COALICIÓN

Los diez choques de Sumar y PSOE en cinco meses de Gobierno de coalición

Desde que el Ejecutivo tomó posesión a finales de noviembre, las fricciones han ido 'in crescendo' hasta llegar a cotas máximas

Pedro Sánchez, en su sesión de investidura junto a Yolanda Díaz el pasado 16 de noviembre.

Pedro Sánchez, en su sesión de investidura junto a Yolanda Díaz el pasado 16 de noviembre. / JOSÉ LUIS ROCA

El Gobierno de coalición cumple cinco meses con un historial de desencuentros y desaires nada desdeñable entre PSOE y Sumar. La legislatura echó a andar a mediados de noviembre, y desde el primer mes afloraron las tensiones lógicas entre dos partidos distintos que conviven en el Gobierno.

Tensiones que comenzaron con choques puramente políticos, por las distintas percepciones sobre el alcance del escudo social o por la pugna con Nadia Calviño por los subsidios del paro, pero que han ido escalando a una velocidad récord hasta chocar en algo tan relevante como el principal proyecto legislativo del Gobierno: los presupuestos.

Entretanto, se han producido diversos anuncios de calado por parte de los socialistas sin advertir a su socio minoritario, además de señalamientos públicos de unos a otros o la petición de una reunión para revisar la coalición que fue ignorada por Moncloa. A continuación, repasamos algunos de los puntos de fricción que se han producido durante estos meses.

1.- El Gobierno pierde cinco votos. Dos semanas después de que el Gobierno echase a andar, Podemos anunciaba su salida del grupo parlamentario Sumar y su paso al Grupo Mixto. El Gobierno perdía así cinco votos imprescindibles para su frágil mayoría, y señalaba directamente a Yolanda Díaz por no haber sido capaz de mantener a sus aliados. Los socialistas habían presionado a la líder de Sumar para incluir un ministro morado en el organigrama de Gobierno y desactivar así cualquier intento de ruptura. Pero la dirigente desoyó esta petición y sólo le ofreció incluir a Nacho Álvarez, un dirigente de Podemos que ya ejercía como portavoz de Sumar. Una propuesta que rechazaron los morados, que apostaban en firme por Irene Montero, vetada no sólo por Díaz, sino por el propio Pedro Sánchez.

2.- Cesión de la inmigración a Junts. A principos de enero, el PSOE llegó a un pacto con Junts para que diera su apoyo a la ley de amnistía. En el acuerdo recogía la cesión a Cataluña de competencias en materia de inmigración. Pese a que Sumar fue uno de los princpales defensores tanto de la amnistía como del autogobierno y la cesión de competencias, su portavoz Ernest Urtasun criticó duramente el acuerdo, al considerar que un asunto tan sensible no podía cederse en el marco de una negociación bilateral y a una fuerza que, defendió, tenía un "discurso xenófobo".

3.- Ampliación del puerto de Valencia. A mediados de diciembre, Óscar Puente anunció un acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat Valenciana para ampliar el puerto de Valencia, una inversión millonaria a la que se opuso Yolanda Díaz por sus efectos medioambientales. El PSOE anunció la inversión, que debía aprobarse en Consejo de Ministros, sin advertir previamente al socio minoritario de Gobierno, que pese a mostrarse en contra trató de no elevar el tono por este asunto. Díaz se reunió con el ministro de Transportes, Óscar Puente, para trasladarle su oposición a esta iniciativa, en un gesto que la coalición describió como "desacuerdo pactado", una manera de distanciarse del socio mayoritario de coalición pero evitando los métodos empleados por Podemos, que en la anterior legislatura presionaba al PSOE a base de comunciados y amenazas públicas.

4.- Revés de los subsidios. El 30 de enero, el Gobierno llevó al Congreso tres importantes decretos; dos pertenecían al ministerio de Presidencia y Justicia de Félix Bolaños y el otro, al departamento de Trabajo de Yolanda Díaz. Podemos tumbó este último al no llegar a un acuerdo con la vicepresidenta, mientras que sí logró un pacto in extremis con el dirigente socialista. Este episodio, que mostró por primera vez la fragilidad de las mayorías, dio paso a un importante cruce de reproches entre los socios de Gobierno. El enfado fue mayúsculo por parte del PSOE, que acusaba a Díaz de permitir que sus malas relaciones personales con Podemos afectasen a la agenda de Gobierno.

