ALERTA DE LAS ENFERMERAS

Personas que viven solas, con pensiones bajas y están desnutridos: el perfil de mayores con sobrepeso

Las enfermeras ponen el foco en mayores que viven solos, que cobran pensiones muy bajas y se alimentan de bollos o dulces: aparentemente tienen sobrepeso pero, detrás esconden una importante desnutrición y, también, problemas de aislamiento social

Mayores paseando

Mayores paseando / EPE

Nieves Salinas

Nieves Salinas

Mayores que viven solos, que cobran pensiones muy bajas y no pueden permitirse comprar carne o pescado a menudo o que presentan una discapacidad que les impide ir al supermercado. A veces no tienen quien les cocine ni ganas de hacer comidas. Se alimentan de dulces o comen para saciarse. Aparentemente tienen sobrepeso, incluso son obesos, pero, detrás y, por paradójico que parezca, esconden una importante desnutrición. De ellos, muchas veces invisibles, habla a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la enfermera Mari Lourdes de Torres, vocal de Nutrición del Consejo General de Enfermería: "No podemos permitirnos que haya mayores en esta situación".

La desnutrición afecta también a personas que en principio no tienen por qué tener otra enfermedad y que incluso, aparentemente, están bien nutridas porque tienen exceso de peso. Por eso, las enfermeras avisan: el peso no es directamente proporcional al estado nutricional de una persona y se encuentran "a no pocos mayores que por no poder adquirir determinados alimentos, dada su baja pensión, o no valerse para ir a comprar y cocinar presentan desnutrición y exceso de peso al mismo tiempo. Para muchos lo fácil y agradable es recurrir a alimentos dulces que les sacien y erróneamente creen que también les alimentan".

Mari Lourdes de Torres explica a este diario que lo que están viendo es que, lejos de pacientes con bajo peso, se encuentran lo contrario: sobrepeso e incluso obesidad. ¿Por qué?. La respuesta es sencilla: se alimentan de productos dulces, fáciles de comer como natillas, bollos… Su peso hace pensar que lo que necesitan es reducir la ingesta para perder kilos pero la realidad es que lo que necesitan es mejorar su alimentación.

Una enfermera prepara medicación en un hospital.

Una enfermera prepara medicación en un hospital. / EPE

Para la enfermera, es esencial que sus compañeras de Atención Primaria presten especial atención al estado nutricional de sus pacientes, especialmente los mayores. Muchas de estas personas pueden llegar a la consulta por otro motivo, pero debemos estar alerta para detectar a aquellos que presentan desnutrición. "A veces, un simple gesto como pasar la mano por la cabeza del paciente y observar una caída anormal del cabello puede ser la señal de alerta de que ese paciente no está bien nutrido", señala.

Atender a los mayores

"Hay pacientes a los que ves gordos, hablamos ya de mayores de 70, pero si le hacemos un test de cribado nutricional, que para eso los tenemos, y están bien cuantificados, tes das cuenta de que están gordos pero no tienen proteína suficiente en el organismo. ¿Y por qué tienen sobrepeso?. Porque las pensiones son bajas, la carne es cara y, además, difícil de masticar. Compran ultra procesados, grasas saturadas, alimentos más baratos...Hay que ver todos los aspectos sociales: ¿con quién vive?, ¿quién le hace la compra?...", señala la experta.

"Si un niño come mal, todos se preocupan, pero si es un mayor el que come mal oyes a menudo: 'Total, con los años que tiene, da igual'. Eso me indigna", dice la enfermera.

Mari Lourdes de Torres añade que, a veces, esos mayores no sólo comen mal porque sus pensiones no les dan para una compra de alimentos variados. Menciona casos de mayores a quienes sus hijos, por ejemplo, dejan preparados los menús, pero que, si se sientan a comer solos, se aburren y apenas prueban los alimentos. "Hay mucho de socializar. Si un niño come mal, todos se preocupan, pero si es un mayor el que come mal oyes a menudo: 'Total, con los años que tiene, da igual'. Eso me indigna. De proteína y de calcio y de algunas vitaminas, como la D, un anciano necesita lo mismo que una embarazada y todos pensamos que una embarazada debe comer bien y, a un mayor, no le das importancia", asegura De Torres.

