menores de 35 años y que no hubiera realojos. Nos lo ha dicho de palabra, pero parece más o menos honesto", continúa Tomás. La asociación pidió un compromiso por escrito, que llegó en forma de tuit durante la elaboración de este reportaje.

Los realojos, apuntó Fuentes, se harán "comprando vivienda de segunda mano en dos años evitando guetos. Así está en el convenio. Por eso no irán a El Cañaveral".

Desde la EMVS también aseguran que "no está previsto" que ninguna familia de la Cañada vaya a El Cañaveral, si bien entre algunos vecinos queda la duda de qué pasará cuando Fuentes, de Ciudadanos, no esté en el Gobierno.

¿Por qué no se los llevan a Valdebebas?

"Si finalmente hubiera realojos, la gente se enfadaría", considera Llorente. "Hay quien no los acepta y además deben ir acompañados de trabajo de seguimiento social. Si metes a una familia, aunque sean bellísimas personas, no se van a adaptar. Y, claro, piensas: ¿por qué no te los llevas a Valdebebas? Es un barrio igual que este, de desarrollo privado. Pues no lo hacen porque la última parcela que había se la han vendido al mejor postor".

Las suspicacias sobre los realojos y el 'elevado' desarrollo de vivienda pública de El Cañaveral no se entienden sin mirar a su PAU espejo: Valdebebas, situado al norte, tradicionalmente más rico que el sur. La EMVS no tiene ningún desarrollo previsto allí.

En Valdebebas la renta media prácticamente dobla a la de El Cañaveral (59.400 euros por hogar). Empezó a poblarse unos años antes y ya tiene 21.800 censados. Hay estación de Cercanías, está previsto que llegue el metro y cuentan con un colegio público. Son dotaciones insuficientes, por las que sus residentes también han protestado, pero superiores a todas luces.

"El tema con Valdebebas que es sangrante y la gente tiene todo el derecho a quejarse, es que había una parcela pública que se puso a la venta para revertir ese dinero en dotaciones. Eso suena bastante desagradable cuando en El Cañaveral no tenemos ni una sola dotación y doce parcelas municipales", dice Tomás.

Vista de Valdebebas, el nuevo barrio al norte de Madrid donde casi todas las fachadas son blancas

Vista de Valdebebas, el PAU 'rico' del norte de Madrid / Alba Vigaray

La parcela a la que se refiere es la 106, una de las mejores del ámbito porque está frente al futuro parque forestal, que aún es un descampado.

El Gobierno del popular José Luis Martínez Almeida pretende ceder tres cuartas partes del suelo a promotoras que construyan vivienda en alquiler a precio fijado. La parte restante la sacó a la venta por 13,9 millones de euros. El mejor postor puso sobre la mesa 22 millones, una cifra que batió récords y en la que se construirá vivienda de lujo. Los pisos de dos dormitorios se venden a partir de 449.000 euros.

Hace cuatro años, cuando gobernaba Carmena, el Ayuntamiento quiso construir ahí vivienda pública y los vecinos se le echaron encima. Nacho Murgui, entonces concejal del Área de Coordinación Territorial, fue uno de los promotores de la idea, que no salió adelante.

"No salió por dos factores. Uno, que los presupuestos no se aprobaron. Había una imposición de Hacienda, la ley de Montoro, por la que no se podían hacer determinadas inversiones y hubo que quitar algunas", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. "Al ser un proyecto controvertido y tener que elegir, cayó".

La propuesta se llamaba ArteFACTO y consistía en construir viviendas con "servicios y equipamientos complementarios", como un auditorio, coworking o locales para asociaciones. La oposición no dudó en tildarlo de "guetos comunales". Irónicamente, la futura torre de lujo contará con sala, piscina y gimnasio comunitarios.

"La oposición hizo de esto un caballo de batalla y explotó el miedo de la gente a la vivienda pública", considera hoy Murgui, que entiende que los habitantes de los PAU la rechacen cuando aún no tienen buenos servicios.

Los vecinos de Valdebebas montaron una plataforma llamada STOP Artefacto y apoyaron masivamente su marcha atrás en los presupuestos participativos. La concejala de Ciudadanos Silvia Saavedra dijo que aquella "chapuza" era "poner la venda antes que la herida" porque al barrio aún le faltaban dotaciones.

"¿Eso vale para Valdebebas pero no para El Cañaveral?", concluye la presidenta de la asociación. Aunque algunos vecinos plantean en Twitter imitar al PAU del norte y presionar contra la vivienda pública, los consultados creen que mientras no haya realojos no llegará la sangre al río.