En Sumar culparon únicamente al partido morado, aunque también se abrió una guerra soterrada contra el hombre fuerte de Sánchez, Bolaños, por haber negociado sus decretos y "haber dejado caer" el de Díaz. Además de la mala relación personal que mantienen, advertían de que la líder de Sumar tenía que negociar "con las manos atadas", mientras el dirigente socialista había logrado el apoyo a sus medidas a cambio de otros asuntos distintos a lo que se votaba. Este choque, que marcó un punto de inflexión entre los socios, instaló la desconfianza en el seno de la coalición.

5.-Ampliación del aeropuerto de Barajas. También a finales de enero, Sánchez anunció una ampliación del aeropuerto de Madrid-Barajas como la “mayor inversión en la última década en infraestructuras” en España, con un presupuesto inicial de 2.400 millones de euros. Una anuncio que sublevó a Sumar, cuyo portavoz y ministro Ernest Urtasun advirtió de que iba en contra del acuerdo de coalición, que contemplaba combatir la emergencia climática "trasladando tráfico aéreo al ferrocarril".

6.- Comité de crisis. Después de estos desencuentros, el socio minoritario de Gobierno pidió al PSOE convocar la mesa de seguimiento de la coalición. Eso ocurrió el 5 de febrero. Más de un mes después, los socialistas no han atendido la petición.

7.- Viaje a Palestina. Otra fuente de conflicto fue el viaje a Palestina que Yolanda Díaz anunció y que fue inmediatamente desmentido por el Ministerio de Exteriores, que rechazó que estuviera preparando un desplazamiento de estas características y, pese a la insistencia de la líder de Sumar, un mes después no hay constancia de que la visita vaya a producirse.

8.- Estructuras paralelas. Después de que Ernest Urtasun anunciase una unidad para prevenir la violencia de género en el cine, tocando ciertas competencias del Ministerio de Igualdad, Moncloa respondió creando un Departamento de Asuntos Culturales, una estructura paralela al Ministerio de Cultura. En Sumar trataron de encajar esta propuesta con normalidad, aunque de puertas para adentro se produjo cierto debate sobre la conveniencia de responder a lo que consideraban un golpe por parte de los socialistas.

9.- Índice de precios de alquier. Hace un mes se une también el desdén hacia las propuestas y exigencias del socio minoritario del Gobierno, que son ignoradas con gran facilidad. La última este mismo viernes, cuando el Ministerio de Vivienda, del PSOE, mantuvo sin cambios el índice de precios del alquiler que Sumar había impugnado, publicándolo en el BOE tras rechazar todas las alegaciones presentadas por los de Díaz. Después de su publicación, en Sumar renunciaron de momento a tomar ninguna medida al respecto, alegando que primero estudiarán el impacto de este índice en los precios del alquiler.

10.- Presupuestos. El último gran choque entre los aliados de coalición se produjo hace dos semanas, cuando la marca de Sumar en Cataluña, los Comunes, tumbaron los presupuestos de la Generalitat pactados entre ERC y el Partido Socialista de Cataluña. Moncloa se dirigió a Yolanda Díaz para pedir que intercediera ante el partido de Ada Colau , sin que su petición fuera atendida -"porque no puede o porque no le dejan", se malician ministros socialistas-. Este episodio desató un enorme malestar en el PSOE hacia la vicepresidenta segunda, cuyo liderazgo fue abiertamente cuestionado por sus compañeros de Consejo de Ministros.

La extrema gelidez que exhibieron en el Congreso da cuenta de la mala relación que atraviesan los socios de Gobierno, según admiten desde Sumar. La respuesta de Pedro Sánchez no se hizo esperar y anunció inmediatamente su renuncia a los Presupuestos Generales del Estado tras el adelanto electoral catalán, precipitado a su vez por la falta de cuentas. Sumar criticó esta decisión "unilateral", que dejaba en el tintero todas las medidas que pretendían aprobar y convertir en baza electoral para las vascas y europeas.