"No hay derecho a que te vayas a una residencia, que pagues más de 2.000 euros y comas 'caldo de asilo'. Eso es una vergüenza", señala la vocal de Nutrición del Consejo General de Enfermería

También, la experta en educación nutricional con larga trayectoria en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, pide aprovechar las visitas domiciliarias para ver qué tipo de alimentos tienen los pacientes en la nevera, si está vacía o si sólo tiene productos poco nutritivos. "Las enfermeras debemos actuar de forma integral, prestando atención al conjunto biopsicosocial del paciente, educándole y acompañándole en su proceso de recuperación", apunta. Además, pone el foco en las residencias de mayores. Es necesario que al menos haya una enfermera por planta y que ésta preste atención al estado nutricional de sus pacientes. "No hay derecho a que te vayas a una residencia, que pagues más de 2.000 euros y comas 'caldo de asilo'. Eso es una vergüenza", señala la vocal de Nutrición del Consejo General de Enfermería.

La desnutrición

Por eso, la enfermera, pide que, más allá de hablar de la elevada prevalencia del sobrepeso y la obesidad, se ponga sobre la mesa otro gran problema que está en el polo opuesto: la desnutrición. Afecta a muchos pacientes y aunque se tiende a pensar que las personas malnutridas son extremadamente delgadas, esto no siempre es así, recuerda. Como tampoco lo es que la desnutrición se asocie solo a enfermedades graves y estos casos se encuentren solo en las habitaciones de los hospitales.

Imagen de una persona mayor.

Imagen de una persona mayor. / EPE

La vocal de Nutrición del Consejo General de Enfermería, también explica la relación entre desnutrición y gasto sanitario. Cita un estudio realizado en 2013 en Estados Unidos sobre una población de 724.000 pacientes con desnutrición o en riesgo de padecerla. Se vio que la intervención mediante la mejora de la alimentación y el uso de suplementos nutricionales era coste efectiva: por cada dólar invertido obtenían 52 de beneficio.

Cuesta el doble recuperar a un paciente desnutrido que conseguir que una persona con obesidad pierda peso, advierte la enfermera

¿Las razones? Estancias hospitalarias más cortas, mejor respuesta a los tratamientos y un menor consumo de fármacos ya que el organismo respondía mejor y el paciente se recuperaba antes. Tras este estudio, distintos países, entre ellos España, comenzaron a trabajar en la prevención y la recuperación de estos pacientes y es que, como subraya Mari Lourdes de Torres, tener un paciente desnutrido "sale muy caro". Es más, asegura, "cuesta el doble recuperar a uno de estos pacientes que conseguir que una persona con obesidad pierda peso".

Estancias más cortas en el hospital

El trabajo americano y, después, la puesta en marcha del proyecto europeo ONCA (The Optimal Nutrition Care for All, por sus siglas en inglés) supusieron un antes y un después, añade la enfermera. Por ejemplo, los pacientes oncológicos o con una enfermedad crónica grave que necesiten ser operados ya no van a quirófano si su estado nutricional no es el que debe ser. Antes se operaba a estos pacientes y luego se recurría a la nutrición artificial. Hoy, se ha visto que es preferible intervenir antes para conseguir que el estado nutricional sea el adecuado y luego, operar. "Con esto conseguimos que las estancias en el hospital sean más cortas, que las heridas cicatricen antes… y esto influye en el coste, pero también en la calidad de vida del paciente, cuya recuperación es mucho mejor", apunta.

Imagen de archivo de una cocina

Imagen de archivo de una cocina / EPE

Un caso claro de la relación entre desnutrición y estado de salud son las úlceras por presión, lesiones cuyo manejo "es carísimo, pero es que además son procesos muy dolorosos para el paciente". De hecho, explica Mari Lourdes de Torres, fueron las enfermeras las que se dieron cuenta de que los pacientes desnutridos tenían más úlceras, los tratamientos eran más largos y la cicatrización más lenta.

En el mismo encuentro, las enfermeras explicaron que, ante un paciente desnutrido, existen dos opciones que pueden ser complementarias: la intervención a través de la alimentación fortificada y la introducción de suplementos nutricionales orales (SNO). Una de las claves para la recuperación es la introducción de proteínas de calidad, por ejemplo con purés altamente proteicos, especialmente útiles en el caso de los pacientes con disfagia, es decir, que tienen dificultades al tragar los alimentos.

Han sido algunos de los temas que se han tratado durante una jornada celebrada por el Consejo General de Enfermería de la mano de su Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS). La sesión ha contado con la colaboración de la Unión Española de Sociedades Científicas de Enfermería (UESCE), la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (AdENyD) y los Laboratorios Ordesa.