GOBIERNO DE COALICIÓN

Sumar desconfía de la relación de Bolaños con Podemos: "Les da bola para debilitarnos"

En las filas de Yolanda Díaz critican que el ministro de Presidencia "aparezca como un salvador" y cuestionan sus acuerdos

Félix Bolaños y Yolanda Díaz, la semana pasada en el Pleno en el Senado.

Félix Bolaños y Yolanda Díaz, la semana pasada en el Pleno en el Senado. / EFE

La relación del Gobierno con Podemos ahonda en las tensiones entre la vicepresidenta Yolanda Díaz y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. La caída del decreto sobre subsidios por desempleo descubrió una pugna entre ambos dirigentes a la hora de liderar y capitalizar los acuerdos, pero la resaca de este episodio no ha hecho más que aumentar los recelos hacia el hombre fuerte de Pedro Sánchez, al que acusan en Sumar de dar oxígeno a Podemos para deslucir a la gallega.

"Bolaños da bola a Podemos para debilitarnos", recelan en las filas de Yolanda Díaz, donde creen que el ministro de Presidencia trata de desgastar a una de las figuras que más ha logrado capitalizar los acuerdos de Gobierno y que el mismo viernes exhibió un pacto con los sindicatos para que el Salario Mínimo Interprofesional aumentase un 5%.

El revés parlamentario de la semana pasada ha desembocado en una sucesión de declaraciones cruzadas entre ambas partes. Nada más decaer la reforma de Trabajo, en las filas socialistas señalaban directamente a Díaz como responsable del fiasco, advirtiendo de que sus malas relaciones personales habían condiccionado su acción legislativa y llamándole a tender puentes con Podemos para revertir esta situación. En el partido de Yolanda Díaz, en cambio, culpaban a Podemos y a su afán de "venganza" personal para explicar lo sucedido. Acto seguido, llamaron a negociación a los sindicatos, sacando así pecho de su voluntad negociadora.

Pero la grieta va a más entre las dos facciones del Gobierno. La excelente relación que mantiene Yolanda Díaz con el resto de vicepresidentas socialistas, María Jesús Montero y Teresa Ribera, contrasta con la desconfianza que existe hacia el titular de Presidencia y Justicia, a quien en Sumar achacan un desmedido afán de protagonismo.

SUMAR REBAJA EL ENTUSIASMO

Desde las filas socialistas mostraban la semana pasada cierta satisfacción por la derrota de Díaz, al tiempo en que Bolaños exhibía su victoria parlamentaria tras ver aprobados sus decretos en virtud del acuerdo con Junts y el pacto con Podemos. Un entusiasmo que Sumar se esforzó en rebajar este mismo lunes, cuando cuestionó abiertamente las cesiones concedidas a los posconvergentes.

"No compartimos el fondo ni la forma", "no se puede volver a repetir", destacó el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, que criticó que se delegaran competencias tan sensibles como inmigración a quien está "alentando un discurso xenófobo", y censuró también que estas cesiones se produjeran "en el marco de una negociación" y "en el último minuto", en una referencia que bien podría dirigirse a Bolaños como uno de los principales negociadores del ala socialista.

"No ha sido la mejor forma de hacerlo", señalan desde el partido, en relación al acuerdo. Apuntan también a que ha supuesto todo un balón de oxígeno al partido de Carlos Puigdemont, a quien el acuerdo "le ha venido muy bien" para alimentar su discurso.

INTERLOCUCIÓN CON PODEMOS

A la íntima rivalidad que mantienen se une el hecho de que Bolaños es el principal interlocutor en el Gobierno de Ione Belarra, secretaria general de Podemos, con quien desencalló in extremis un acuerdo el pasado miércoles para que saliera adelante el decreto anticrisis. Este acuerdo consistió en el compromiso de prorrogar la suspensión de desahucios hasta 2028 a través de una reforma de otra ley; una propuesta que Podemos ni siquiera había pedido inicialmente pero que le sirvió para justificar su 'sí', al haber arrancado medidas en materia de vivienda.

Ione Belarra, en declaraciones a periodistas en los pasillos del Senado.

Ione Belarra, en declaraciones a periodistas en los pasillos del Senado. / EFE

Si con el ala socialista rebajaron sus peticiones, Podemos se mantuvo firme en su única exigencia a Díaz, obligándole a admitir que había incluido "recortes" en su reforma estrella y a rectificar el texto. Un planteamiento que la líder de Sumar se negó a asumir, ofreciendo únicamente la posibilidad de tramitarlo como proyecto de ley y apoyar los cambios vía enmienda. Pero esto no fue suficiente para los morados, que tumbaron el decreto de Díaz. En lugar de encontrar apoyo por parte del equipo negociador socialista, se vieron duramente reprobados, en unos pasos que, se malician, terminan por "hacerle el juego" a Podemos.

INTERVENCIÓN DE LAS COMPETENCIAS

En esta misma clave de guerra fría se leyó también lo que observaron como un globo sonda del ala socialista del Gobierno, que aseguraba que asumirían las negociaciones con Podemos para facilitar sus apoyos. Pero Sumar se mostró especialmente duro en su respuesta, no sólo dando portazo a la mera posibilidad sino desautorizando de plano las competencias del Ministerio de Presidencia en este asunto.

"No necesitamos ayuda de nadie, de ninguna de las maneras", defendían fuentes de Sumar, que destacaban que la negociación de los subsidios "son competencias de Trabajo". En este sentido, criticaban la actuación de Bolaños, señalando sus errores en la negociación -"él tiene lo suyo"- y criticando el que "aparezca como salvador" de las negociaciones, cuando consideran que no han sido precisamente un ejemplo de éxito.

Frente al rechazo frontal de Sumar ante la posibilidad de ver intervenidas sus competencias, Podemos recibió la oferta de los socialistas con cierto regocijo, plenamente conscientes de la grieta que han abierto entre los socios de coalición y denostando el papel de Yolanda Díaz, a quien dibujan como una mera subordinada del presidente. "No tenemos problema ninguno en hablar con cualquiera del Gobierno. Lo decidirá Sánchez, que para eso es quien manda", fueron las palabras de la coportavoz de Podemos María Teresa Pérez.