TRIBUNALES

Albert López reconoce ahora el 'crimen de la Guardia Urbana' para conseguir permisos penitenciarios

Rosa Peral también ha solicitado salir de prisión al cumplir una cuarta parte de la pena impuesta

Albert López y Rosa Peral, en el juicio

Albert López y Rosa Peral, en el juicio

En abril de 2020, la Audiencia de Barcelona impuso una pena de 20 años de prisión a Albert López por matar junto a su amante, Rosa Peral, a la pareja de ella, Pedro Rodríguez. El crimen, ampliamente difundido por los medios y hasta ficcionado por Netflix al ser los tres implicados agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, ocurrió en mayo de 2017. El cuerpo de la víctima apareció en un vehículo calcinado en el pantano de Foix. Según ha podido saber este diario, en un giro de guion, López ha cambiado por primera vez su versión inicial y ha reconocido los hechos "como aparecen en sentencia". Es decir, asume que mató a Pedro junto con Peral. Así lo ha comunicado, "siguiendo el consejo de su abogado", a la junta de tratamiento de la cárcel de Quatre Camins, donde cumple condena.

Desde 2017, López y Peral, que fue condenada a 25 años de cárcel por asesinato, permanecen ingresados en prisión. Tanto en sus múltiples declaraciones como en las que realizaron en el juicio negaron ser los autores del crimen y se acusaron mutuamente. La Audiencia de Barcelona no creyó a ninguno de los dos y les impuso una pena por asesinato, que luego fue confirmada por el Tribunal Supremo.

Ahora el condenado cambia lo que en su día declaró a los jueces y asume los acontecimientos recogidos en la sentencia. De esta forma, con el reconocimiento, pide acceder a los cursos penitenciarios por delitos violentos, una de las condiciones para conseguir permisos y poder salir de prisión unos días en el marco de su proceso de reinserción. Ahora, la junta de tratamiento debe autorizárselo.

Otro de los parámetros que debe tener en cuenta este organismo es la reparación del daño. Junto con la pena de prisión, el juez de la Audiencia de Barcelona, recogiendo el veredicto del jurado, condenó a Peral y López a indemnizar con unos 880.000 euros a los familiares de la víctima por su pérdida. Hace unos meses, un documento del tribunal que los condenó señalaba que ella había pagado 1.655 euros, mientras que él abonó únicamente 20 euros.

Rosa Peral pide salir

Desde que en agosto del año pasado Peral cumplió una cuarta parte de la condena impuesta, la exagente de la guardia urbana ha pedido salir de la cárcel de permiso de fin de semana. Lo ha realizado cada tres meses, según ha explicado a El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, su abogada. Sin embargo, la petición siempre ha sido rechazada porque nunca ha asumido los hechos que relata la sentencia. Su condena acaba en 2042.

El Juzgado de Instrucción número 5 de Tarragona tiene abierta una investigación contra la condenada y su padre, Francisco Peral, por un delito de ocultación de bienes. Los familiares de la víctima denunciaron que la mujer había transferido a su progenitor su coche y el 50% de su vivienda, que tiene a medias con su exmarido, para evitar afrontar la indemnización impuesta por la Audiencia de Barcelona.

Informes bancarios

Peral lo negó en su declaración y aseguró que había realizado la cesión al no poder afrontar los pagos de la hipoteca. Además, recordó que únicamente es propietaria del 50% del inmueble. El juzgado de Tarragona ha practicado varias diligencias, como pedir informes a entidades bancarias, en la investigación de esta causa.

La sentencia de la Audiencia de Barcelona establecía que, en caso de no tener el dinero para hacer frente a una indemnización de 880.000 euros, se embargarían las propiedades a los dos condenados. La familia de Pedro Rodríguez sostiene que Peral transfirió parte de su patrimonio a su progenitor justo días antes de su condena firme por el asesinato, con la intención de evitar así cumplir con los pagos establecidos por el tribunal.

"Mi nombre es Rosa Peral"

A finales del año pasado, Rosa publicó un relato escrito desde su celda en el que volvía a reiterar su inocencia y, de nuevo, responsabilizaba a López del asesinato. "Mi nombre es Rosa Peral. Muchos me conoceréis por la cantidad de barbaridades que se han llegado a decir sobre mi persona, aunque en realidad no me conocéis... La mayoría ha dado por hecho lo que la prensa y las partes interesadas en culparme han dicho, pero no es, ni mucho menos, todo cierto", empieza el escrito publicado en el libro 'Condenados relatos (Más mala vida)', de Alrevés Editorial, un compendio de historias criminales recopiladas por el periodista Carlos Quílez.

En su reflexión, Peral añadía: "¡Soy Inocente! Inocente de urdir ningún plan con el impresentable del asesino (Albert) de mi pareja (Pedro). Inocente de colaborar en esa atrocidad. Inocente, incluso, de desearle tal cosa, ni siquiera a mi peor enemigo, mucho menos a Pedro, el hombre que apostó por mí, al igual que yo por él, aunque su familia se opusiera". 

"Soy una cabeza de turco de un psicópata y de la policía, porque no supieron salir del efecto túnel que les tenía cegados conmigo", escribió la condenada por el crimen de la Guardia Urbana. También vaticinaba los permisos penitenciarios a los que podría acceder López antes que ella: "Y yo, mientras, seguiré envejeciendo sola en prisión. Le ha salido bien la jugada. Sabía que estando en prisión no sería de nadie más".

Peral seguía así: "Todo lo que ha pasado no me hace pensar en nada positivo. De hecho, no creo que salga viva de prisión. Solo quiero dormir. Ni me ducho, ni me cambio de ropa. Vivo sin esperanza, esperando la muerte".